INTELIGENCIA ARTIFICIAL ULF KRISTERSSON | El uso de ChatGPT pone en apuros al primer ministro de Suecia por sus riesgos para la seguridad del país
¿Debe un jefe de gobierno usar la inteligencia artificial (IA) para formarse una segunda opinión o pone con ello en peligro la seguridad de su país? La pregunta persigue al primer ministro sueco, el conservador Ulf Kristersson, desde que en una entrevista al diario ‘Dagen Industri’ admitió el uso frecuente de ChatGPT para estos menesteres. Al margen de cuestionarse para qué se paga entonces a su equipo de expertos y asesores, sobre Kristersson pesa la pregunta de si está poniendo en peligro la seguridad de Suecia, país que pidió el ingreso por la vía rápida en la OTAN a raíz de la invasión rusa de Ucrania.
«Sí, lo uso bastante a menudo», afirmó Kristersson a ese medio, un periódico de información económica y bursátil. Especificaba ahí que utiliza tanto ese chat como su equivalente francés, LeChat, para cuestiones relacionadas con su trabajo. Y admitía a continuación que echa de menos un modelo semejante, pero en sueco y basado en experiencias de su país. Poco después, su portavoz matizaba que no lo usa para cuestiones «de relevancia o seguridad», sino para evaluaciones «grosso modo».
Kristersson, quien gobierna al frente de una coalición centrista, pero depende del apoyo externo de la ultraderecha, ha generado con esa respuesta una serie de críticas desde los grandes medios suecos. El sensacionalista diario ‘Aftonbladet’ dedicó una columna a la cuestión. Es «relevante», apuntaba, que «el hombre más poderoso de Suecia» recurra a ese instrumento, en lugar de hacerlo a su «enorme y bien pagado equipo de expertos». Atribuía a Kristersson haber caído «en la psicosis de los oligarcas». El diario nórdico añadía opiniones de expertos, como la profesora universitaria de IA de la Universidad de Umea, Virginia Dignum, según la cual estas tecnologías no son aptas para proporcionar opiniones políticas. «No hemos votado a ChatGPT», concluía. Fuertes han sido también las opiniones de ‘Dagens Nyheter’, periódico de referencia en el país, donde se cuestiona si el país debe estar dirigido por líderes que buscan «respuestas en el Chatbot».
Riesgos «incalculables»
Aparentemente Kristersson cayó en una especie de sincericidio. El experto en IA Jakob Ohlsson opinaba en el tercer gran diario del país, ‘Expressen’: «Yo amo la IA. Pero yo no soy primer ministro». Chatear puede parecer algo inocente, pero los riesgos de seguridad son «incalculables».
Kristersson llegó al puesto de primer ministro tras haber quedado su Partido Moderado en tercera posición en las elecciones parlamentarias de 2022. La fuerza más votada fue la socialdemocracia de la jefa del gobierno saliente, Magdalena Andersson, quien había impulsado las negociaciones del ingreso sueco en la OTAN, en paralelo a las de Finlandia, en ambos casos bajo el impacto de la guerra de agresión lanzada por Rusia sobre Ucrania. La ultraderechista Demócratas Suecos se alzó con el segundo puesto. Kristersson logró armar desde su posición de tercero una coalición de signo centrista, cuya acción de gobierno está condicionada al apoyo parlamentario de los ultras.
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