Me quita la alegría cuando la gente me trata mal, exige sin piedad o no me saludan, pero lo que llevo peor es la gestión de la soledad


Si por algo es famoso Víctor Küppers es por bueno por su humildad. Siempre afirma, sin temor a admitirlo, que no se considera una persona excepcionalmente inteligente. De hecho, su trabajo es dar a conocer a otros: estos expertos en psicología positiva que han hecho grandes descubrimientos.
Con la misma humildad reconoce Mentes expertas eso para el Está feliz y entristecido por las mismas cosas que el resto de nosotros. Y sí, que el Madrid pierda o Messi marque un gol son elementos importantes en esta lista.
una persona mas
El principal mensaje de Víctor Küppers es que no hace falta ser una persona extraordinaria para ser feliz. felicidadDe hecho, encontramos en las cosas cotidianas que están al alcance de la mayoría.
«Me da alegría como a ti y como a todos los demás. Me hace feliz cuando veo que mi familia funciona bien», afirma. «Cuando veo que a mis hijos les va biencuando mis hijos se ocupan de sus asuntos, pero los veo felices. Los veo felices. Cuando tanta gente con la que trabajo me trata bien, cuando la gente es cariñosa y afectuosa. “Todo esto me hace feliz”, añade.
Nada que le haga diferente a los demás, nada que le haga especial. «Lo mismo nos hace felices a todos.«, oración.
Razones de la tristeza
Sus motivos para estar triste también son: común a todos los mortales. Y muchos de nosotros podemos vernos representados allí con claridad cristalina.
«Me quita la alegría cuando alguien me trata mal.. Cuando tengo clientes innecesariamente exigentes, y afortunadamente tengo pocos. Cuando no me saludan. Cuando tengo que dormir lejos de casa. Cuando gana el Madrid, que son varias veces. Cuando no sale un proyecto que me interesa mucho«, explica Víctor Küppers con total sinceridad. Muchos de nosotros podemos vernos reflejados en sus motivos de tristeza.
Añade otro, quizás el más revelador, también común a nosotros: “Lo que más me costó, quizás el año pasado, mi gran problema profesional, Es la gestión de la soledad.
soledad
la soledad es uno de los grandes males de nuestro tiempoy como tal, es algo con lo que todos hemos tenido que lidiar.
Por un lado, las redes sociales y las nuevas tecnologías nos dan la sensación de poder estar conectados con los demás las 24 horas del día. Pero, como nos explicó el filósofo José Carlos Ruiz en una entrevista con Bodymente, gracias a Internet sólo podemos conectarnos, pero no relacionarnos. “Cuando estamos más conectados, nos encontramos, al mismo tiempo, menos vinculados. En otras palabras, hemos sustituido la relación por la conexión”, explicó el filósofo.
El propio José Carlos Ruiz, como otros grandes pensadores españoles como Jorge Freire, defiende precisamente el valor de la soledad elegida. Dejar de huir de la soledad es, según el filósofo cordobés, “un eje cenital para recuperar el bienestar“Pero nuestra sociedad no ha logrado educarnos sobre la soledad.
“Me parece imprescindible, y especialmente en el siglo XXI, educar para que la persona, a medida que crece, tener espacios felices de soledad. De lo contrario, cada vez que percibas soledad será porque proviene de una imposición social y no sabrás cómo afrontarla. Y es muy dolorosa la falta de gestión de esa soledad”, afirma José Carlos Ruiz en la citada entrevista.
Aprende a lidiar con la soledad
Al igual que Küppers, para muchos de nosotros aprende a lidiar con la soledad Este es un tema pendiente. Afortunadamente, el experto en desarrollo personal nos deja algunas claves que él mismo ha comenzado a implementar para reconciliarse con la soledad.
- Haz amigos en todas partes. La primera lección que podemos aprender de Küppers es aplicarnos al arte de hacer amigos. A los adultos nos cuesta dar el paso, pero tener amigos en todas partes puede reducir notablemente la sensación de soledad, sobre todo cuando, por motivos profesionales o personales, tenemos que viajar o cambiar de ciudad con frecuencia.
- Cultiva tus aficiones. Filósofos como José Carlos Ruiz o José Antonio Marina también alertan del abandono del ocio en el siglo XXI. Cultivar con cuidado nuestro tiempo libre, dedicar tiempo a nuestras aficiones, puede ser un paliativo ante la soledad. En el caso de Küppers, su amor por la lectura suele acompañarle a todas partes. «Mi momento feliz es cuando me quedan las últimas 50 páginas del libro. Me gusta mucho leer», confiesa el experto en desarrollo personal.
- Aprovecha la oportunidad para reflexionar. Los momentos de silencio son también grandes espacios para la reflexión, para valorar lo importante y dar gracias. Küppers, por ejemplo, aprovecha los largos viajes solo para escribir a sus hijos. «Mis hijos están acostumbrados a recibir mensajes míos, los numero. Y les envío cosas que pienso, que pienso, que les aconsejo», explica en la entrevista.
- Practica la contemplación. Finalmente, Küppers intenta dedicar parte de su tiempo en solitario a la contemplación, una palabra obsoleta que filósofos como Byung-Chul Han se empeñan en volver a poner sobre la mesa. Los momentos de silencio e inactividad en soledad son esenciales no sólo para nuestra felicidad, sino también para dejar espacio a la creatividad.
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