Muere una quincena de presos tras el bombardeo de una prisión en la ciudad ucraniana de Zaporiyia
«Fue un ataque deliberado, intencional, no accidental». Con estas palabras, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, condenó este martes los bombardeos nocturnos sobre un centro penitenciario en la región de Zaporiyia, que dejaron al menos 17 muertos y 42 heridos. En relación con la intencionalidad de Moscú, el mandatario denunció que «los rusos no podían ignorar que estaban atacando a civiles».
Por su parte, el Kremlin negó su implicación en lo que la Justicia ucraniana ya ha declarado como un crimen de guerra. «El ejército ruso no ataca objetivos civiles. Los ataques se realizan contra infraestructura militar y cuasimilitar», respondió el portavoz presidencial, Dmitri Peskov, ante la pregunta de una periodista en su rueda de prensa telefónica diaria.
La ofensiva en la región de Zaporiyia consistió en un total de ocho ataques, uno de los cuales alcanzó la prisión, tal y como informó Ivan Fedorov, jefe de la administración regional. Imágenes difundidas por el ministerio mostraban escombros y ladrillos esparcidos alrededor de un edificio del centro penitenciario de Bilenkivska, con las ventanas destrozadas.
En un vasto mensaje en X, Zelenski añadió otro episodio a la lista de atrocidades. «A las dos de la madrugada, los rusos lanzaron un ataque con misiles contra la ciudad de Kamianske, dirigido contra un hospital. Tres personas murieron en el ataque, entre ellas una mujer embarazada. Su nombre es Diana. Tenía sólo 23 años«, constató en sus redes sociales.
El suceso relatado demuestra que los bombardeos contra objetivos civiles no se limitaron a la región de Zaporiyia. Según las autoridades ucranianas, los ataques alcanzaron las regiones limítrofes de Dnipropetrovsk y Járkov, en el centro y noreste del país, respectivamente, provocando un total de 22 víctimas mortales y al menos 85 heridos.
Mientras tanto, al otro lado del frente, las autoridades rusas informaron de múltiples ataques con drones ucranianos en la región de Rostov, que causaron la muerte de al menos una persona. El Ministerio de Defensa ruso aseguró haber derribado 74 drones durante la noche, aunque, como es habitual, no especificó cuántos fueron lanzados.
Putin, impasible ante las amenazas
Zelenski también aprovechó su intervención para subrayar la postura internacional: «Y esto ocurrió después de que EE.UU. expresara una posición completamente clara, una posición apoyada por el mundo, de que Rusia debe poner fin a la guerra y pasar a la diplomacia», remachó. El presidente ucraniano concluyó su mensaje con una lisonja hacia «los esfuerzos y determinación por lograr la paz» de la Casa Blanca y de su presidente, Donald Trump.
La masacre en Zaporiyia se produce justo después del ultimátum lanzado por el presidente norteamericano a Moscú, en el que daba un plazo de «10 o 12 días» para alcanzar un acuerdo de paz, bajo la amenaza de imponer nuevas sanciones económicas más severas.
Sin embargo, el presidente ruso, Vladímir Putin, no parece inmutarse. «Tomamos nota de las declaraciones realizadas por el presidente Trump. La operación militar especial continúa», se limitó a decir su vocero del Kremlin, Dmitri Peskov.
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