Hacer Nueva York asequible, la promesa y el reto de Zohran Mamdani
Las cuentas para vivir en Nueva York no le salen a cada vez más gente de clase trabajadora. Lo que antes daba para vivir ahora permite meramente sobrevivir y, en muchos casos, ni siquiera eso.
[–>[–>[–>Ese mal, especialmente acentuado en grandes urbes como la metrópolis estadounidense por excelencia, es común estos días en un mundo donde se globalizan las crisis de la vivienda y del coste de la vida y es algo que está poniendo patas arriba la política y colocándose en su núcleo, atrayendo los votos de lo que David Wallace-Wells, columnista de ‘The New York Times’, ha bautizado como la «emergente coalición del precariado», que se aglutina «en parte por la crisis creciente del coste de la vida y en parte por la simple rabia por la desigualdad, la corrupción y la impunidad de los muy ricos».
[–> [–>[–>Zohran Mamdani supo entender estos movimientos sísmicos y sus propuestas para hacer de nuevo Nueva York asequible para los neoyorquinos explican en buena parte el apoteósico triunfo por el que el joven político socialista empieza este 1 de enero su recorrido como alcalde de la Gran Manzana.
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El abismo y las nubes
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El demócrata llega a dirigir una urbe donde la economía se bifurca y aumenta el abismo entre quienes tienen y quienes no, quienes pueden participar en la vida pública y social y quienes quedan excluidos, no ya solo del lujo sino de la mera comunidad, algo que pasa un peaje personal pero también cívico.
[–>[–>[–>Mamdani propone reducir esa brecha con propuestas como elevar el salario mínimo para 2030 a desde los 16,50 dólares por hora actuales hasta los 30 (de 14 a 25,6 euros), congelar el precio de alquiler de un millón de apartamentos y construir 200.000 viviendas asequibles en una década, y hacer universal y gratuito el cuidado preescolar (de las seis semanas a los cinco años) o los autobuses.
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Mamdani, durante una visita a una guardería de Nueva York, el 11 de diciembre. / SARAH YENESEL / EFE
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Volver esas ideas realidad es un reto pero también una necesidad. Porque los números reflejan las dimensiones del problema en una ciudad donde todo está, más que sus más altos rascacielos, por las nubes.
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[–>Aunque los cálculos de qué es necesario para vivir cómodamente varían, los estudios que usan datos del MIT o los que maneja el Departamento de Vivienda de la propia ciudad sugieren que un individuo necesita algo más de 110.000 dólares anuales (unos 94.000 euros), una pareja cerca de 130.000 dólares (unos 110.000 euros) y una familia de tres 145.000 dólares (casi 125.000 euros).
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El ingreso medio personal anual en Nueva York, no obstante, está en unos 77.000 dólares (algo menos de 66.000 euros). La parte de la población que cobra el sueldo mínimo ingresa menos de la mitad de esa cantidad. Y mientras el salario medio ha crecido un 13% entre 2019 y 2024, la inflación ha subido en ese mismo periodo un 20%.
[–>[–>[–>Todo eso contribuye a explicar que la pobreza se haya disparado y el año pasado afectara ya a más de dos millones de neoyorquinos, un 25% de sus habitantes, incluyendo 1,6 millones de adultos y 420.000 niños según un estudio de la organización Robin Hood y la Universidad de Columbia. Son cifras que prácticamente doblan la tasa nacional.
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Según los datos de Robin Hood y Columbia, además, el 76% de los neoyorquinos se vieron obligados el año pasado por el aumento del coste de la vida a cortar gastos en necesidades básicas como alimentos, transporte o facturas y en lo que destinan a ahorros. El 61% hicieron múltiples ajustes.
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Vivienda
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El mayor peso en la crisis neoyorquina lo tiene la vivienda. La mediana de precio por un nuevo alquiler en Manhattan en noviembre estaba en 4.750 dólares (4.056 euros), un 13% más que hace un año y un 3,3% más que en octubre, según los datos del último informe inmobiliario de Miller Samuel y Douglas Elliman. Ese es aproximadamente el mismo precio promedio que hay que pagar por un apartamento de una habitación en el barrio.
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En Brooklyn, mientras, la mediana era de 3.800 dólares (3.245 euros) y en el norte de Queens de 3.500 dólares (2.988 euros).
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Todos son precios que hacen que casi medio millón de neoyorquinos se gasten la mitad o más de sus ingresos en el alquiler, cuando se recomienda no emplear en la vivienda más de un tercio. Y en los refugios para personas sin hogar, prácticamente uno de cada tres neoyorquinos es un adulto que tiene un empleo.
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Trump y Mamdani entierran el hacha y aseguran que trabajarán juntos / EFE
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Cuidado infantil
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Otra de las particularidades neoyorquinas en esta crisis es la de lo que cuesta cuidar a los hijos. Según un informe del interventor municipal (posición que en Nueva York es un cargo electo con poder político propio), el coste promedio en 2024 de ese cuidado infantil fue de 26.000 dólares al año en guarderías (más de 22.000 euros) y de 18.200 dólares cuando los cuidados se hacen en domicilios (más de 15.000 euros). En las zonas de ingresos más altos la guardería puede llegar a costar 4.000 dólares al mes (3.400 euros) y en áreas de más bajos recursos los precios se mueven en 2.000 dólares o más.
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Esos costes recogidos en el informe del interventor representan subidas del 43% y 79%, respectivamente, desde 2019. Y suponen que una familia debería hacer más de 300.000 dólares al año para cumplir los parámetros fijados por el Gobierno federal para considerar asequible el pago del cuidado infantil de un solo hijo.
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Alimentos
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El coste de la vida ha disparado también el precio de los alimentos, que en Nueva York han subido el 33% en una década, y en el último año 2,6 millones de neoyorquinos han pasado apuros para asegurarse su comida, según los datos de Robin Hood y Columbia. 550.000 de ellos se quedaron sin alimentos ante de tener dinero para comprar más.
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Son más de un tercio de los neoyorquinos, y un 42% de las familias que tienen niños, quienes lo pasan mal en este terreno, porcentajes que representan un aumento sustancial respecto a la crisis que ya se vivía antes de la pandemia. No se trata solo de neoyorquinos que viven bajo el nivel de la pobreza, también afecta al 47% de familias que tienen un ingreso del 200% por encima de ese nivel y a un 20% de quienes lo superan en 300%.
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La bifurcación
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Un informe del economista James Parrott para el Center for New York City Affairs de la New School que ha estudiado la situación entre 2019 y 2024 ratifica la bifurcación que se está acentuando en la Gran Manzana. Al presentarlo, el experto señaló que «la economía en general puede haberse recuperado pero esa recuperación ha sido increíblemente desigual«.
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En esos cinco años, por ejemplo, el sueldo por hora ajustado a la inflación que recibieron el 3% de los trabajadores mejor pagados subió un 34%. Mientras, para los los que cobran salarios medios y bajos las subidas fueron solo del 8%, menos de una cuarta parte.
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Mamdani y el senador Bernie Sanders el 1 de diciembre en un piquete de trabajadores de Starbucks que exigían salarios más altos, mejores horas de trabajo y la resolución de cientos de acusaciones de prácticas laborales injustas que acabaron con los sindicatos. / SARAH YENESEL / EFE
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Golpe al sector creativo
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Otro estudio presentado este mismo mes de diciembre por el laboratorio de Ideas Centro para un futuro urbano ha puesto el foco, específicamente, en el impacto de la crisis en el sector creativo, uno de los que contribuye a hacer Nueva York lo que es. Por primera vez tras décadas de crecimiento, según ese análisis, en los cinco últimos años se ha reducido el número de personas de ese sector creativo que puede permitirse vivir en la ciudad.
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Comparado a 2020, en la Gran Manzana hay hoy casi un 29% menos de personas que trabajan en diseño de moda, casi el 19% menos de bailarines, el 19% menos de trabajadores de cine y televisión y un 7% menos de quienes se dedican a las artes escénicas.
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La equis de la ecuación
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Mamdani, que presentará sus presupuestos un mes después de llegar al ayuntamiento, ha planteado financiar sus propuestas a través de varias vías. Una es emitir 70.000 millones de dólares más en deuda municipal (que se suman a los 30.000 que ya planea gastar para la construcción de la vivienda asequible). Otra es subir la tasa impositiva a quienes ganan más de un millón de dólares al año desde el 3,88% actual hasta el 5,88% y subir también la tasa a las corporaciones desde el 7,25% hasta el 11,5%.
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Para esos movimientos fiscales necesita el visto bueno de Albany y de la gobernadora, Kathy Hochul, una equis mayúscula en esta ecuación.
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