Petro propone una consulta popular para salvar las reformas de salud y laboral

«Que sea el pueblo el que decida». Gustavo Petro decidió acelerar los tiempos políticos en Colombia. En la noche del martes anunció la convocatoria a una consulta popular que defina la suerte de dos reformas empantanadas en el Senado: la laboral y la que atañe al manejo del sistema de salud. El llamado del presidente tuvo horas después las previsibles muestras de apoyo y rechazo. Cuando ha pasado más de la mitad de su Gobierno, el primero de izquierdas en la historia de ese país, Petro resolvió establecer nuevas reglas de juego para materializar su programa. «El bloqueo institucional es una dictadura contra el voto popular», dijo. A esas dificultades, «se le responde con democracia real».
El ministro del Interior, Armando Benedetti, justificó este miércoles el paso dado y criticó a la oposición por su poca predisposición a negociar porque, sostuvo, responden al mundo de los negocios. «A los empresarios no les conviene esa reforma, los empresarios aquí ganan plata esclavizando a los empleados y no vendiendo sus productos o produciendo productos, sino, entre menos paguen, ellos ganan más plata». Según el ministro, la consulta podría realizarse a mitad de año.
Para la revista ´Cambio`, lo que venía siendo una nueva etapa de diálogos y repartos burocráticos, «abruptamente se transformó en una fase de atrincheramiento». El senador del Partido Liberal, Miguel Ángel Pinto, señalado como uno de los que ha llevado al fracaso la reforma, consideró el llamamiento de Petro como una amenaza. «Mi vida y la de mis compañeros usted las ha puesto en peligro. Si algo nos ocurre, usted es el único responsable«. Otros adversarios consideran que aunque el Gobierno no tiene candidato de cara a los comicios de 2026, ha comenzado su campaña electoral. «Más que un tema electoral, es la expresión del pueblo versus una clase dirigente que no quiere que haya cambios reales», respondió Benedetti.
El laberinto de Petro
El legado de las reformas sociales de Petro tramitadas por vías ordinarias es, hasta el momento, su reforma del sistema de pensiones cuya legalidad debe, sin embargo, definir la Corte Constitucional con la que el mandatario nunca se ha relacionado bien. La fuerte posibilidad de que sus otras grandes iniciativas fueran archivadas provocaron la reacción del exguerrillero. «Lo único que proponía es que los médicos residentes tengan un salario. Eso es lo que ha querido hundir la Comisión Séptima (del Senado) con engaños. Decidió en su mayoría engañar al Gobierno, a la Cámara de Representantes, que hizo un gran trabajo y que buscó consensos y al pueblo trabajador de Colombia. Decidieron defender al rico Epulón y no a Jesús, el carpintero»
Las reformas congeladas son necesarias y urgentes porque, según el presidente, los derechos fundamentales establecidos en la Carta Magna no se cumplen en Colombia. Petro aseguró que los trabajadores no pueden ser «tratados de manera inhumana, como si fueran esclavos, con jornadas laborales que hoy son las más largas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y salarios que se encuentran entre los más bajos de América Latina».
Los analistas no se ponen de acuerdo si Petro avanzará verdaderamente por ese camino que rompe amarras con sectores moderados o se trata de una manera de forzar el debate parlamentario para, finalmente, aprobar dos de las propuestas más importantes que había formulado en su camino al Palacio Nariño, en 2022.
«El presidente vuelve a poner su Gobierno en función de la movilización social y las elecciones del 2026″, señaló el portal ´La silla vacía`. Pero a estas alturas, los sectores que respaldan a Petro se encuentran desarticulados y «poco animados para marchar, como los estudiantes».
La consulta popular es un mecanismo de participación ciudadana que permite que puede realizarse a nivel regional o nacional, en virtud de una ley que tiene una década de vigencia. En 2018, la población de Cajamarca rechazó en las urnas un proyecto de mega minería por su carácter contaminante. Para una convocatoria, la Ley requiere de la firma de todos los ministros y la aprobación de la Plenaria del Senado. «La cámara que le ha mostrado más resistencia al Gobierno», recordó ´La silla vacía`. Para que la consulta sea válida se requiere una tercera parte del censo electoral: unos 12 millones de personas.
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