ESTUDIOS SOBRE GENOCIDIO | ¿Se debe calificar la ofensiva de Israel en Gaza como genocidio?
Raz Segal es un académico judío israelí que ha dedicado su vida profesional a estudiar el holocausto nazi. Ahora es profesor de Estudios del Genocidio Moderno en la Universidad de Stockton de Nueva Jersey (Estados Unidos). Con esos galones, y sin mostrar un ápice de duda, define la ofensiva de Israel en Gaza como genocidio: “No hay controversia alguna. Es un genocidio, y lo ha sido frente a nuestros ojos durante los últimos 19 meses”, asegura en una conversación telefónica con EL PERIÓDICO. “Y yo me tomo muy en serio la definición de la Convención contra el Genocidio y la proclamación de ‘nunca más’”, añade, en referencia al mantra contra el extermino nazi de judíos durante la II Guerra Mundial.
Los ocho expertos en genocidio que han escrito en este año y medio sobre Gaza en la revista académica Journal of Genocide Research concuerdan con él: ven “genocidio” o al menos “violencia genocida”, según un análisis publicado por el medio holandés NRC.
También concluye que Israel está violando la convención sobre genocidio un estudio de la Universidad de Boston y la Red Universitaria de Derechos Humanos. Y lo llaman abiertamente genocidio organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional o Human Rights Watch. La Corte Internacional de Justicia de La Haya, que investiga el caso, lo califica de “plausible” genocidio a la espera de su dictamen final.
Definición de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio ONU
“Se entiende por genocidio cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal:
a) Matanza de miembros del grupo;
b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;
c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial;
d) Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo;
e) Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo”.
Para Segal, en Gaza se dan tanto los hechos como la intención genocida.
“La cifra oficial es de 53.000 muertos (aunque probablemente sean el doble), de los cuales 16.000 son niños”, dice. Ese dato es especialmente relevante: en el caso de Gambia contra Myanmar ante la Corte Internacional de Justicia por el presunto genocidio de la comunidad rohinya (unos 25.000 muertos, 700.000 desplazados), países europeos como Francia, Alemania o Reino Unido se personaron y presentaron como argumento de presunto genocidio precisamente los ataques mortales continuados contra niños rohinya.
Luego está el capítulo de la destrucción del entorno necesario para la vida. “El 70% de los edificios están destruidos: panaderías, campos de cultivo, pero también los culturales: institutos, museos, archivos, universidades, mezquitas”, resumen el académico.
Sobre la intención genocida, que es requisito necesario para una condena, Segal pone como ejemplo la reciente declaración del ministro de Defensa, Israel Katz: “Este es un mensaje para los residentes de Gaza […] Pronto, la evacuación de las áreas de combate comenzará de nuevo, y lo que será mucho más difícil: pagará el precio. Vuelve a los rehenes y elimina a Hamas. La alternativa es la devastación total«Dijo el 19 de marzo, el día en que Israel rompió unilateralmente el alto fuego con Hamas.
Hay decenas de declaraciones similares incluidas en la causa sobre genocidio contra Israel abierta en la Corte Internacional de Justicia por Sudáfrica y a la que se ha sumado España. Por ejemplo, las del primer ministro, Benjamín Netanyahu, que en un discurso a su ejército les instó a recordar Amalek, la nación enemiga que Dios pidió al pueblo israelí exterminar, según la Biblia. O la del presidente, Isaac Herzog, diciendo públicamente que “toda la nación” en Gaza “es responsable” de los ataques de Hamás del 7 de octubre. O la del exministro de Defensa, Yoav Gallant, hablando de que Israel se enfrenta a “animales humanos”.
De ahí hacia abajo en el escalafón político, se ha dicho de todo. Diputados y ministros de ultraderecha han pedido que se lancen bombas nucleares sobre Gaza o que se impida la entrada de siquiera “una gota de agua” o alimento alguno. Medios como la televisión ultraderechista israelí Chanel 14 han retransmitido al menos medio centenar de declaraciones incitando al genocidio y más de 150 incitando a la comisión de crímenes de guerra como la deportación masiva y el hambre como arma de guerra, todo según un informe remitido a la fiscalía israelí por tres organizaciones israelíes de derechos humanos.
“Tienen la boca muy grande, pero no representan al ejército”
Para Ben-Dror Yemini, historiador, abogado y periodista israelí, esas declaraciones de líderes políticos no demuestran en sí mismas intención genocida. “Tenemos una coalición compuesta por ultraderechistas. A mí como israelí no me gusta, pero ellos no determinan nada. Tienen la boca muy grande y son estúpidos, pero no representan al ejército”, dice en conversación telefónica con EL PERIÓDICO desde Tel Aviv. Niega rotundamente que se esté cometiendo un genocidio y denuncia la “industria de la mentira” que culpa a Israel de todos los males.
Un joven observa la destrucción de un edificio en Gaza, este martes, en un nuevo ataque israelí. / EFE
Yemini pone en duda los datos de muertos ofrecidos por Hamás, e insiste en que fue el grupo islamista el que comenzó la guerra y que Israel solo se defiende como punta de lanza de la lucha contra “la yihad global”.
“¿Cuántos edificios de Mosul o Raqqa fueron destruidos? Yo se lo digo: el 60% o 70%”, afirma, sobre los ataques apoyados por bombardeos estadounidenses contra Estado Islámico en Irak y Siria. “Ese es el resultado cuando luchas contra el terrorismo. Nosotros no lo quisimos. Cuando usan mujeres o niños como escudos humanos, desgraciadamente los civiles mueren. Y lo sentimos”.
¿Dónde está el plan genocida?
Otros que critican la idea del genocidio israelí se preguntan: ¿fueron los bombardeos aliados sobre ciudad alemana de Dresde un acto de genocidio? ¿Dónde está el plan equivalente a la Solución Final de los nazis?
“Israel no está cometiendo genocidio en Gaza. El Gobierno no tiene una política genocida”, opina el historiador israelí Benny Morris en el diario progresista israelí Haaretz. “Pero va camino de tenerla”.
En realidad, ese plan escrito no es necesario. En 2007, la Corte Internacional de Justicia dictaminó sobre la masacre de Srebrenica (8.000 hombres y adolescentes bosnios musulmanes a manos del ejército serbio) que la intención se puede inferir del “patrón de comportamiento” si la intensidad de la violencia es suficiente para destruir, siquiera parcialmente, a un grupo étnico.
El consenso se escora hacia el genocidio
La Corte Internacional de Justicia dictaminó el 31 de enero del año pasado, tras escuchar a las partes, que consideraba “plausible” que los actos de Israel en Gaza constituyan un genocidio. Exigió al Gobierno de Benjamín Netanyahu que tomara medidas concretas para prevenir actos genocidas y la incitación al genocidio, así como para permitir la entrada de ayuda humanitaria para los palestinos encerrados en la Franja. Sobre el terreno, nada cambió. Pero, con el tiempo, algunos estudiosos del crimen de crímenes sí lo han hecho.
Shmuel Lederman, especializado en estudios sobre genocidio de la Universidad Abierta de Israel, rechazó al comienzo de la guerra calificarla como tal. Lo mismo le ha ocurrido al abogado internacional canadiense William Schabas, una autoridad en la materia conservadora: el año pasado concluyó que hay genocidio después de que los líderes israelíes pidieran abiertamente el corte de agua, alimentos y electricidad a Gaza, según la mencionada investigación del medio NRC. El profesor Dirk Moses, de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, habla por su parte de una “mezcla de lógica genocida y militar”.
Investigadores especializados en concreto en el holocausto nazi también hablan ya de genocidio, como la estadounidense Deborah Dwork o los israelíes Amos Goldberg y Omer Bartov.
“Los siete reconocidos investigadores del genocidio consultados, sin excepción, describen las acciones israelíes como genocidas. Y según ellos, casi todos sus colegas están de acuerdo”, se lee en NRC. “Probablemente todavía haya científicos que digan que no es genocidio, pero no los conozco”, sostiene Ugur Ümit Üngör, otro profesor de Estudios sobre el Holocausto y el Genocidio, de la Universidad de Ámsterdam
¿Hay que esperar a la Corte Penal Internacional?
En el ámbito político, hay quienes sostienen que no se debe usar el calificativo hasta que un tribunal lo determine. Sin embargo, los académicos, los medios y las autoridades ya usaban el término antes de que los genocidios recientes fueran sentenciados por los tribunales. Así pasó en el genocidio de Srebrenica o en el de Ruanda, más de medio millón de muertos en el intento de exterminio de la población tutsi por parte del gobierno hutu.
Un genocidio ocurre cuando ocurre, no cuando lo diga un tribunal. Pero la resolución definitiva del debate solo llegará tras la decisión de la Corte Internacional de Justicia. Algo para lo que habrá que esperar, según Raz Segal, “cinco o seis años”.
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