¿Qué son y cómo afectan los aranceles? Claves de la medida de Trump
Los aranceles han vuelto al centro del debate público con el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. Para el republicano, «arancel» es «la palabra más bonita del diccionario», y su promesa electoral de imponer estos impuestos tanto a países aliados como a adversarios comienza a materializarse.
Hasta el momento, Trump ha anunciado un arancel del 25% sobre productos de México y Canadá, así como un 10% a las importaciones chinas. Además, ha adelantado su intención de aplicar nuevos gravámenes a bienes procedentes de la Unión Europea. Estos anuncios ya han provocado turbulencias en los mercados de Europa y Asia, aunque sus efectos en el bolsillo del consumidor aún tardarán en hacerse evidentes.
¿Qué son los aranceles?
La Organización Mundial del Comercio (OMC) define los aranceles como “los derechos de aduana aplicados a las importaciones de mercancías”. En otras palabras, son impuestos que un país impone a los bienes que ingresan a su territorio desde el extranjero.
Históricamente, los aranceles han sido una herramienta clave en la política económica de los países. Según explican desde CaixaBank en su página web, el principal propósito es proteger la producción nacional. Al encarecer los productos importados, los aranceles otorgan una ventaja competitiva a los bienes fabricados dentro del país. En este sentido, cumplen una función claramente proteccionista.
Además, los aranceles son un impuesto de pago obligatorio lo que significa que para que la mercancía cruce la frontera, debe ser abonado con anterioridad. La obligatoriedad del pago en operaciones comerciales puede usarse por parte del estado como arancel fiscal y tener una función únicamente recaudatoria.
¿Cómo afectan a la economía?
En defensa de los aranceles, Donald Trump ha insistido en que estos impuestos los pagan los países extranjeros. Sin embargo, en la práctica, las empresas importadoras son las que abonan estos impuestos y, para compensar estos costos adicionales, suben los precios al consumidor.
Aun así, los aranceles también pueden perjudicar a los países exportadores, ya que el aumento de su precio en el país de llegada dificulta su venta en el extranjero. Por ello, las empresas que quieran mantener su cuota de marcado en Estados Unidos se verán obligadas a reducir sus precios o sacrificar beneficios.
Más allá de sus efectos económicos, los aranceles son una herramienta de presión internacional. La aplicación de estos impuestos puede hacer cambiar de opinión a los países afectados en cuestiones no relacionadas con el comercio. El gobierno colombiano, por ejemplo, ha cambiado recientemente postura sobre aceptar deportaciones de migrantes desde Estados Unidos, y ha cedido a la propuesta de Trump, tras recibir la amenaza con aplicar aranceles del 50%.
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