La constituciona
De igual manera que cuando llega el Día d’Asturies, el 8 de septiembre, se produce en el hemiciclo asturiano una especie de Pentecostés y algunos diputados discursean en una lengua que no hablan en el resto del año, el día 6 de diciembre, Día de la Constitución Española, un notable plantel de próceres con escaño y opinadores rasos se sienten invadidos por el discurso de que –tras tantos años de vigencia o por sus defectos o carencias– es necesario modificar la Constitución.
[–>[–>[–>Digamos antes que para modificar la Constitución de forma legal y formal, si es la revisión total de la Constitución o una parcial que afecte al Titulo preliminar, al Capítulo segundo, Sección primera del Título I, o al Título II, se hace necesario proceder a «la aprobación del principio por mayoría de dos tercios de cada Cámara, y a la disolución inmediata de las Cortes». A continuación: «Las Cámaras elegidas deberán ratificar la decisión y proceder al estudio del nuevo texto constitucional, que deberá ser aprobado por mayoría de dos tercios de ambas Cámaras». Y, finalmente: «Aprobada la reforma por las Cortes Generales, será sometida a referéndum para su ratificación».
[–> [–>[–>Dejémoslo, de momento. Vayamos a los proponentes. La mayoría de ellos plantean reformar el texto del 78 para ir hacia un Estado federal. ¿Qué quieren decir con eso? ¿Va cada comunidad a recaudar los impuestos de su territorio y hacer después una aportación «negociada» a las arcas comunes»? ¿Cómo se coordinarán entre sí las distintas policías autonómicas, de haberlas, y con la estatal? ¿Su relación con las instancias policiacas internacionales? ¿Qué competencias, legislativas, de coordinación, de compras se reservará la administración central? No quiero aburrirlos a ustedes, pueden multiplicar las preguntas ad infinitum: sanidad, educación, relaciones internacionales, UE, infraestructuras…. ¿Han oído a alguien hablar de una sola de estas sustanciales cuestiones? A nadie. ¿Saben los discurseantes de qué hablan? Lo dudo, puesto que no dicen aquello de que dicen hablar, se limitan a expresar una especie de vago recitado sagrado.
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Pero aceptemos su propuesta, que enuncian como la solución de todos los problemas, políticos al menos, de España. Cuando hablan de una reforma constitucional en sentido federal del Estado español, ¿piensan que PNV, Junts, Bildu, ERC, Aliança Catalana, BNG, quieren un Estado federal español? ¿O, más bien, les importa un comino cómo sea el Estado español, unitario, federal o autonómico, y lo que quieren es no formar parte de él? ¿Manifiestan algo sobre esta cuestión los «reformantes»? ¿Es ello aceptable para ellos? ¿Está en su propósito? A ver, expláyense.
[–>[–>[–>Y, en fin, bailan también otras reformas, como la de someter el nuevo texto o el actual al progrecursilés, ya saben, diputados, diputadas, diputades, etc. No me extrañaría que, incluso, alguien propusiese llamar al nuevo texto «Constituciona», no por ponderar, en lengua asturiana, su valor mediante un aumentativo, sino por salvar la dolorosa disonancia de que una palabra de género (¿o sexo?) femenino tenga esa terminación en «on», tan masculina, como «varón».
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Pero, coñas o no tan coñas aparte, ¿hacen los «reformadores», tan siquiera, alguna mención al complejo proceso de reforma que la vigente Constitución impone para su modificación, como se dice arriba, en el párrafo segundo? ¿Lo hacen? No, ¿verdad?
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[–>Por sus palabras no dichas los conoceréis.
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