JUICIOS PSOE | El PP alimenta el final judicial de Sánchez como nexo de todos los escándalos del Gobierno y el PSOE
La sentencia del Tribunal Supremo (TS) conocida esta semana sobre el ya ex fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, inhabilitado por dos años por un delito de revelación de secretos, y el resurgir del ‘caso Salazar’, por el que el PSOE ha tenido que pedir perdón ante las graves denuncias de acoso sexual (tachado de «acoso laboral» por Pedro Sánchez este miércoles, en la última sesión de control del año) contra uno de los principales hombres fuertes de Moncloa, han vuelto a poner de manifiesto una estrategia del PP por elevación contra el presidente del Gobierno. Ante todos los escándalos que salpican al PSOE, en un goteo cada vez más comprometido para el partido en el poder, la respuesta invariable de los de Alberto Núñez Feijóo pasa por situar a Sánchez en el vértice del caso.
[–>[–>[–>Ante la histórica sentencia del TS, el PP trasladó inmediatamente el pasado martes que el fallo confirma el delito de García Ortiz, y que éste actuaba «bajo el amparo y a las órdenes del presidente del Gobierno». Y aún más, que «la sentencia condena a la persona que apretó el botón, pero no a la que ordenó hacerlo, que es Pedro Sánchez Pérez-Castejón«. El líder del PSOE, citado con sus dos apellidos y señalado como responsable último, aun por encima de lo que la propia mayoría de la Sala Segunda del Alto tribunal. Lo mismo en lo relativo a Salazar, cuando el propio Feijóo, en su última pregunta parlamentaria del año al jefe del Ejecutivo, le espetó al presidente, tras citar también a Santos Cerdán y a Koldo García, que «usted no es mejor que ellos».
[–> [–>[–>Ya en la manifestación del pasado 30 de noviembre en Madrid, todo un éxito de convocatoria, y bajo el lema «Efectivamente: ¿mafia o democracia?», Feijóo, con ayuda de su telonera de lujo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, alentó la posibilidad de que Sánchez terminase en la cárcel, y los simpatizantes del PP captaron enseguida la idea, gritando: «Sánchez a prisión». Y lo mismo cabe decir tanto de todo lo relativo al ‘caso Koldo’ como, obvio es decirlo, a los casos judiciales que afectan a su entorno más cercano, su esposa Begoña Gómez, imputada por presunto tráfico de influencias, y su hermano David, que a principios del año que viene afrontará el juicio por su puesto presuntamente irregular en la Diputación de Badajoz, controlada por el PSOE.
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Estrategia contraproducente
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Pero esta línea inquebrantable, la de alimentar el final judicial de Sánchez, e insinuar que puede haber una eventual imputación del presidente, algo absolutamente inédito en la historia de la democracia, no es vista con buenos ojos en todos los sectores del PP. Pues hay quien sostiene que apostar todo a esa posibilidad remota puede ser incluso contraproducente. Quienes así piensan sostienen que ya es mucho lo que hay sobre la mesa como para tener que elevar más el tiro, y exponerse al riesgo de que las expectativas sean tan altas que la realidad parezca poca.
[–>[–>[–>Y la realidad es que los dos últimos ex secretarios de Organización del PSOE, uno de ellos también ministro de Transportes, han estado ya en la cárcel, como también el ínclito Koldo García, cuya relación con él fue descrita por Sánchez como de «anecdótica» en su comparecencia en el Senado, si bien en el pasado le citó incluso en su libro de memorias ‘Manual de resistencia’, donde narraba su peripecia hasta ganar en unas primarias la secretaría general del PSOE. Y que uno de sus más estrechos colaboradores como Francisco Salazar, defendido incluso por la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, y por la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, quien esta misma semana ha admitido como un «error» el almuerzo que mantuvo recientemente con él, desvelado por Artículo 14, está acusado por varias mujeres de gravísimas conductas de acoso. Y que la Audiencia Nacional investiga la financiación del PSOE tras los cobros en efectivo reconocidos por la cúpula del partido, además de la trama de mordidas a través de la empresa Servinabar.
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La sensación que se extiende entre algunos dirigentes es que «siempre parece que vamos un paso por delante, y que tendemos a minusvalorar lo que ya ha ocurrido». Algunos subrayan que puede que incluso alguno de los casos ahora abiertos en canal no terminen con una sentencia, o incluso ni siquiera con una vista oral, como sí ocurre en el de David Sánchez Pérez-Castejón, el hermano del presidente, en cuya causa está imputado también el líder del PSOE en Extremadura y candidato en esa comunidad, Miguel Ángel Gallardo.
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[–>Por eso mismo, consideran que centrarse en la denuncia de ese goteo de escándalos, que deja novedades por semanas o incluso por días, como la detención este miércoles de la ‘fontanera’ Leire Díez y del ex presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, la SEPI, Vicente Fernández, es una actitud más prudente y, a la postre, más efectiva en la tarea de oposición.
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