Más de 1.500 personas fueron ejecutadas en 2024 en todo el mundo, la peor cifra en casi una década

En pleno siglo XXI, la pena de muerte sigue al alza. Al menos 1.518 personas fueron ejecutadas en todo el mundo en 2024, la peor cifra desde 2015, cuando se llegó a las 1.634, según desvela el último informe de Amnistía Internacional.
La organización en defensa de los derechos humanos advierte que la realidad es mucho peor de lo que reflejan los registros, pues estos no incluyen las ejecuciones en países que aplican la pena de muerte de forma extensiva como China –líder en ese ámbito–, Corea del Norte o Vietnam. Además, tampoco ha podido confirmar las ejecuciones llevadas a cabo en territorios en conflicto como Siria o Palestina.
El informe de Amnistía Internacional señala que la inmensa mayoría de ejecuciones contabilizadas –un 91% del total– se concentran en Oriente Próximo, especialmente en tres países: Irán, Arabia Saudí e Irak. El régimen de los ayatolás es responsable de al menos 972 ejecuciones (un 64%), mientras que el reino absolutista wahabista lo es de 345 y la república iraquí de 63. Después de China, Irán, Arabia Saudí e Irak, el quinto país en el que se ejecutaron más personas en 2024 fue Yemen.
La organización denuncia que más del 40% de las ejecuciones del año pasado se produjeron «de forma ilegal» por delitos relacionados con las drogas, un nivel de punición que va en contra de lo que establece el derecho internacional –reservado para casos como los homicidios– y que, además, «afecta desproporcionadamente a personas en contextos desfavorables» y «no tienen ningún efecto demostrado en la reducción del tráfico», señala Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.
Cada vez en menos países
No obstante, el informe también da motivos para cierto optimismo. Y es que, a pesar que las ejecuciones van a más, el número de países que opta por este «abominable crimen» como método de represión es cada vez menor, convirtiéndolos en una «minoría aislada». «En 2024, solo 15 países llevaron a cabo ejecuciones, la cifra más baja registrada por segundo año consecutivo, hecho que indica una tendencia a abandonar esta pena cruel, inhumana y degradante», apunta la jurista francesa.
Actualmente, un total de 113 países ha abolido la pena de muerte y otros 145 la han eliminado de su legislación. El pasado diciembre, sin ir más lejos, más de dos tercios de los países que forman la ONU apoyaron el establecimiento de una moratoria de la pena capital. No obstante, aún existen regímenes militares como los de República Democrática del Congo o Burkina Faso que ya planean restablecer la pena de muerte, incluso contra delitos comunes.
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