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Política verde, futuro muy negro – Manuel Fernández Ordóñez

Política verde, futuro muy negro – Manuel Fernández Ordóñez
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  • Publishedseptiembre 12, 2025




Asistimos a un espectáculo tan ridículo como costoso: tenemos miles de millones de inversiones internacionales que llaman a la puerta y, sin embargo, la red eléctrica no se da a sí misma. Los distribuidores acaban de expulsar lo que todos ya sabían: La electricidad está saturada. Casi todo el país aparece en rojo, sin brechas para nuevas conexiones, lo que resulta en proyectos bloqueados, promesas de empleo que se esfuerzan y un freno a la digitalización completa.

El más grotesco es la contradicción. El gobierno insiste en que debemos acelerar la lucha contra el cambio climático, electrificar todo y liderar la transición de energíaPero no les ha permitido comenzar la infraestructura necesaria para que eso suceda. Reclamar menos emisiones y más automóviles eléctricos, pero no hay red que los feeds. Promete una industria verde y digital, pero se niega a invertir lo suficiente en redes. Es la postura climática convertida en una política: exigir objetivos imposibles, mientras que los medios reales para lograrlos están bloqueados.

Sostenibilidad del escaparate

El último ejemplo es de la corte de guardia: un decreto real para regular los centros de datos en los que se requiere que, para obtener los permisos, estén entre el 15% más eficiente de la tecnología existente en consumo de energía y agua. En otras palabras, en lugar de favorecer la transformación digital, ponen listones burocráticos para mostrar la sostenibilidad. El gobierno ha comenzado a cazar brujas contra centros de datos. ¿Porque? Nadie lo sabe, pero tienen la intención de exigir requisitos no existentes en el resto de la UE, requisitos que los harán inviables e incapaces de competir con otros países.

El ejecutivo convierte cada problema en un escaparate. No hay suficiente red, pero nos entretienen con decretos de cartón de piedra. No hay inversión en infraestructura crítica, pero las demandas cosméticas se multiplican. Y lo mejor: ni siquiera es necesario pasar por el Parlamento, es suficiente publicar la norma y algo más. La política de rodillos. Así es como funciona la digitalización de Sánchez: titulares verdes, realidades negras.

El sector, mientras tanto, habla claramente. España DC ya respondió al Ministro Aagesen cuando insinuó una «burbuja» de centros de datos: no hay burbuja, hay falta de redes. Y esa falta de redes no se resuelve con los requisitos brutos e inoperativos del Consejo de Ministros, sino con la inversión en cables, transformadores y subestaciones. Tan simple como eso.

La consecuencia es devastadora. España podría ser el centro digital e industrial del sur de Europa. Tenemos la ubicación, tenemos la oportunidad y tenemos inversores dispuestos. Lo único que falta es un gobierno que detiene el perdón mareado y permita que el país realmente se conecte al siglo XXI. Pero en lugar de enchufes, nos dan decretos. En lugar de red, excusas. En cambio, titulares. Y mientras lo esencial no se resuelva, todo lo demás es el humo. Verde, sí. Pero humo.

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