Nos asusta que cada año se atrase más la temporada de setas
El presidente de la Sociedad Asturiana de Micología, Herminio Lara Lorente (Alcázar de San Juan, Ciudad Real, 1950), gijonés de adopción, es un apasionado de las setas, pero también de la naturaleza. «Si no encontramos hongos, al menos hemos dado un gran paseo por el bosque», dice sobre las excursiones que organiza la sociedad, además de las XXXI Jornadas Micológicas «Villa de Gijón», que se celebrarán del 8 al 10 de noviembre, con salidas al campo, una exposición y una charla sobre hongos invasores; estas dos últimas actividades a caballo entre su sede (calle Tirso de Molina, 8) y el Centro Municipal de El Coto. «Cada año es más difícil encontrar setas en las fechas tradicionales», advierte, preocupado por los efectos del cambio climático en la temporada micológica.
[–>[–>[–>Edición 31.ª de las jornadas.
[–> [–>[–>Es un buen número, no está mal. Buscaremos setas por muchos sitios de Asturias y seguro que alguien se acerca hasta León, donde aparecen variedades que aquí no tenemos. Se trata de recoger el máximo número de variedades posibles. Lo haremos el sábado y nos reuniremos a partir de las 16.00 horas para ir clasificándolas. Al día siguiente, el domingo, tendremos la exposición y, el lunes, una charla y la cena de la sociedad, donde, claro, también habrá setas.
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¿Suele haber mucha variedad?
[–>[–>[–>Sí, del rango de 180 o 150, aunque hemos pasado de 200; la vez que menos, 110. Aunque este año lo veo complicado. Todos los lunes hacemos unas reuniones en la sociedad para clasificar ejemplares y vemos que entran menos. El motivo es que este año llovió tarde y poco. El hongo necesita que a mediados de agosto caiga una llovizna curiosa. Si luego cae otra a finales de septiembre o primeros de octubre, para estas fechas de noviembre empiezan a aparecer cosas. Estamos un poco asustados, porque cada vez se atrasa más la temporada. El hongo, que está entre cinco y diez centímetros bajo tierra, necesita una lluvia de tres o cuatro días. Y hasta que le llega la humedad y la temperatura es óptima… Las exposiciones antes las hacíamos en octubre y ahora ya las estamos haciendo el 8 de noviembre. El tiempo cambia del todo la temporada.
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¿Cuándo comenzó a ocurrir?
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[–>Ha sido desde hace quince años cuando es más difícil coger setas en las fechas en que se hacía. Salen también muchas menos variedades.
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Otro de los puntos es disfrutar de algún plato de setas, ¿no?
[–>[–>[–>Casi todos los años preparamos un par de especialidades. Normalmente lo hacemos con setas cogidas antes, para no arriesgarse a quedar sin ellas en la salida. Hacemos tortillas, revueltos, níscalos con patatas y chorizo, o arroz caldoso.
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La charla que se ofrecerá trata sobre hongos invasores.
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Es un tema muy interesante, porque cada vez hay más. Entran de Australia, África o Sudamérica. Llega un momento en que pueden ser peligrosos, porque cada hongo lucha por su hábitat y el más fuerte es el que vence. Pueden destruir a los hongos locales y evitar que nazcan más. Lo mismo ocurre con árboles o animales que no son autóctonos y que alteran el hábitat.
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Salidas y cursillos también forman parte de la programación.
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Sí, y el cursillo de iniciación a la micología, del que tenemos otra edición en primavera. A estos cursillos les pone el colofón una exposición, que sirve para llevar a la práctica la teoría, porque dar explicaciones está bien, pero cuando tienes las setas en la mano se comprende muchísimo mejor todo. Cómo es el pie, el sombrero… En las fotos cambian mucho las formas y los colores.
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¿Cuál es el error más común al recoger setas?
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Creer que todas las setas que crecen en un área son de la misma especie siempre. Puede salir cualquier seta, también tóxica, en cualquier sitio. Hubo un caso en Pola de Siero, hará quince años, donde una persona recogió un año champiñones, pero al siguiente era otra cosa. A causa de ello, una persona falleció y dos niñas necesitaron trasplantes; una cosa seria. Claro, una amanita phalloides (la especie más tóxica) la echas a un guiso y, en función de la corpulencia, puede llevarse por delante a seis personas. Hay que poner mucho cuidado con las setas tóxicas y no comer nada sin saber qué es. Con los niños pasa mucho últimamente.
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¿Hay más interés por el mundo de las setas hoy día?
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Mucho, y estamos muy contentos de la acogida. Para el cursillo solemos llenar las plazas rápidamente, pero cada vez que sacamos una excursión nos pasa igual. Si tuviéramos otro autobús, lo llenaríamos. Solemos ir cinco o seis personas guiando y el grupo es de unas cincuenta personas. Si encontramos setas, genial, y si no, te has dado un maravilloso paseo por el bosque.
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