la cafetera que conquistó el mundo pasa a manos de un fondo chino

La noticia resonó en cada rincón de Italia como un amargado sorbo de café mal preparado. Bialetti, el nombre inseparablemente vinculado al Moka Express, Esa cafetera octogonal que ha perfumado hogares italianos durante décadas Y de todo el mundo, ha pasado a las manos … Chino. Un símbolo del ‘hecho en Italia’, un objeto diario planteado a la categoría de ícono de diseño, dice adiós a su origen para comenzar un nuevo capítulo bajo la administración del Fondo de Inversión de Octagon Nuo, controlado por la rica familia china Pao-Cheng, por Hong Kong.
La operación, que implica tomar una participación mayoritaria en la compañía valorada en aproximadamente 53 millones de euros, marca El final de una era para la compañía con sede en CoccaglioLa heredera del ingenio de Alfonso Bialetti, ese visionario que en 1933 revolucionó cómo preparar el café en el hogar inspirado en la operación de una lavadora. Aunque fue su hijo, Renato Bialetti, quien, con una estrategia de marketing astuta, que incluía el inolvidable ‘Omino con I Baffi’ (el pequeño hombre con bigote), catapultó el moka a la fama mundial, convirtiéndolo en un emblema del estilo de vida italiano, presente incluso en las colecciones del MoMA en Nueva York.
La publicidad fue una de las claves para el éxito de esta cafetera. El plan de marketing era muy poco convencional: la imagen del emprendedor que estaba detrás estaba asociada con el producto. Renato Bialetti resortó al diseñador Paul Campani, dibujante de cómics, para crear La caricatura de un hombre con bigote. La cara ovalada y los bigotes desproporcionados nacieron del retrato del propio Renato. La caricatura se convirtió en el símbolo de la cafetera y sus anuncios se hicieron famosos, con un resultado fulminante: la fábrica pasó de producir 70,000 cafeteras al año a un millón.
El factor de onassis
Al exportar su cafetera, Bialetti tenía el Bendición inesperada del armador griego Aristóteles Onassis. El propio Renato lo dijo. «Estaba en un hotel explicando a algunos empresarios franceses, algo escépticos, la operación del moka. En ese momento pasó Onassis, en el camino al baño. Me acerqué y lo jugué: «Soy un joven emprendedor, Echeme una mano, que comenzó desde cero como yo. Sería suficiente decir que él sabe y usa la cafetera moka bialetti »». Dicho y hecho. Al regresar del baño, Onassis me abofeteó en el hombro, «Bialetti dijo,» y dijo frente a los empresarios: «¿Sabes que no he probado un café tan bueno como el de tu cafetera, Renato?» Esas palabras fueron suficientes para convencer a los primeros clientes y lanzar Bialett el mundo de los negocios internacionales.
El La venta ha tenido un gran impacto En los medios italianos, teñidos de una nostalgia comprensible. Ver cómo otro bastión de la industria y la cultura italiana cruza las fronteras genera una sensación agridulce. El jefe del periódico ‘Repubblica’ lo resume perfectamente: «Buon Viaggio Bialetti, reza L’O Omino con I Baffi Farà il Caffè ai Cinesi» (buen viaje de Bialetti, ahora el pequeño hombre con bigote hará café a los chinos). Una frase que encierra la paradoja de ver cómo los conocidos en el pasado producen imitaciones de la famosa cafetera, ahora están hechas con la marca original.
Declive industrial
Para los analistas económicos tal vez solo Un punto más en la curva descendente de la industria italiana. Sin embargo, en el imaginario colectivo, el impacto es más profundo. Moka no es solo un utensilio de cocina; Es un ritual, un sonido familiar que acompaña a los despertares, un objeto de diseño funcional que ha trascendido generaciones. La idea de que este símbolo va a las manos extranjeras, y en este caso chino, despierta encontró sentimientos.
La operación ocurre en un momento delicado para Bialetti, que arrastró una deuda considerable Y estaba buscando un inversor que pudiera garantizar su futuro. El Octagon Nuo, el fondo basado en Hong Kong que ya tiene inversiones en otras marcas prestigiosas italianas como Venchi y Slowar, parece apostar por mantener la identidad y la calidad de Bialetti ‘Hecho en Italia’.
El representante de los inversores chinos en Italia ha expresado un compromiso con la compañía italiana y su legado. Sin embargo, la pregunta que flota en el aire es inevitable: ¿se mantendrá la producción en Italia, donde Bialetti ya había alquilado parte de su fabricación, o se buscarán otros lugares? Los más de mil empleados esperan respuestas.
La historia de Bialetti es la de un genio local que conquistó las cocinas del mundo. Desde su pequeña fábrica en Omegna hasta las casas de millones de personas, Moka Express se convirtió en sinónimo de café casero de calidad. La visión de Renato Bialetti, al unirse a un producto funcional con una poderosa estrategia publicitaria, fue clave en este éxito. Su ‘Omino con I Baffi’ no era solo un logotipo; Era el personificación de la promesa de un buen caféaccesible para todos.
Hoy, aunque las grandes marcas fabrican cafeteras caseras con cápsulas, en todas las cocinas italianas todavía se usa el moka: es un rito irremplazable. Y cuando en 2016 Renato Bialetti murió, lo enterraron con una cafetera en el ataúd. Un gesto final para el hombre que convirtió el café en poesía diaria. Hoy, esa poesía tiene acento chino.
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