Gullón y chacel con indalecio prieto de fondo en la rae
En “Íntima Atlántida. Vida de Rosa Chacel” de Anna Caballé no encuentro el nombre de Ricardo Gullón lo que me sorprende pues bien recuerdo que el escritor astorgano me presentó a la autora vallisoletana, con la que aprecié gastaba mucha confianza, en estrados de la RAE, Real Academia Española de la Lengua.
[–>[–>[–>A raíz de su premio “Príncipe de Asturias” traté en varias ocasiones a Gullón que un mes de agosto nos invitó a los Benito Argüelles, a Eloína y a mí, a su casa veraniega de Margolles, en Villaviciosa de Asturias. No sé si en esa ocasión o en alguna de las otras, Ricardo me habló de varios pasajes de su vida, uno de los cuáles no sé si figurará en sus inéditas memorias depositadas en el Ayuntamiento de su natal Astorga. Uno, importantísimo, se refería a la encomienda que le hizo Indalecio Prieto para que, como abogado fiscal, se dirigiese a Alicante en plena guerra incivil y tratase de promover la nulidad procesal de actuaciones, y en último caso el indulto, para José Antonio Primo de Rivera, lo que resultaría, como es bien sabido, un fracaso, con una ejecución que tintaría un poco más todo el sangriento siglo XX español.
[–> [–>[–>Mucho celebraría que algún estudioso rigoroso, que diría Ortega, editara los recuerdos de Gullón, pues, además de esa relación Prieto/Primo de Rivera ha de haber, en esos papeles, impagables referencias al poeta Juan Ramón Jiménez y a Dionisio Ridruejo, con los que departió en Estados Unidos (Austin, San Juan…), refugiados de la persecución española.
[–>[–>[–>
Suscríbete para seguir leyendo
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí