Israel despliega tanques en la Cisjordania ocupada por primera vez en 20 años
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La historia se repite, y lo hace con más voracidad. Por primera vez en más de 20 años, los tanques israelíes vuelven a franquear tierras palestinas en la Cisjordania ocupada. Como parte de la intensa operación militar que el Ejército israelí lanzó el pasado 21 de enero, dos días después de la entrada en vigor del alto el fuego en Gaza, los carros de combate retornan para despertar los traumas de la invasión de Yenín de 2002 durante la Segunda Intifada. Además, el ministro de Defensa, Israel Katz, ha anunciado que las tropas se quedarán en los campos de refugiados palestinos del norte de Cisjordania durante todo el año y que los más de 40.000 desplazados no podrán regresar a sus hogares.
Así, de la noche a la mañana, miles de refugiados palestinos vuelven a convertirse en refugiados, igual que sus antepasados. Durante el último mes, decenas de miles de palestinos ya habían sido desplazados de sus casas en el norte de Cisjordania a medida que el Ejército israelí intensificaba sus operaciones en los abarrotados campos de Yenín o Tulkarem. Las autoridades israelíes justificaron la campaña militar como un paso más en la lucha contra el terrorismo –en estos paupérrimos campamentos, se concentraba gran parte de la resistencia armada palestina–, pero los expertos apuntan a que este aumento de la violencia en los territorios palestinos suponía un premio de consolación para los socios radicales del primer ministro Binyamín Netanyahu, contrarios a cualquier concesión en Gaza.
Demolición de infraestructura vital
Estos campos albergan a los descendientes de aquellos primeros refugiados palestinos que fueron expulsados de sus tierras en 1948 durante la creación del Estado de Israel. Casi ocho décadas después, parte de la juventud de los campamentos ha optado por tomar las armas ante la ausencia de futuro para la causa palestina en el horizonte. Después de la explosión de tres autobuses vacíos en Tel Aviv la semana pasada, Netanyahu ordenó a los militares aumentar la intensidad de las operaciones. Las tropas han demolido casas e infraestructura vital, excavando caminos e interrumpiendo el suministro de electricidad y agua. Por primera vez en dos décadas, el domingo, los tanques de batalla israelíes avanzaban en la Cisjordania ocupada desde Israel en dirección a Yenín.
Naciones Unidas ha expresado su alarma por los acontecimientos. «Estoy profundamente preocupado por la creciente violencia en la Cisjordania ocupada por parte de colonos israelíes y otras violaciones, así como por los llamados a la anexión», ha dicho su secretario general, António Guterres. Israel no sólo está atacando los campos, sino que también está asediando ciudades de toda la Cisjordania ocupada, donde se están refugiando los 40.000 palestinos desarraigados de sus casas en el norte. Los medios israelíes afirman, a través de fuentes cercanas a Netanyahu, que el Ejército tiene la intención de crear grandes corredores en Tulkarem y Yenín –que recuerdan al corredor Netzarim en Gaza– para permitir el libre movimiento de sus fuerzas y equipo pesado.
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