la verdadera realidad de una etapa de descanso en el Rally Dakar
Este viernes 10 de enero, primer y único día de descanso para Rally Dakar 2025. Un encuentro esperado con impaciencia por todos los pilotos y la primera semana de carrera fue dura e intensa. David Castera Avisó durante meses de la trama que tenía preparada en aquellos primeros días y lo cierto es que no defraudó.
Todo empezó con una etapa 1 muy exigente, antes de una jornada de 48 horas que fue un infierno para muchos corredores. Pero lo más llamativo es que no hubo tregua a partir de entonces y el tesón extremo se mantuvo hasta la etapa maratón que desembocó en aquella citada jornada de descanso.
A lo largo de las últimas 24 horas, los pilotos han podido recuperar el aliento para completar los más de 2.400 kilómetros de especiales que restan por disputar en este Dakar. Una segunda parte que será más corta, pero también más lenta, ya que la mayor parte transcurrirá por terrenos sueltos y arenosos. Una trampa donde el mayor reto será no quedar atrapado.
Así que, aunque muchos esperaban que este día les sirviera para recargar pilas, lo cierto es que un día de descanso en el Dakar es casi más duro que un día de etapa normal. El vivac no para y muchos conductores se ven obligados a pasar interminables horas afinando sus vehículos para poder afrontar el reto de obtener la codiciada medalla. acabador.
Pero si hay alguien que sufre especialmente en estas etapas, como durante todo el Dakar, son los pilotos de la categoría de motos. Original de Motul. Se trata de los llamados “pilotos no asistidos”, que se ven obligados a hacerlo todo ellos mismos, sin la ayuda de mecánicos. De esta manera, hoy cuentan con innumerables obras como cuenta. Javi Vegacorredor Puente del Grupo – Kove.
Un día de “descanso” en Original
Javi Vega está teniendo un Dakar complicado. El piloto del Pont Grup – Kove llegaba con la ambición de luchar por la victoria en la clasificación Original by Motul. Sin embargo, los problemas de navegación le perjudicaron hasta el punto de dejarle prácticamente sin posibilidades de victoria o podio.
Desde el inicio de la carrera, Vega se ha mostrado autocrítico y cometido errores que le penalizaron en exceso. Para colmo, el sistema de navegación proporcionado por la carrera no funcionó bien durante varias etapas, lo que acentuó esta crítica situación. Aunque no tuvo que vivir el calvario que sufrió en 2024 cuando una grave caída le obligó a conducir despacio durante todo el Dakar.
Este año sus mayores problemas han sido tener que recorrer muchos kilómetros por un terreno muy polvoriento en el que tenía que rodar con la mano en el freno, cediendo así tiempo a sus rivales. Sólo durante la etapa 5, antes de este día de descanso, pudo disfrutar momentáneamente de su nuevo Kove.
«Lo pasé muy bien. Fue el primer día después de varias etapas que la navegación me vino bien y pude navegar con lujo». Sin embargo, no hay rosas sin espinas para Javi en el Dakar. Antes de finalizar la especial, el madrileño realizó una increíble huida tras chocar contra una roca escondida que era casi imposible de esquivar.
“40 kilómetros antes de llegar a meta, como siempre hay una piedra que lleva tu nombre. Lo salvé con la rueda delantera, pero con la rueda trasera me estrellé y caí completamente de lado.«. Un golpe que le provocó un grave traumatismo en las costillas del que aún no se ha recuperado.
Incluso si no fuera lo peor: «Exploté la navegación y todo el carbono. Pero eso no es lo que me preocupa. Se me rompió el tornillo del manillar. Estaba un poco jodido porque no se controlaba bien la moto. “Hice exactamente lo que no se puede hacer en el Dakar: caer”.
Javi Vega tuvo que terminar la etapa con el manillar tambaleante y alcanzar velocidades superiores a los 100 kilómetros por hora entre piedras y dunas. Pero logró lograr su objetivo y durante este día de recreación pudo hacer de todo menos descansar.
«Hoy no pude decir mucho porque era día libre. De 8:00 a 18:00 volví a montar en bicicleta.. Toda la navegación es nueva, las ruedas, las dos llantas, cambié toda la transmisión, cambié el embrague…”. Más de 10 horas de trabajo contrarreloj para poder empezar la carrera. Etapa de mañana.
Aunque al menos logró conseguir su objetivo: “La moto está como nueva para empezar la segunda semana”. Eso sí, empeorando su condición física. “Me duelen las costillas, pero todo está bien”. Cuando hace mal tiempo, buena cara. Y Javi Vega es un auténtico dakariano que nunca pierde la sonrisa, esa que seguro le acompañará durante esta segunda semana hacia la meta de Shubaytah.
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