La decisión de Arcelor amenaza con un efecto dominó y aumentan las dudas sobre otras inversiones verdes en Asturias
ArcelorMittal es una empresa tractora en Asturias, por su capacidad de arrastre para generar actividad y empleo a su alrededor, pero también porque es un referente al que siguen otras compañías industriales. La multinacional siderúrgica anunció anteayer que paraliza sus principales inversiones en descarbonización en Europa –incluida la planta de reducción directa de mineral de hierro (DRI) con hidrógeno verde de Gijón para la que tenía 450 millones de euros de fondos europeos– por los altos costes de las energías alternativas. Ese anuncio llega cuando otras compañías industriales con peso en Asturias están haciendo cuentas para decidir si aceptan o no las ayudas europeas que también tienen asignadas para ejecutar proyectos verdes.
El pasado mes, el Ministerio de Industria anunció que la agrupación formada por la compañía láctea asturiana Corporación Alimentaria Peñasanta (Capsa) y Ence Energía habían obtenido una ayuda de 2,52 millones de euros para acometer un proyecto de descarcarbonización de la fábrica de Granda, en Siero. La ayuda procede del PERTE de descarbonización industrial, la misma fuente de financiación que tiene el DRI de ArcelorMittal. La filial industrial de Central Lechera Asturiana aún no ha decidido si aceptará esa ayuda y, recientemente, en unas jornadas sobre descarbonización industrial, la directora de Sostenibilidad de Capsa, Estefanía Iglesias, destacó las dificultades a las que se enfrenta la empresa.
El cambio de gas por electricidad triplicaría costes en la filial de Central Lechera Asturiana: «Nos saca del mercado»
Iglesias apuntó que pasar de calderas de gas a eléctricas «nos costaría tres veces más», lo que restaría competitividad a la empresa y «nos impediría mantenernos en el mercado». Señaló que en sectores como el lácteo, con bajos márgenes, «la intensidad de las ayudas para descarbonización debería ser mayor» y que, además, los tiempos para la ejecución de los proyectos «son muy ajustados».
La otra gran compañía lechera asturiana, Industrias Lácteas Asturianas (Illas), conocida por la marca Reny Picot, también ha obtenido 4,7 millones del PERTE de descarbonización industrial para rebajar las emisiones de su planta de Anleo, en Navia, pero la compañía también está haciendo cuentas para decidir si acepta la ayuda.
[–>
La multinacional química Bayer se ha aliado con Iberdrola para descarbonizar al 100% en la fábrica de Lada, en Langreo, la producción de principios activos como el de la popular aspirina. El proyecto consiste en la electrificación de las actuales calderas de gas y el uso de energías verdes con la creación de un parque solar fotovoltaico en la propia planta o el consumo de electricidad de la red con garantía de origen renovable. El plan, valorado en 17,8 millones de euros, ya tiene preasignada una ayuda de 5,25 millones de euros del PERTE de renovables y está pendiente de obtener también respaldo de ayudas europeas del PERTE de descarbonización industrial. Sin embargo, la multinacional química aun no ha tomado una decisión definitiva sobre esta inversión y está atenta a la evolución del mercado.
Más retiradas verdes en Europa: Hydro deja el hidrógeno y Northvolt quiebra
La suspensión por parte de ArcelorMittal de sus proyectos de sistemas de reducción directa de hierro (DRI) en Europa no es un hecho aislado en el contexto de la transición energética. Otras empresas relevantes dedicadas a las energías verdes también están pasando por situaciones difíciles. Así, el grupo metalúrgico noruego Norsk Hydro anunció ayer que dejará de destinar más capital a sus actividades de baterías e hidrógeno verde, que dejarán de ser áreas estratégicas de crecimiento para la compañía y «serán eliminadas progresivamente», debido al «desafío» condiciones de mercado.» Otra empresa escandinava, en este caso sueca, lo pasa aún peor. El fabricante Northvolt, especializado en baterías de litio para vehículos eléctricos, presentó el pasado jueves una petición formal de quiebra en Estados Unidos. La empresa, nacida de una alianza entre bancos, inversores y gigantes del automóvil como Volkswagen, sufre la debilidad general del mercado de coches eléctricos en Europa. En septiembre anunció el despido de 1.600 de sus trabajadores, aproximadamente una cuarta parte de su plantilla hasta entonces. En 2023, la compañía sueca triplicó sus pérdidas respecto al año anterior, obteniendo un resultado negativo de 1.000 millones de euros en ese año.
Suscríbete para seguir leyendo
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí