Las opciones que maneja TSK para salvar sus contratos y garantizar su futuro, con fondos de EE UU y de Oriente interesados
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TSK, ingeniería industrial asturiana con más de 1.500 trabajadores, busca inversores. La familia García Vallina, que en los últimos años había barajado la posibilidad de sacar la compañía a Bolsa para reforzar su capital, ha contratado ahora a Banco Santander y Stifiel para que busquen un inversor interesado en entrar en el capital con una posición minoritaria, porque la preferencia de los actuales accionistas es continuar al timón. No obstante, los dueños no cierran la puerta a la entrada de un socio mayoritario y, en último caso, a vender el 100% si no se lograran la otras dos opciones. La valoración que han hecho los bancos de la compañía es de entre 500 y 600 millones de euros y ya hay fondos de inversión interesados.
Stifiel es un banco de inversión norteamericano y ha sido seleccionado por TSK con vistas a captar inversores en Estados Unidos y Oriente Medio, donde tiene mucha presencia. De hecho, fuentes de TSK señalaron que ya se han interesado varios fondos soberanos de Oriente Medio –se apuntan los nombres de QIA, PIF y Adia– y algún fondo industrial de EE UU que ven en TSK una compañía con tecnología y referencias en el sector de la energía, industria y centros de datos para todas las inversiones que vienen en ese campo.
El mandato de venta a Santander y Stifiel es flexible y podría ser por el 100% o por un porcentaje menor, que es la preferencia de los accionistas, que quieren «continuar para aprovechar el crecimiento de la compañía en los próximos años», señalaron fuentes de TSK, que confían en que la entrada del nuevo inversor de fortaleza a la compañía, que en los últimos años ha registrado tensiones de tesorería por la participación en grandes proyectos internacionales a largo plazo que requieren de un fuerte respaldo financiero.
Pese a esas tensiones, la compañía nacida en Gijón hace 39 años sigue siendo rentable. Los datos provisionales del ejercicio de 2024 apuntan a unas ventas de 1.012 millones del euros –por debajo de los 1.265 millones de 2023 que supusieron su récord de facturación–, un EBITDA de 65 millones de euros y un beneficio de 33 millones. Desde la compañía indicaron que el inicio de 2025 ha sido «extraordinario» en contratación y a la fecha, solo en un mes, TSK acumula proyectos valorados en 1.280 millones euros, 280 más que el objetivo para todo el año (1.000 millones). Además, añadieron, tienen más proyectos sobre la mesa por otros 1.000 millones que se podrían cerrar en el primer trimestre del año y un conjunto de proyectos de 1.700 millones para los que necesitan avales.
«Para aprovechar todas estas oportunidades que hoy tenemos y tener un crecimiento significativo en los próximos años, TSK necesita estar dentro de un grupo más grande que pueda aprovechar nuestras referencias, capacidad tecnológica y presencia internacional y posicionar a TSK en unos niveles de ventas por encima de los 3.000 millones de ventas en 2028», añadieron desde la compañía presidida por Sabino García Vallina.
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