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Las personas propensas a enfadarse son más susceptibles de creer en teorías conspirativas

Las personas propensas a enfadarse son más susceptibles de creer en teorías conspirativas
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  • Publishedenero 12, 2025


Las personas con altos niveles de ira como rasgo de personalidad tienen una mayor tendencia a creer en teorías de conspiración, independientemente de la maldad percibida de las intenciones de los conspiradores.

Las teorías de la conspiración son explicaciones que atribuyen los acontecimientos a planes secretos ideados por grupos poderosos, muchas veces cargados de intenciones ocultas. Surgidos de la incertidumbre y la desconfianza, simplifican acontecimientos complejos y son catalizados por la difusión en las redes sociales.

El estudio, publicado en Personalidad y diferencias individualesexploró la conexión entre la ira como rasgo de personalidad y la susceptibilidad a las teorías de conspiración. Estas teorías, que a menudo involucran grupos que operan en secreto para su propio beneficio y en detrimento de otros, se dividen en dos categorías basadas en la maldad percibida de las intenciones de los conspiradores: teorías de “mal bajo” y teorías de “mal alto”. . Por ejemplo, aunque creer que la Tierra es plana sería una teoría poco maligna, la idea de que un gobierno orqueste el asesinato de figuras públicas es una teoría muy maligna.

El equipo dirigido por Eddie Harmon-Jones realizó dos estudios en línea para analizar cómo el rasgo de ira influye en la creencia en estas teorías. El primero incluyó a 112 participantes adultos y el segundo a 165, ambos reclutados en la plataforma Prolific, con edades medias de 36 y 39 años, respectivamente. Los investigadores desarrollaron un cuestionario que incluía 24 teorías en versiones de baja y alta maldad, permitiendo evaluar las diferencias de creencias hacia cada tipo.

Resultados clave

En ambos estudios, los participantes con niveles más altos de rasgo de ira mostraron una mayor propensión a creer en teorías tanto bajas como altas. Las personas más jóvenes y con menos educación también mostraron una mayor tendencia hacia teorías de baja maldad. Sin embargo, la “mentalidad de conspiración” (la inclinación general a creer que los acontecimientos importantes son manipulados por grupos poderosos) fue el predictor más fuerte para ambas categorías.

Un hallazgo interesante fue que, en general, las teorías de baja maldad se consideraban más creíbles que las de alta maldad. Esto podría estar relacionado con la percepción de que intenciones menos maliciosas son más plausibles o menos amenazantes.

Implicaciones del estudio

Este trabajo amplía investigaciones anteriores al resaltar cómo las percepciones de maldad en las intenciones de los conspiradores interactúan con la ira para influir en las creencias conspirativas. Los autores concluyeron que las personas con altos niveles de ira pueden ser especialmente vulnerables a teorías más maliciosas, probablemente porque refuerzan emociones intensas que ya experimentan.

Aunque los resultados son relevantes, los estudios se realizaron con muestras relativamente pequeñas y homogéneas. Estudios futuros con poblaciones más grandes y diversas podrían arrojar resultados diferentes y ofrecer una comprensión más profunda de la dinámica psicológica que sustenta la creencia en las teorías de la conspiración.

REFERENCIA

Creencia en teorías de conspiración que se diferencian en malas intenciones: correlaciones con la ira y otros rasgos



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