La economía española moderará su crecimiento en el segundo semestre del año ante la inestabilidad global y desequilibrios estructurales como la vivienda
La economía española acabará 2025 con un aumento del PIB del 2,5%. Las perspectivas para 2026 y 2027, dadas las condiciones macroeconómicas imperantes a nivel global, estiman una ligera reducción en las tasas de crecimiento del 1,9% y el 1,7%, respectivamente. Así lo indica el Informe Económico y Financiero de Esade, elaborado con el apoyo de Banc Sabadell, según el cual la inflación podría acabar el año sobre el 2,1%, aunque el porcentaje final queda «muy condicionado a lo que pueda pasar en el contexto internacional».
Toni Roldán, director del informe y de EsadeEcPol, ha explicado este martes que la economía española atraviesa un momento de notable fortaleza dentro el contexto europeo, «pero su ritmo de crecimiento se moderará en los próximos meses debido a la creciente inestabilidad geopolítica y financiera global». A esto se le suman desafíos estructurales internos «como el desajuste en el mercado de la vivienda, el elevado déficit público y una competitividad aún inferior a la media europea».
Los autores del informe, Josep M. Comajuncosa, profesor de Esade, y Manuel Hidalgo, profesor de la Universidad Pablo de Olavide, han destacado seis pilares que han sostenido el crecimiento español en los últimos meses: el impulso demográfico, el buen comportamiento del sector exterior, la favorable situación financiera de familias y empresas, la normalización de los tipos de interés y la inversión pública vinculada a los fondos europeos ‘Next Generation EU’. Además, han subrayado el efecto positivo de los precios energéticos «más bajos para las empresas españolas, facilitado por la expansión de las energías renovables, que ha mejorado la competitividad industrial respecto a los competidores directos».
No obstante, anticipan una progresiva moderación del ritmo de crecimiento debido a la incertidumbre global y al impacto de las nuevas políticas arancelarias de la administración Trump. Más allá de los factores coyunturales, también alertan sobre tres desequilibrios estructurales que pueden limitar el crecimiento sostenido de la economía española. En primer lugar, el creciente desajuste entre oferta y demanda en el mercado de la vivienda, con un aumento del 12,3% en los precios durante el primer trimestre de 2025. En segundo lugar, un déficit estructural por encima del 3% del PIB y una productividad que, pese a recientes mejoras en innovación y digitalización, sigue por debajo de la media europea. Y, finalmente, la necesidad de integrar los flujos migratorios, «con la necesidad de políticas públicas eficaces que maximicen el impacto positivo de esta dinámica demográfica».
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