No disfruté del permiso cuando me casé para que mis jefes no supieran que era gay
Aunque las regulaciones del lugar de trabajo buscan combatir el LgtbifobiaEl lugar de trabajo permanece en muchas ocasiones un mundo hostil para muchas personas en el colectivo LGTBI que se ven obligados a Ocultar su verdadera identidad y disfrazado de heteros para evitar la discriminación y el acoso en el lugar de trabajo.
Hugo Lo vivió en primera persona. A los 26 años comenzó a trabajar en el sector de la seguridad y tuvo que evitar ser mostrado, ya que era para evitar el rechazo en su empresa. «Entré en niña, con cabello largo, maquillaje y escote, lo hice para evitar que las personas supieran quiénes eran«, dice.
Sin embargo, Un mes decidió comenzar su transicióny vivió una prueba que la mayoría de las personas trans están pasando: «Comencé a sufrir discriminación, fui con mi barba, pero en los documentos seguía poniendo a Veronica«Dada esa situación, se vio obligado a ocultar quién era y aseguró que la situación del nombre se debió a un error:» Las personas que ingresaron bromas sobre ese tema, les dijeron que tenía el nombre de un compañero porque había expirado. «
Miguel también sufrió discriminación mientras trabajaba como consultorUn ambiente de trabajo muy masculinizado en el que solo encontró obstáculos para hacer pública su homosexualidad. «Un par de chicas sabían que era gay, pero no mis jefes, genera miedo que al saber tu condición te penalizará».
Este miedo Lo hizo renunciar incluso a su permiso después de casarse. «No lo disfruté porque decirlo a la compañía significaba abandonar el armario».Cuenta. Todos los días, al ingresar a la oficina, tuvo que fingir ser una persona diferente de la que realmente era y poner «esa máscara» que lo ha oprimido durante años.
ÓSacar Una buena parte de su vida profesional en el armario también ha pasado. Específicamente, ha escondido su sexualidad durante 10 de los 20 años que ha trabajado en el sector de gran consumo. «Poco a poco mi carrera se desaceleró, me dijeron que me faltaba liderazgo y que era muy discreto«Él explica.
Una discreción que realmente no era más que temor de mostrar su homosexualidad y terminar dañándolo: «No te atreves a hablar por temor a que te significemos, no es que hagamos trampa, si lo contamos, tendrá un impacto en nuestra carrera profesional».
Eva es abogada y también ha sufrido opresión en el campo judicial que supone el miedo a ser abiertamente como miembro del colectivo LGTBI. «Muchas personas están fuera del armario en su vida personal, pero en el trabajo no lo dicen», explica.
Algo que, desafortunadamente, es demasiado común. Solo el 26% de las personas del colectivo LGTBI son visibles para sus compañeros de trabajo y la cifra desciende hasta el 12% cuando se trata de mostrarse a sus superiores. Porque a mediados de 2025, aunque muchas compañías buscan fomentar la inclusión, el lugar de trabajo sigue siendo un mundo en el que muchos se ven obligados a disfrazarse como heteros.
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