Proyecto Caetra: Cartagena destino Ucrania
En cada conflicto bélico reciente, de Siria a Ucrania, hay un denominador común: uno de los primeros blancos es la navegación por satélite. La señal se degrada, se bloquea, se manipula. Y cuando eso ocurre, drones y aeronaves quedan ciegos, incapaces de orientarse en un cielo hostil. Desde Cartagena, una joven empresa quiere cambiar esa ecuación. Horizon Caelis ha presentado en la última feria Feindef su solución: Vigilans, un sistema de navegación visual que promete mantener el rumbo incluso cuando los satélites fallan.
Si una cosa ha quedado clara es que la guerra moderna no se libra solo con tanques o misiles. La señal de satélite es ya un campo de batalla en sí mismo. El ejemplo más reciente lo vivió la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, cuyo avión se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en el norte de Europa tras perder la referencia de GPS. En Ucrania, los bloqueos deliberados de señal forman parte de la rutina diaria: drones que se precipitan, aeronaves que pierden la orientación, operaciones que deben abortarse.
Ese escenario inspiró a Santiago Hernández Blasco, fundador de Horizon Caelis, a explorar un sistema alternativo que no dependiera de señales fácilmente interferibles. «Intenté buscar una forma en la que no se pudiera bloquear, que nos diera la misma información que un GPS, pero utilizando cámaras», explica.
Un sistema «asequible»
De esa idea germinal, surgida en 2024 en Murcia, nació Vigilans: un dispositivo compacto, ligero y «relativamente asequible frente a otros sistemas de navegación inercial que pueden costar decenas de miles de euros», según afirma Hernández Blasco.
Así, en febrero de 2024 formalizó la sociedad y, un año después, la compañía ha comenzado a dar pasos firmes desde el Centro Europeo de Empresas e Innovación de Cartagena (Ceeic), donde se ha integrado en un ecosistema de empresas ligadas a la defensa.
Aunque la compañía apenas lleva un año en activo, el equipo que sostiene Horizon Caelis no es precisamente inexperto. Santiago Hernández lidera el desarrollo técnico, mientras que el desarrollo de negocio y la búsqueda de inversores corre a cargo de Javier Fernández y Bruno Dureux, procedentes de Innoventures Capital. En el plano más técnico, la empresa cuenta con la colaboración de Pablo Hernández, doctor en ingeniería industrial con 150 patentes a sus espaldas, encargado de resolver los aspectos más técnicos del producto.
Vigilans es un dispositivo de apenas 10 por 8 centímetros. Su funcionamiento se basa en la utilización de cámaras para observar el terreno desde el aire y comparar esas imágenes en tiempo real con mapas satelitales previamente almacenados en el dispositivo. Gracias a algoritmos de visión por ordenador y modelos de inteligencia artificial de reconocimiento de patrones, el sistema puede ubicar al dron en coordenadas precisas, incluso aunque el entorno haya cambiado por estaciones, construcciones nuevas o alteraciones del paisaje.
El resultado es un posicionamiento continuo y autónomo, prácticamente indistinguible del que ofrece un GPS tradicional, pero inmune a interferencias externas.
Uso civil
Aunque su desarrollo ha nacido con un marcado enfoque militar, Vigilans también tiene potencial para uso civil. En una sociedad donde el reparto de última milla mediante drones ya es una realidad, la dependencia absoluta del GPS también supone un riesgo. Cualquier interferencia podría dejar a un dron de paquetería sin capacidad de volver a su base o completar la entrega. Este es un mercado donde Horizon Caelis también ve potencial, puesto que con Vigilans como sistema de respaldo, esas aeronaves podrían mantener el rumbo incluso sin señal satelital, lo que facilitaría además la certificación de vuelos sobre áreas pobladas.
El sistema también tiene cabida en escenarios de rescate y emergencias, pues gracias a su capacidad para reconocer objetos, se puede «entrenar» para localizar, por ejemplo, a un náufrago.
Escaparate internacional
La consolidación de Horizon Caelis llegó en mayo de 2025, cuando la empresa participó en Feindef la feria de defensa más importante de España, celebrada en Madrid. Allí presentaron oficialmente Vigilans y, sobre todo, recogieron las impresiones de potenciales clientes internacionales.
Los contactos más valiosos llegaron desde Ucrania, según cuenta el CEO de la startup, donde la guerra ha convertido la interferencia del GPS en una amenaza diaria. Fabricantes de drones ucranianos transmitieron sus necesidades concretas y ofrecieron feedback sobre aspectos tan prácticos como el tipo de conector o el voltaje del dispositivo. «Para una startup, probar su tecnología en condiciones de combate real es una oportunidad», destaca el fundador de Horizon Caelis.
La presencia en Feindef, tal y como subraya Hernández, «no habría sido posible sin el apoyo institucional del Instituto de Fomento de la Región de Murcia (INFO), a través de fondos Feder y del programa Caetra», que impulsa tecnologías de doble uso. «Para una empresa joven, cubrir el coste de participar en ferias internacionales puede significar la mitad de su capital». Las ayudas públicas han sido, por tanto, un factor determinante para su despegue.
La compañía también ha recibido el respaldo institucional del Instituto de Fomento de la Región de Murcia a través de los programas Feder y Caetra, que han facilitado, precisamente, su participación en Feindef y su impulso inicial al mercado.
El crecimiento de Horizon Caelis se ve reforzado también por la certificación obtenida de ENISA como empresa emergente bajo la Ley de Startups. Esta acreditación no solo aporta visibilidad y prestigio, sino que abre la puerta a ventajas fiscales -como un tipo reducido en el Impuesto de Sociedades- y a un acceso preferente a líneas de financiación pública y privada.
En paralelo, la empresa ha cerrado una primera ronda de inversión de 50.000 euros y prevé iniciar otra más ambiciosa una vez que logre sus primeros contratos firmes.
La hoja de ruta
Horizon Caelis se encuentra en fase de pruebas finales con prototipos de Vigilans en España y con la vista puesta en Ucrania, donde prevén ensayos en condiciones reales de combate. El objetivo, según el CEO y fundador, es tener el sistema listo para su lanzamiento comercial antes de que termine 2025.
Paralelamente, la empresa trabaja en el desarrollo de un dron de vigilancia para la Academia General del Aire de San Javier. Concretamente estaría destinado a avisar mediante un altavoz a los bañistas que, frecuentemente, acceden a zonas militares restringidas y que actualmente obligan a la base a movilizar a las patrullas.
Asimismo, ha presentado un proyecto junto a otra empresa cartagenera especializada en impresión 3D en el programa Coincidente del Ministerio de Defensa, que podría abrirle nuevas puertas en el ámbito de drones kamikaze y sistemas de navegación no interferible.
Santiago Hernández Blasco, CEO y fundador de Horizon Caelis: «Salvo el explosivo, es posible montar un misil con productos de Aliexpress»
Liderar una startup de defensa en España no es habitual. ¿Con qué retos personales y profesionales se ha encontrado al frente de este proyecto?
Es un sector en plena transformación y con gran potencial, lo que ha atraído a muchos inversores, en parte debido a los conflictos internacionales y a la dinámica que se observa en Estados Unidos. En España, el Ejército busca actualmente productos locales, fabricados en el país o en Europa, para reducir la dependencia de terceros. El reto está en que (salvo excepciones como el caso de Ucrania) el Ejército suele ser el único cliente. Esto implica procesos de compra muy largos, con licitaciones complejas. Sin embargo, una vez se consigue entrar, es un cliente estable, fiable y buen pagador.
En un sector donde la innovación tecnológica avanza tan rápido, ¿cómo mantiene actualizada su propia formación y visión estratégica?
Me informo a través de grupos especializados en Telegram, sobre todo relacionados con drones, donde se comparten continuamente novedades del sector.
Con toda la tecnología que existe hoy a disposición del consumidor, ¿cómo está evolucionando el sector de los drones?
Actualmente se recurre mucho a la tecnología commercial off-the-shelf, es decir, componentes disponibles en el mercado que se integran en sistemas con sentido práctico. Por ejemplo, antenas GPS que cuestan entre 4.000 y 5.000 euros se pueden comprar en plataformas como Aliexpress, al igual que turbinas de reacción. Con estos elementos es posible ensamblar un dron o incluso un misil, a excepción, claro, del explosivo.
¿Qué ventajas o retos supone trabajar en un entorno como la Región de Murcia, concretamente en Cartagena, quizá no tan consolidado como otros polos tecnológicos de España o Europa?
La Región de Murcia tiene la ventaja de que, al no ser muy grande, es fácil conocer gente y establecer contactos. Localizar posibles socios para proyectos europeos resulta mucho más sencillo que en regiones con miles de empresas, donde dar con el adecuado es muy complicado. Además, el Gobierno regional ha sabido impulsar un polo tractor para el sector de la defensa en el momento oportuno, creando un ecosistema sólido. Aquí también existen actores clave como Navantia, la base aérea de San Javier o la Armada en Cartagena.
¿Qué consejo le daría a otros emprendedores que quieren entrar en sectores altamente regulados y tecnológicos como el de la defensa y la seguridad?
Que se integren en algún cluster de defensa. Por ejemplo, el de Caetra en la Región de Murcia, el de Aragón o el aéreo en Galicia. Contar con un cluster es fundamental, porque proporciona información clave. Operar con el Ejército implica cumplir certificaciones y habilitaciones de seguridad muy complejas; sin la orientación adecuada es fácil cometer errores una y otra vez. Estos clusters te ayudan a anticipar obstáculos y encontrar el camino correcto.
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