Los 5 argumentos de Illa en defensa de la financiación singular ante los presidentes autonómicos
«No he venido a convencer, he venido a explicar y a escuchar», dijo el president de la Generalitat, Salvador Illa, desde el atril de la rueda de prensa con su homólogo de Canarias, Fernando Clavijo, justo al lado. En la sala de máquinas de la Generalitat explican que el propósito es romper «tópicos» que han arraigado como el de que Catalunya, primero con el ‘procés’ y ahora con la financiación singular, va a la suya sin contar con el resto del Estado. El president considera que antes de entrar a fondo en el gran nudo gordiano del modelo de reparto de recursos hay que cultivar las relaciones con los mandamases autonómicos basándose en una agenda de intereses compartidos para convencerles de que Cataluña está dispuesta a «contribuir» en la construcción estatal. Se trata, al fin y al cabo, de tejer vínculos para intentar rebajar los anticuerpos cuando toque abordar la financiación singular.
No encajar un ‘no’, como ha pasado después de citarse con el presidente de Canarias, es ya considerado una victoria para Illa, que está ejerciendo de telonero del Gobierno y perfilando su argumentario para que acabe arraigando el modelo singular catalán que presume de tener ya pactado con el presidente Pedro Sánchez. A continuación, los cinco principales motivos con los que intenta apuntalar la suerte de concierto económico pactado con ERC y que no está claro si supondrá o no la salida del régimen común, pero de cuya consecución depende la estabilidad de la legislatura catalana.
El punto de partida al que se acoge Illa es que no hay ninguna autonomía que no acepte que el modelo de financiación, que fecha de 2009, se tiene que reformar. Incluso los barones del PP, los más beligerantes contra el planteamiento catalán, lo reclaman. El mismo Clavijo (de Coalición Canaria) defendió el viernes que, 16 años después, hay que «repensar» el modelo de reparto de recursos para que las autonomías puedan sostener los servicios públicos que prestan. Por ello, el president invita a sus homólogos a afrontar, cada uno con sus intereses pero con sosiego, un debate que es considerado ineludible por todos.
Por más que la financiación singular que reivindica Catalunya supondría una mayor inyección de recursos para la Generalitat -hay cálculos que cifran en 30.000 millones más lo que se ingresaría con el nuevo modelo-, Illa reivindica que no eso no supone el fin de la «solidaridad» porque se seguirá aportando a la caja común para contribuir a la financiación de otros territorios con menor renta. Eso sí, según el papel firmado con ERC, queda limitada al principio de ordinalidad para que Catalunya no pierda recursos per cápita después de esa redistribución solidaria. Además, el president aboga por que se ponga fin al ‘dumping fiscal’ que hacen algunas comunidades bajando impuestos, especialmente Madrid, mientras acusan a la Generalitat de no ser lo suficientemente solidaria.
Illa busca complicidades con otras autonomías que están en una situación de infrafinanciación similar a la de Catalunya, como la valenciana o las Baleares, gobernadas por el PP. El posicionamiento sobre el modelo económico no es unánime ni dentro del PSOE ni entre los populares, puesto que está condicionado por la situación de cada territorio, motivo por el que el president de la Generalitat tratará de buscar rendijas. Pendiente de agendar está un encuentro con Carlos Mazón, pero también con el andaluz Juanma Moreno. En el caso de Canarias, que no es contribuyente neto en la financiación, Illa ha puesto el foco en la «singularidad» territorial que también tienen las islas.
Si Catalunya quiere mejorar su financiación es, subraya Illa, porque tiene «vocación de ejercer su autogobierno», que incluye sostener -y reimpulsar en lo que denomina como la tercera gran transformación- servicios públicos como la sanidad, la educación o las infraestructuras -que acumulan años de desinversión-, pero también otros, como los Mossos, que no tienen otras autonomías. Este ha sido uno de los argumentos en los que se ha basado también el Gobierno a la hora de justificar su apoyo a la financiación singular.
Trasladar que con él al frente de la Generalitat se ha recuperado la «normalidad» en Cataluña ha sido otro de los empeños de Illa, empecinado en recuperar los lazos rotos durante el ‘procés’ con instituciones como la monarquía. Para el president, la financiación singular es la vía para aplacar el conflicto territorial y dar carpetazo al independentismo por la vía de lograr un acomodo de Cataluña dentro de una España que defiende que debe avanzar hacia una relación federal con sus territorios.
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