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Los cracks explotarán antes que Valverde o Nibali

Los cracks explotarán antes que Valverde o Nibali
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  • Publishednoviembre 2, 2025



Ha sido el mejor de la temporada. Todos los focos le sonríen. Durante el pasado Critérium de Komenda, en su Eslovenia natal, el esloveno dejó caer una frase que atraviesa la piel del ciclismo moderno: «Ya estoy contando los años que me quedan para retirarme». Hablaba de un futuro no tan lejano, de la posibilidad de disputar “un par de Tours más”, de la necesidad de elegir el calendario, de que el fuego de la élite calienta tanto como consume. 

Vingegaard: “Si no coincidiera con Pogacar ya tendría cinco grandes”Vingegaard: “Si no coincidiera con Pogacar ya tendría cinco grandes”

Con 27 años, el astro del UAE Team convirtió en confesión lo que muchos susurran en silencio: las carreras de hoy pueden ser más breves, pero la gloria resulta más intensa.La tesis de Pogacar no nace en el vacío. En el Tour, su gran antagonista, Jonas Vingegaard, ya asumía que cada temporada empieza desde cero y que el listón se recoloca más arriba. Hablando con MARCA durante LaVuelta, el danés dejó una frase que retrata la magnitud de esa rivalidad: «Si no coincidiera con Pogacar ya tendría cinco grandes». 

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No lo decía con frustración, sino con la certeza de que la vara de medir en este tiempo es extraordinaria. En la misma charla reconocía que la comparación no le desgasta, al contrario: «Me motiva, porque es el mejor ciclista del mundo ahora mismo. Si quieres ganar, tienes que batir a Pogacar». Palabras que ilustran hasta qué punto la generación actual compite bajo un techo de cristal que ellos mismos elevan cada año.

Edades de la retirada.

Edades de la retirada.MARCA

En el pelotón español, voces como la de Carlos Verona llevan tiempo explicando cómo todo se ha comprimido: concentraciones en altura encadenadas, nutrición milimétrica, tecnología que acelera y, al mismo tiempo, encarece fisiológicamente cada esfuerzo. «Todo está muy medido. En mi caso, cada vez disfruto más. Pero hay corredores que tienen muchísima presión encima y eso hay que entenderlo», decía a este medio. 

Mikel Landa, testigo de la transición entre dos épocas, resume la sensación compartida: «Los jóvenes llegan listos para ganar desde el primer día y obligan a todos a vivir en una tensión permanente». Roger Adrià añade el matiz clave: «Sin una gestión fina de cargas y descansos, el sistema se agrieta».

Landa, en el podio de la Volta 2024 con Pogacar y Bernal

Landa, en el podio de la Volta 2024 con Pogacar y Bernal

Los jóvenes llegan listos para ganar desde el primer día y obligan a todos a vivir en una tensión permanente

Mikel Landa a MARCA

Los tiempos han cambiado

Desde los coches, Joxean Fernández Matxin ofrece otra mirada: «Quizá ya no se trate de alargar a toda costa, sino de exprimir con calidad los años buenos». En paralelo, técnicos y preparadores como Carlos Barredo describen la factura oculta: «el rendimiento se sostiene sobre el sueño, el sistema nervioso, la recuperación mental». No es solo potencia; es sostenibilidad.

Joxean Fernandez Matxin describe la figura de Pogacar

Quizá ya no se trate de alargar a toda costa, sino de exprimir con calidad los años buenos

Matxin a MARCA

En ese contexto, suena lógico el análisis  reciente de Johan Bruyneel expresado en su podcast: «A Pogacar le faltan cuatro carreras por ganar y luego se irá», afirmó. Según el belga, puede conseguir esos eventos de aquí a 2028 y entonces estaría listo para colgar la bicicleta. Lo más interesante fue la mirada del exdirector del US Postal, que hasta anticipó cuándo podría producirse su retirada: «Son Milán-San Remo, París-Roubaix, la Vuelta a España y los Juegos Olímpicos. Después de eso, en 2028, todo habrá terminado. Él habrá ganado todo lo que se puede ganar», amplió en The Move. Una predicción que encaja perfectamente con la idea de un ciclismo acelerado, donde las eras se condensan y los grandes campeones queman etapas (y sueños) a velocidad de vértigo.

Slider: de Merckx a Pogacar

A Pogacar le faltan cuatro carreras por ganar y luego se irá

Johan Bruyneel

Quienes vivieron carreras largas reconocen las diferencias. Samuel Sánchez contrapone un ciclismo que “permitía respirar” con otro que exige competir a máxima intensidad en casi cada dorsal. Fabio Aru, retirado en plena treintena, identifica en las palabras del esloveno un debate necesario: cómo convivir con la presión sin hipotecar la cabeza. «Me tocó vivir algo parecido. Estar en esa situación de tener siempre que responder es complicado», decía antes de la ronda española. Richard Virenque recuerda otra era, «con menos sensores y menos exposición continua», pero con un peaje mental nada menor.

Merckx vs Pogacar

Me tocó vivir algo parecido. Estar en esa situación de tener siempre que responder es complicado

Samuel Sánchez a MARCA

La excepción, como siempre, se llama Alejandro Valverde. Su longevidad no desmiente a Pogacar, la matiza: disfrutar y cuidarse puede alargar la historia, pero el ecosistema actual lo hace más difícil. Miguel Indurain aporta el contraplano histórico: «Se necesitan menos picos por temporada, una regularidad diferente y un calendario menos amplio al de ahora».

Así está la carrera por los monumentos.

Así está la carrera por los monumentos.

Se necesitan menos picos por temporada, una regularidad diferente y un calendario menos amplio al de ahora

Indurain a MARCA

El dato que explica el vértigo

El pelotón se ha rejuvenecido mientras sus estrellas cumplen años a cámara rápida. La edad media de las grandes vueltas ha bajado respecto a hace una década y el WorldTour convive con una docena de menores de 20 años en nómina. El maillot blanco ya no es un premio de consolación: lo disputan ciclistas que aspiran a ganar la general. Remco Evenepoel, Juan Ayuso o Iván Romeo encarnan esa precocidad que hoy parece extraordinaria, pero que en otras eras también asomó: Egan Bernal ganó el Tour con 22; más atrás, Damiano Cunego se llevó el Giro con 22 y Jan Ullrich dominó París con 23.

Roglic, Pogacar, Del Toro y Vingegaard en Andorra.

Roglic, Pogacar, Del Toro y Vingegaard en Andorra.Andorra Cycling Masters

La diferencia no está solo en los DNI, sino en la estructura: hoy existen potenciómetros, test de campo y de laboratorio, análisis de oxígeno y modelos que detectan antes el “motor”. Dani Clavero, exprofesional y observador atento del ciclismo base, lo expresa con crudeza: «Está claro que los talentos prematuros y la búsqueda incesante de esos jóvenes valores hace que la vida deportiva de esos profesionales sea más corta y acabe mucho antes. No vamos a ver corredores de ese talento con esas características con la edad de 38 o 40 años haciendo lo que hacen actualmente, eso es una obviedad. Los cracks explotarán antes que Valverde o Nibali».

No vamos a ver corredores de ese talento con esas características con la edad de 38 o 40 años haciendo lo que hacen actualmente

Clavero a MARCA

También lo sintetiza en otra idea: medimos el cuerpo como nunca, pero aún nos falta medir el ánimo. La salud mental sigue siendo una asignatura que el ciclismo debe aprobar si quiere que estas carreras, tan precoces, no se apaguen demasiado pronto.

Ahí coincide también Lorena Cos, psicóloga deportiva consultada por este medio, que añade una perspectiva esencial: “El ciclismo de alto rendimiento no es solo un desafío físico, es un modo de vida que implica sacrificios enormes más allá de los entrenamientos y las carreras. Estar lejos de casa durante meses, la presión mediática, las expectativas de patrocinadores y la constante lucha contra el desgaste mental son retos que pocos jóvenes están preparados para gestionar a largo plazo. Cuando los grandes triunfos llegan a los 20 años, la mente corre el riesgo de agotarse antes que el cuerpo y es ahí donde empieza la verdadera batalla. Para que estos talentos duren y no se quemen prematuramente necesitan aprender a reinventar sus objetivos, a desconectar de verdad cuando están fuera de la bici y a encontrar motivaciones que no solo pasen por la victoria, sino por el disfrute y el crecimiento personal. Sin estos cuidados y aprendizajes, la vida deportiva será corta y llena de desgaste emocional».

Lorena Cos, en una imagen de archivo.

Lorena Cos, en una imagen de archivo.

Cuando los grandes triunfos llegan a los 20 años, la mente corre el riesgo de agotarse antes que el cuerpo

Lorena Cos a MARCA

Elegir o quemarse

El calendario obliga a tomar decisiones. Pogacar, omnipresente y eficiente, es la prueba de que la abundancia también puede ser estrategia: estar en muchos sitios, pero solo cuando realmente se puede ganar. Al otro lado, la escuela de la continuidad -la de Valverde o Nibali- resulta cada vez menos reproducible en la élite. Entre ambos modelos se mueve una generación que ha hecho del timing su religión: picos breves y extremos, periodos de recuperación sagrados, menos días de competición por corredor, pero con una intensidad mucho mayor en cada aparición.

“No sé si los Pogacar o los jóvenes que están arrasando ahora van a durar mucho compitiendo. Lo importante es que ganen, que den espectáculo y enganchen a las nuevas generaciones. Si duran mucho, perfecto; y si no, pues pasará como con Sagan: unos años de locura, de brillo absoluto, y después vendrán otros. El ciclismo actual exige tanto que o eres un enamorado del deporte o terminas haciendo caja rápido y en diez años lo dejas”, explica Pascual Momparler a este medio.

Si duran mucho, perfecto; y si no, pues pasará como con Sagan: unos años de locura, de brillo absoluto, y después vendrán otros

Momparler

El apoyo de las mujeres es clave. Luis Pasamontes, exciclista profesional, plantea la gran incógnita: “Esa es la gran duda: si los corredores que llegan tan jóvenes al profesionalismo podrán aguantar tanto tiempo. El ciclismo actual es tremendamente exigente en todos los niveles: alimentación, entrenamiento, concentración… Apenas pisan sus casas cuando empieza la temporada. Pasan de la competición a la concentración, de ahí a la altura y vuelta a competir. Es cierto que algunos viajan con sus familias o que sus parejas les acompañan en determinadas carreras, pero el nivel de exigencia humana es altísimo. Creo que estamos en un momento en el que los números se lo están comiendo todo y no podemos caer en ese error. Hay que seguir humanizando este deporte, priorizando la parte emocional y no solo la de los datos. Porque si solo nos guiamos por los números, en unos años podríamos tener un problema serio. Lo fundamental es que, tengan una carrera más corta o más larga, disfruten de su profesión mientras estén en activo.”

Si solo nos guiamos por los números, en unos años podríamos tener un problema serio

Pasamontes a MARCA

La exposición permanente también pesa. Redes, patrocinadores, contenidos: el corredor top ya no solo corre. Vende, explica, transmite. La presión comunicativa forma parte del paquete. En ese ecosistema, el margen para el error se achica y la tentación de forzar aparece antes. De ahí que preparadores, psicólogos y performance staff hayan ganado influencia: no solo se trata de empujar vatios; se trata de alargar la historia sin romperla antes de tiempo.

Remco, Skjelmose y Ayuso.

Remco, Skjelmose y Ayuso.

La certeza de Maté

Maté, siempre certero, opina. «Los nuevos bichos no paran de ganar. Evidentemente, esto responde al modelo de desarrollo que tiene ahora mismo el ciclismo, con trabajo desde edades muy tempranas y cargas de entrenamiento muy grandes. Eso, lógicamente, provoca que las carreras de los ciclistas no sean tan longevas como antes. No tanto por lo físico —porque hoy en día se conoce mejor cuándo entrenar y cuándo descansar—, sino, sobre todo, por el desgaste psicológico. Son chavales muy jóvenes expuestos a esfuerzos tremendos, y a nivel mental es muy complicado gestionar algo así. Estamos viendo ejemplos de corredores que empiezan muy pronto, rinden mucho desde el inicio y que, año tras año, en lugar de progresar, van a menos. Es un modelo, a mi juicio, totalmente erróneo, que debería revisarse. Responde al tipo de sociedad en la que vivimos, donde prima el éxito inmediato y el resultadismo por encima de todo. Aun así, soy optimista: creo que son modas, y confío en que con el tiempo cambie esta tendencia.

Los nuevos bichos no paran de ganar, pero eso va a acortar sus carreras

Maté a MARCA

Y añade: «Pogacar es un caso casi único, un talento sin precedentes. Si fuera solo cuestión de físico, seguramente podría seguir al máximo nivel dentro de diez años. Pero no podemos tomarlo como ejemplo, porque no representa la norma. En general, las carreras van a ser mucho más cortas. Estamos viendo a muchos jóvenes a los que se les están aplicando filtros demasiado pronto, cuando aún no toca. No se puede saber si un juvenil vale o no vale a esas edades. Hay que darles su tiempo, respetar los procesos de maduración física y psicológica, y eso ahora mismo no se está haciendo. Es un error gravísimo».

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Hasta dónde llega la llama: las edades del adiós

La frase de Pogacar adquiere más fuerza si se compara con la historia. Los grandes nombres han escrito despedidas muy distintas: Alejandro Valverde lo hizo con 42 años, Fausto Coppi a los 40 por su trágica muerte, Chris Froome con 40 lastrado por las lesiones, Rik van Looy también con 40, Sean Kelly a los 38, Vincenzo Nibali con 37, Francesco Moser y Jacques Anquetil con 36, Alberto Contador a los 34, Eddy Merckx y Peter Sagan a los 33, Bernard Hinault e Indurain con apenas 32, o Tom Dumoulin a los 31. La cronología muestra que el retiro temprano no es solo un fenómeno moderno, pero sí que ahora la exigencia acelera la sensación de final cercano.

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El propio Vingegaard, en plena madurez y con dos Tours y una Vuelta en su haber, confesaba a este periódico: «Si me retirara ahora ya estaría contento». Una frase que, viniendo de quien todavía tiene mucho por ganar, refleja el desgaste que impone la élite actual. Por eso retumba su frase: «Estoy contando los años para retirarme». No es un volantazo, es una brújula. El tetracampeón del Tour sabe que el ciclismo moderno premia la excelencia sostenida y castiga la permanencia a cualquier precio. 

Sabe que el fuego calienta, pero también consume. Aunque en un encuentro reciente con MARCA en Andorra se mostró renovado tras semanas tranquilas. Eso sí, la predicción de Bruyneel -ese 2028 como frontera simbólica- puede no ser literal, pero sí describe el nuevo pulso del ciclismo: carreras que empiezan antes, picos más agudos y retiradas más jóvenes. La ecuación entre rendimiento y supervivencia emocional se ha vuelto más delicada que nunca.

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Un final abierto

No hay una única respuesta. Vingegaard, Evenepoel, Ayuso o Romeo… representan caminos distintos hacia la cima, pero comparten el mismo precipicio: ¿cuánto tiempo se puede bailar al borde sin resbalar? Indurain y Valverde recuerdan que hay vidas deportivas largas; Aru advierte que a veces el cuerpo y la cabeza dicen basta antes; Verona y Landa explican la tensión diaria del presente; Matxin pide medir por calidad; Barredo levanta la mano por el descanso; Virenque recuerda que todo éxito tiene un reverso. Y, en el centro, Pogacar, contando los años como quien mide granos de arena: no para detener el reloj, sino para que marque, exactamente, el tiempo que él quiere vivir dentro de la llama.





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