Los icónicos quioscos del centro en peligro de extinción

Los icónicos quioscos de venta de diarios y revistas del centro de Roma han llegado a un punto en el que ya empiezan a temer por su extinción. El Distrito Primero de la ciudad acaba de anunciar que 25 de estos históricos establecimientos no serían «compatibles» con el nuevo plan de ordenación comercial que se está discutiendo en el Ayuntamiento romano. Por ello, sus contratos de concesión podrían no ser renovados. La causa, según se ha explicado, sería el nuevo código vial de la capital, que establece normas más estrictas sobre la colocación de estructuras en espacios públicos, con el fin de mejorar la accesibilidad peatonal.
En momentos en los que —también a raíz del Jubileo actualmente en curso— en las zonas céntricas de la capital italiana los puestos de ‘souvenirs’ y baratijas de todo tipo afloran como hongos en las calles de la ciudad, la noticia ha hecho arreciar las hostilidades. Los propietarios de los establecimientos ya se han lanzado en tromba a protestar contra el plan y aseguran que seguirán empuñando el hacha de guerra hasta que las autoridades no den marcha atrás.
Quiosco en el centro de Roma. / Irene Savio
Muchos también cuentan con el apoyo de la ciudadanía. «Este quiosco es nuestra ventana al mundo», explicaban los clientes de uno de los puestos en la plaza de los Héroes, no lejos del Vaticano. «Soy quiosquero desde hace 60 años y lo seguiré siendo para siempre. Este quiosco lo compré hace 35 años y ahora me dicen que debería cerrar. ¿Qué pasará con mis clientes?», se quejaba Antonio Ascone, de 82 años, uno de los afectados.
Sin acuerdo
De poco ha servido que desde el Ayuntamiento hicieran saber que se propondrá reubicar algunos establecimientos en otras zonas de la ciudad. «¿Por qué? ¿Qué he hecho de malo? No me han multado por ocupar ilegítimamente el suelo público y la acera es amplia. ¿Adónde me tendría que ir?», continuaba, desconsolado, Antonio.
Ante el plan, de hecho, los quiosqueros afectados se han cerrado en banda, descartando (al menos de momento) cualquier posible acuerdo con el Ayuntamiento. «Mientras el centro de Roma se llena de tiendas que venden basurillas para turistas y establecimientos de comida rápida, se cierran los quioscos», han escrito una ácida carta.
El argumento de los quiosqueros es también que se trata del enésimo golpe a un sector ya muy dañado, afectado además por una realidad ya bastante consolidada en Italia: el descenso de los lectores de las ediciones en papel de diarios y revistas. La tendencia en Italia, como en España y otros países europeos, es clara. Cinco (‘Corriere’, ‘Repubblica’, ‘Il Sole 24 Ore’, ‘La Gazzetta dello Sport’ y ‘La Stampa’) de los seis principales diarios italianos han experimentado en 2024 caídas de entre el 5% y el 10% en las ventas de sus ediciones en papel, con la excepción de Il Fatto Quotidiano, que creció un 5%, según datos de diciembre pasado.
Con ello, según cifras divulgadas en enero del año pasado por la Cámara de Comercio italiana, el desplome del negocio del los quioscos también ha sido muy evidente. En concreto, en un lapso de tiempo de apenas cuatro años, 2.700 puestos de venta de diarios y revistas cerraron sus puertas en toda Italia, 303 de los cuales tan solo en Roma, donde la caída alcanzó un descenso del 21%, cinco puntos más que el dato nacional (16%). Datos que, según otras fuentes como el organismo industrial italiano Snag, son aún más demoledores si se toman en consideración solo los quioscos que venden prensa, que habrían caído un 30% entre 2018 y 2024.
El Ayuntamiento de Roma dice no querer tirar la toalla y sigue buscando soluciones, como, por ejemplo, ensanchar y modificar aceras o trasladar los pasos de peatones. En otros casos, se está evaluando reducir el tamaño de los quioscos en riesgo de cierre. Esto es lo que ya se está estudiando para unos 30 quioscos, lo cual, sin embargo, no resuelve (por ahora) el problema de los otros 25.
No obstante, el tiempo corre en contra porque a 20 años de la aprobación de la directiva europea Bolkestein y tras varias prórrogas, todos los distritos de Roma ahora tienen que crear y aprobar su nuevo Plan de Ordenación Comercial que exige que se vuelvan a licitar las concesiones. Lo que es particularmente cuesta arriba en el centro de Roma porque el espacio no es mucho y las restricciones son numerosas.
Desde el Ayuntamiento, parecen estar enterados de la situación. «Los quioscos son mucho más que simples puestos: son puntos de referencia para los barrios, lugares de información y cultura, centros de socialización. Por eso hemos decidido no aplicarles los aumentos de la tarifa por ocupación de espacio público», ha afirmado la concejal de Comercio, Monica Lucarelli.
«El cierre de un quiosco debe ser realmente la última opción, que debe evitarse por todos los medios posibles. Nuestro objetivo no es solo proteger los puestos de trabajo, sino también valorar a quienes, cada día, con pasión y dedicación, contribuyen a mantener viva el alma cultural de nuestra ciudad«, ha añadido Lucarelli.
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