JOSÉ ELÍAS | El empresario que prefiere ser recordado por su bondad antes que por su fortuna: «El dinero va y viene»
De protagonista en la lista Forbes a referente habitual en redes sociales, José Elías no es un empresario al uso. A sus 49 años, el fundador de Audax Renovables y actual propietario de La Sirena ha demostrado que su visión va mucho más allá del éxito empresarial. Si bien su nombre está ligado al crecimiento meteórico de varias compañías, sus publicaciones en plataformas como X (antes Twitter) revelan otra faceta: la del hombre y padre de familia que reflexiona en voz alta sobre la vida y el legado personal.
En una de sus últimas publicaciones, Elías compartió una reflexión repleta de honestidad y carga emocional. «Consideraría un fracaso que mis hijos me recordasen por mis empresas o por mi dinero», escribió, abriendo así la puerta a un testimonio íntimo sobre cómo desea realmente ser recordado.
Un encuentro fortuito convertido en punto de inflexión
El empresario recuerda un episodio que vivió años después del fallecimiento de su padre. «Hace años, igual 5 o 10 después de que muriera mi padre, me crucé en Gerona con un tipo que lo conocía», relata. Sin embargo, lo que parecía un encuentro casual terminó dejando una huella profunda. «Y me soltó algo que se me quedó grabado: ‘Recuerdo a tu padre. Para mí, la mejor persona que he conocido nunca'».
Ese comentario marcó un punto de inflexión en su forma de entender el verdadero legado: «Ahí caí que ese es el mejor recuerdo que se puede dejar en la sociedad».
José Elías / MARC MARTÍ
Así, según explica el propio Elías, ser recordado como alguien bondadoso es un objetivo más valioso que cualquier cifra en la cuenta bancaria. «Si 10 años después de no estar, la gente todavía te recuerda como alguien bueno, como una persona bondadosa… Eso es que lo hiciste bien», reflexiona.
«Lo que de verdad se queda»
Más allá del tributo a su padre, el mensaje se convierte en una declaración de intenciones hacia sus propios hijos: «Eso es lo que quiero para mis hijos, ni más ni menos. Que si alguna vez piensan en mí, sea algo así. Que me recuerden por ser buena persona. Igual que yo recuerdo a mi padre».
Elías concluye con una frase a modo de resumen: «Al final, el dinero va y viene, los negocios suben y bajan. Pero esa imagen de haber sido buena gente… Eso es lo que de verdad se queda».
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