MADRID 25 dic (EUROPA PRESS) –

Los titulares de la prensa internacional han estado dominados en 2025 por la expansión de los conflictos, que han alcanzado niveles no vistos desde la Segunda Guerra Mundial, y los desastres naturales que han dejado miles de muertos y profundizado las crisis humanitarias en varios países ya golpeados por la guerra y el cambio climático.

Sin embargo, diversas ONG y agencias de Naciones Unidas señalan también otros hechos relevantes que permiten mirar la situación con mayor optimismo, aunque advierten del impacto de los recortes en la entrega de fondos y su posible repercusión en los avances obtenidos en diversos campos.

La portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en España, Paula Barrachina, afirma que «los movimientos de retorno crecieron significativamente en 2025». «En los primeros seis meses del año, los retornos de refugiados y desplazados internos se triplicaron en comparación con el primer semestre de 2024, alcanzando 6,9 millones, uno de los niveles más altos jamás registrados», afirma.

«Los retornos hacia y dentro de la República Democrática del Congo, Siria, Sudán, Afganistán, Etiopía, Birmania y Ucrania representaron el 95 por ciento de todos los movimientos de retorno en el período», explica, al tiempo que sostiene que «uno de los acontecimientos más esperanzadores de 2025 ha sido el aumento de los retornos voluntarios a Siria», donde «la caída del régimen de Al Assad ha abierto una ventana a la paz y la estabilidad».

Así, Acción Contra el Hambre destaca que «en un año marcado por emergencias y desafíos, se ha demostrado que la cooperación internacional y la innovación social siguen siendo motores de esperanza», poniendo como ejemplo el trabajo de su equipo en un entorno «difícil» para poder atender a 1,5 millones de personas en los Territorios Palestinos Ocupados.

En Gaza, donde este año se declaró la hambruna en varias zonas, más de un centenar de trabajadores de Acción contra el Hambre han entregado agua, alimentos, apoyo nutricional y psicosocial a miles de familias. «Nuestro trabajo demuestra que incluso en los escenarios más críticos es posible ofrecer esperanza y dignidad», afirma la ONG.

Desde Ayuda en Acción, Giulia Tieni, responsable de la Unidad de Acción Humanitaria, destaca que «a pesar de los retos que afronta el mundo entero en relación a la alimentación, varios países están demostrando que es posible avanzar en la lucha contra el hambre en contextos complejos o en crisis humanitarias prolongadas».

El Índice Global del Hambre muestra que Etiopía «logró aumentar la ingesta de calorías de los hogares más vulnerables, aumentar sus ingresos y fortalecer la resiliencia ambiental», mientras que Sierra Leona «redujo la inseguridad alimentaria estacional y mejoró la nutrición escolar, al tiempo que impulsó su autosuficiencia en arroz con nuevas tecnologías agrícolas».

Además, Angola «continúa reforzando la vacunación y las infraestructuras rurales tras años de conflicto», mientras que Bangladesh «pasó de un nivel de hambre severo a uno moderado desde 2000 y redujo significativamente la desnutrición infantil». A estos avances se suma Nepal, que «continúa ampliando el acceso a los alimentos y fortaleciendo la salud nutricional».

En este contexto, Amnistía Internacional señala que «el activismo y la lucha colectiva siguen abriendo grietas de esperanza», poniendo como ejemplo las opiniones consultivas «históricas» de la Corte Internacional de Justicia y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que dejan «claro» que «no se puede garantizar el pleno disfrute de los Derechos Humanos sin proteger el sistema climático y otras partes del medio ambiente».

Asimismo, elogia la decisión de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) de emitir una orden de arresto contra el líder supremo de los talibanes, el mulá Hebatullah Ajundzada, por persecución por motivos de género contra mujeres, niñas y personas LGBTI en Afganistán, lo que supone un «avance hacia la justicia».

La ONG también aplaude la detención del ex presidente filipino Rodrigo Duterte tras la orden de detención de la CPI por presuntos crímenes contra la humanidad durante su «guerra contra las drogas», así como la liberación de destacados activistas en Arabia Saudita, Turquía, Egipto, Túnez y China.

Por su parte, Médicos Sin Fronteras (MSF) destaca la «estrategia innovadora» para luchar contra la malaria en 20 centros de salud de Burundi -uno de los países con mayor incidencia de malaria- con un programa piloto en el que participan unos 18.000 niños y que está permitiendo avances visibles.

«Para dar una respuesta más sostenible, propusimos a las autoridades un enfoque piloto: proteger a todos los niños mediante la vacunación contra la malaria, un tratamiento preventivo a largo plazo y la entrega de mosquiteros tratados con insecticida, todo al mismo tiempo», especifica Zakari Moluh, coordinador del proyecto de MSF en Cibitoke.

MSF destaca el programa puesto en marcha por la ONG para la atención de pacientes con fístulas en Baidoa, Somalia, que «ofrece gratuita y completa reparación de fístulas como parte de un servicio sostenido e integral, tratamiento de desgarros perineales graves, seguimiento pre y postoperatorio, apoyo nutricional y apoyo psicosocial integral».

En este sentido, Save the Children señala que los niños en Somalia tienen «mayores protecciones legales y derechos», incluido el acceso a la salud y la educación, después de que el Parlamento ratificara la única carta regional de África sobre los derechos de los niños.

La organización recuerda la decisión de Bolivia de prohibir el matrimonio infantil, convirtiéndose en el 14º país de América Latina en dar este paso. Antes de que se aprobara la ley, más de una de cada cinco niñas se veía obligada a unirse antes de los 18 años, y alrededor del tres por ciento se casaba antes de los 15 años.

Por su parte, Nazareth Mateos, especialista en género del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en España, señala el paso dado por Yibuti al reformar su Constitución para prohibir la mutilación genital femenina. «Esta enmienda refuerza la protección de la integridad física y la dignidad humana, y consolida el compromiso del país con la erradicación de esta práctica a través de leyes, educación y apoyo comunitario», afirma.

Más de 230 millones de niñas y mujeres, de las cuales 144 millones viven en África, han sufrido esta práctica, que causa graves daños físicos, psicológicos y sociales, por lo que UNICEF trabaja con gobiernos, organizaciones locales, líderes comunitarios y otros aliados para promover cambios sociales y culturales que la desalienten.

En otro orden de cosas, World Vision elogia los avances en la lucha contra la deforestación, recogidos en el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que apunta a una reducción del ritmo al que avanza la destrucción de la cubierta arbórea desde principios de siglo, con un descenso de la deforestación hasta los 10,9 millones de hectáreas anuales entre 2015 y 2025, frente a los 17,6 millones entre 1990 y 2000.

«Reforestar tierras degradadas para proporcionar medios de vida a las comunidades más vulnerables ha sido un objetivo durante décadas», destaca la directora de Comunicaciones de World Vision, Eloisa Molina, quien dice que la manera de abordar el problema es mediante la promoción de un método de reforestación llamado Regeneración Natural Gestionada por Agricultores (FMNR).

Molina explica que este método «consiste en la selección y manejo de árboles y arbustos que crecen a partir de tocones vivos, raíces y semillas latentes». «Este método es barato y escalable y tiene múltiples beneficios: aumento de la producción de alimentos, leña y madera para la construcción, alimentos silvestres y medicinas tradicionales», reseña.