La hija de María Corina Machado agradece el Nobel de la Paz: «Si queremos tener democracia, debemos estar dispuestos a luchar por la libertad»
«El pueblo venezolano no se rinde (…) Permítanme rendir homenaje a los héroes, a nuestros presos políticos (…) y a los líderes del mundo que nos acompañaron y defendieron nuestra causa»: con estas palabras, leídas por su hija Ana Corina Sosa, la opositora venezolana María Corina Machado se convirtió en Nobel de la Paz 2025. Fue en ausencia ya que, según recordó en su discurso, lleva 16 meses en la clandestinidad. Es decir, prácticamente todo el tiempo transcurrido desde que Edmundo Gutiérrez Urrutia –«un diplomático sereno y valiente»– ganó, estando ella inhabilitada como candidata, las elecciones presidenciales frente a Nicolás Maduro «con el 67 % de los votos», relató. Fue una victoria que, lejos de ser reconocida por el derrotado, desató la ira de un régimen acostumbrado a «desmantelar la democracia». «La riqueza petrolera no se usó para liberar, sino para someter», dijo, frase que podía interpretarse como alusión a Noruega, una potencia petrolera y democracia avanzada que basa su bienestar precisamente en el fondo soberano nutrido de la riqueza generada por el crudo.
[–>[–>[–>«La dictadura respondió aplicando el terror. 2.500 personas fueron secuestradas, desaparecidas o torturadas. Marcaron sus casas, tomaron a familias enteras como rehenes (…) A más de 220 adolescentes detenidos tras las elecciones les torturaron», recordó Machado, por boca de su hija, quien también proclamó solemne: «Si queremos tener democracia, debemos estar dispuestos a luchar por la libertad».
[–> [–>[–>La ausencia de la líder venezolana, a quien según Ana Corina se espera en Oslo «en unas horas», acentuó la emoción en el acto del Ayuntamiento de Oslo, al que acudían cuatro líderes derechistas latinoamericanos —el presidente argentino, Javier Milei, y sus homólogos panameño, José Raúl Mulino, paraguayo Santiago Peña y ecuatoriano Daniel Noboa– y que presidían, como hacen todos los años, los reyes Harald y Sonia. El monarca noruego, de 87 años, avanzó con dificultades hasta su puesto presidencial, de acuerdo al protocolo marcado en esa ceremonia centenaria.
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A los líderes de América Latina aludió presumiblemente Machado en su discurso, al mencionar a quienes acompañan la lucha de tantos venezolanos. Pero también podía interpretarse, por extensión, como un recuerdo a Donald Trump, el presidente estadounidense que quería para sí el Nobel de la Paz y al que Machado ha calificado sin reparos como su aliado.
[–>[–>[–>Del modelo de democracia al descalabro chavista
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Fue un discurso equilibrado e inteligente, en el que recorrió la historia de Venezuela y la suya personal y de su familia. Recordó cómo su país pasó de tener «una democracia que se convirtió en la más estable de América Latina» a caer en manos del «cabecilla de un golpe militar contra la democracias». «Muchos pensaron que el carisma podía sustituir al Estado de derecho», añadió. En el discurso no se mencionó con sus nombres ni a los dos rostros de la dictadura que denunciaba Machado —Hugo Chávez, representante del carisma, y su sucesor, Nicolás Maduro–, como tampoco se hizo con esos líderes que sí la arropan. Especialmente controvertido habría sido hacerlo con Trump, cuya supuesta ofensiva contra el narcotráfico en el Caribe le ha llevado ordenar que se ataque desde el ataque a barcas venezolanas, mientras amenaza con una intervención militar para forzar la ‘salida’ de Maduro. Esta afinidad o cercanía hacia Trump, un líder que no duda en deportar o matar a venezolanos, es el principal reproche que dirige a Machado incluso parte de sus compatriotas en la oposición, sea la de su propio país o en la diáspora.
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Fue una ceremonia emotiva, especialmente al tomar la palabra Ana Corina Sosa, de 34 años y residente en Nueva York, en nombre de su madre, de 58 y en paradero desconocido. En posición destacada la escuchaba Corina Parisca, su abuela, sentada junto a Gutiérrez Urrutia. Cerró el acto la pianista venezolana Gabriela Montero interpretando ‘Mi querencia’, por deseo expreso de Machado.
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[–>Camino al abrazo con los suyos
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El presidente del Comité del Nobel, Jörgen Watne Frydnes había abierto la ronda de discursos mencionando sí, con nombres y apellidos, tanto a algunos represaliados por el régimen chavista como a González Urrutia, asimismo presente en Oslo, a quien se refirió como «el presidente electo» de Venezuela. Recordó los «dilemas con el diálogo» que tuvieron anteriores premiados con el Nobel, como el polaco Lech Walesa y el sudafricano Nelson Mandela. Y expresó el total apoyo a la oposición democrática venezolana, en la persona de Machado, así como el repudio hacia la «fuerza bruta» representada por Nicolás Maduro. «María Corina Machado fue la candidata presidencial de la oposición y la voz unificadora de la esperanza», dijo, para equipar su ejemplo de coraje con el que dieron «otros que no se rindieron», como Andréi Sájarov o Mandela.
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Por encima de todos los méritos y emociones, sobre la gran sala del Ayuntamiento de Oslo pesaba la pregunta de cuándo acudirá la premiada a la capital noruega. El martes estuvo marcado por las expectativas depositadas en una conferencia de prensa con Machado que primero se aplazó y finalmente se suspendió. Para la entrega del premio en ausencia, presidida por una gran fotografía de la homenajeada, circulaba ya por Oslo el audio difundido por la organización del Nobel, con el anuncio de la visita presencial de Machado: «Y por eso estoy muy feliz y muy feliz de decir que no llegaré en el momento de la ceremonia, pero iré a Oslo (…) Sé que hay cientos de venezolanos de diferentes partes del mundo que pudieron llegar a tu ciudad, que están ahora mismo en Oslo, al igual que mi familia, mi equipo, tantos colegas. (…) Podré abrazar a mi familia y a mis hijos que no he visto en dos años, y a tantos venezolanos y noruegos que sé que comparten nuestro esfuerzo. Muchas gracias y nos veremos pronto.»
[–>[–>[–>El Nobel de la Paz es el único entre los galardones de la ‘familia Nobel’ que se entrega en Oslo, por designio de su fundador, el magnate sueco Alfred Nobel. La ceremonia correspondiente a los de Literatura, Física, Química, Medicina y Economía tiene lugar en Estocolmo. La fecha elegida para todos, el 10 de diciembre, es la del aniversario de la muerte de Alfred Nobel, en 1896. El prestigioso galardón está dotado con 1 millón de euros, 1,2 millones de dólares.
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