La humillación de Trump a Zelenski deja en manos de Europa la continuidad de la defensa de Ucrania

«Hoy ha quedado claro que el mundo libre necesita un nuevo líder. Nos corresponde a nosotros, los europeos, aceptar este desafío», ha dicho Kaja Kallas en un breve comunicado emitido en redes sociales en la mañana de este sábado, tras la humillación a la que Donald Trump sometió a Volidimir Zelenski en la Casa Blanca este viernes. Y no ha habido hasta la fecha una reacción más contundente de dirigentes europeos de alto nivel que la de la vicepresidenta de la Comisión Europea y alta representante de la UE para las políticas comunes de Asuntos Exteriores y de Seguridad. El mensaje se interpreta, más que una contestación al régimen trumpista, como una constatación de un cambio de pantalla en Occidente.
En Kiev, de hecho, se espera para el 6 de marzo la aprobación de un paquete considerable de ayuda económico-militar europea, confiando en la impresión que ha hecho pública la propia Kallas: «Los ministros (de Defensa y Exteriores) han apoyado ampliamente la nueva iniciativa de ayuda militar para Ucrania«. Está por aclarar un detalle tan importante como el cuánto, más allá de una primera propuesta de 6.000 millones de euros. Y está más claro el montante puramente militar para ir entregando en este arranque de año: más de 1,5 millones de proyectiles de artillería de gran calibre, misiles de defensa antiaérea, drones, vehículos blindados… y un material clave: misiles de largo alcance.
Con el tiempo, quizá, se verá si la estruendosa escenificación de Trump y JD Vance rompiendo con el presidente ucraniano en el despacho oval se precipitó cuando Washington constató que Zelenski iba a reunirse 48 horas después en Londres con 15 líderes europeos. La cita se programó sobre la marcha -indican fuentes ucranianas-, con los europeos esperando a saber qué salía del encuentro en Washington. Ahora el premier británico, Keir Starmer, el francés Emmanuel Macron y el resto de mandatarios europeos ya tienen clara cuál es la actitud norteamericana.
Ya antes, los encuentros de Starmer y Macron con Trump habían sido infructuosos, pero sirvieron para ir constatando en Europa que EEUU se va apartando de la coalición de apoyo a Ucrania. Ahora la constatación no es gerundio, sino presente. Y se dispara la pregunta sobre si hoy sigue siendo tan sólido como lo fue en 2022 el aserto geoestratégico de que, sin Estados Unidos apoyando, Kiev no aguanta el embate ruso.
Con toda la obscenidad de la escena, Trump le repitió este viernes a Zelenski que no aguantará ni una semana la guerra sin ayuda americana y no tendrá bazas para sentar al ruso Vladimir Putin a negociar. Pero puede que de la cumbre de defensa europea de este domingo salga otro panorama. Se dispara igualmente el significado, la relevancia, que tendrá la visita que este miércoles hará el rey Felipe VI a los reclutas ucranianos y sus instructores en la Academia de Infantería de Toledo.
Frente estancado
Un detalle previo: el nuevo paquete de ayuda militar y financiera europea será tanto más cuantiosa cuanto menos dependa del voto negativo de Hungría y Eslovaquia. De ahí que no se espere que la nueva contribución la aporte la UE, sino cada país individualmente según su PIB. Y eso también es un cambio de pantalla.
Zelenski deja precipitadamente la Casa Blanca este viernes. / Shawn Thew EFE
La pregunta esencial en torno a la continuidad de la guerra es respondida a este diario por un alto jefe de la Armada española: con ayuda europea la guerra no va a parar, al menos inmediatamente, porque «Trump no puede armar a Putin, y Rusia no puede hacer mucho más de lo que hace». La apuesta, suscrita por otros militares consultados por este diario, es de continuidad en el estancamiento del frente, los lentos movimientos en pos de pequeños pedazos de terreno que tantas vidas cuestan.
Una fuente ucraniana señala por su parte que ahora, tras la ruptura en el despacho oval, Trump tiene mucho más difícil llegar a un acuerdo con Putin, esa negociación para la que JD Vance ya le había entregado a Rusia gratis, sin siquiera sentarse a la mesa, los territorios ocupados en el este y sur de Ucrania. «Ningún acuerdo al que quiera llegar Trump con Rusia será sólido ni creíble si no lo reconoce ni Ucrania ni la Unión Europea», argumenta esta voz de Kiev.
«No tienes hombres, no tienes cartas para jugar», le espetó Trump a Zelenski este viernes echando sal en la llaga del cansancio del pueblo ucraniano. Pero los militares españoles consultados creen que Rusia también acusa el desgaste, y le dan credibilidad al detalle, grabado en vídeos de dron, de soldados rusos utilizando en el frente, en vez de blindados, coches civiles, frágiles utilitarios que son destruidos ipso facto.
Avisos de inteligencia
De cara a la reunión con más contenido militar que diplomático, la cumbre de este domingo, a la que asiste Pedro Sánchez, apuntes de los servicios de inteligencia europeos ayudan a la toma de decisiones de sus líderes. Algunas informaciones no difieren de las actualizaciones sobre la situación en el frente de Ucrania o en el panorama general de la guerra que difunde el Reino Unido a través del RUSI (Royal United Services Institute). Según este organismo de análisis, Trump tiene ahora más difícil el acceso a los minerales estratégicos, como el litio, y las tierras raras de Ucrania, y también tiene más complicado impedir que esos materiales los extraiga y procese Europa… o China.
Los soldados ucranianos disparan un cañón autopropulsado Pion 2S7 en las proximias de Kherson. / Viacheslav Ratynskyi – Reuters
Apunta la mencionada fuente ucraniana que también tiene más difícil Trump saber los planes de los países europeos que continúan siendo aliados de Estados Unidos, pues en algunos servicios de inteligencia a este lado del Atlántico cunde cierta desconfianza sobre el tándem formado por el secretario ultra norteamericano de Defensa Pete Hegseth y su nueva directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard.
La cumbre de defensa de Londres se mueve en un marco en el que hay en general dos teorías sobre el futuro de la actitud rusa hacia Europa tras la guerra de Ucrania. La primera, y más vieja: Rusia atacará a otro país europeo, seguramente báltico, en los próximos cinco años. La segunda, más reciente: Rusia está ya tan desgastada económica y militarmente en esta guerra que a Putin, con una edad avanzada, no le dará tiempo a recuperarse e impulsar otra ofensiva contra Europa.
Contra la segunda habla uno de los últimos informes de inteligencia publicados en Europa, el del Välisluureamet, servicio secreto de Estonia, siempre bien informado sobre Rusia. En su análisis de situación de la guerra señala que Rusia ha creado -y también recuperado- unidades militares para situarlas junto a Finlandia, y les está proporcionando experiencia de combate en el frente ucraniano.
Dice el informe estonio que, además, el Kremlin -que aspira a reunir 1,5 millones de soldados nuevamente- está nutriendo grandes unidades de infantería motorizada que podrían estar plenamente operativas en cuatro años. El dosier aventura que Moscú podría activar nuevos ataques híbridos contra Europa a medio plazo, y que Rusia, si bien tiene problemas para financiar nuevas industrias de armamento, fabrica a buen ritmo drones en 48 plantas de montaje masivo.
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí