A.Ed Bull Racing vive uno de los momentos más convulsos de su historia reciente. Años de dominio indiscutible en la Fórmula 1 dieron paso a una temporada marcada por tensiones internas, polémicas extradeportivas y, finalmente, la pérdida del Campeonato del Mundo de Pilotos. En el centro del huracán aparece el nombre propio de Christian Horner. Y ahora Helmut Marko, que durante décadas fue una de las voces más influyentes del equipo, despidió sin contemplaciones.

El exasesor de Red Bull F1 no dudó en señalar directamente al exdirector del equipo como una de las principales razones por las que Max Verstappen no consiguió su quinto título consecutivo. En declaraciones al medio ‘De Limburger’, Marko fue tajante: «Si lo hubiésemos hecho antes, habríamos corrido más rápido este año y Max habría sido campeón del mundo. Estoy completamente convencido de ello».

Un punto sin retorno

Estas palabras resuenan con fuerza porque provienen de alguien que conoce como pocos los entresijos del equipo de Milton Keynes. Verstappen, aunque ganó los tres últimos Grandes Premios de la temporada y recuperó sensaciones en la recta final, no pudo superar la desventaja acumulada ante Lando Norris. El británico aprovechó la irregularidad de Red Bull durante gran parte del año para arrebatarle la corona al triple campeón del mundo.

Para Marko el problema no era exclusivamente técnico. “Había que hacer algo porque las actuaciones en pista fueron malas”explica, vinculando directamente el declive deportivo al clima interno que reinaba en el equipo. Un ambiente tenso durante más de 18 meses, con Horner bajo la lupa por un presunto caso de acoso sexual a una empleada, una investigación interna y una clara división dentro de la dirección de Red Bull.

La temporada de Verstappen no fue en absoluto un fracaso individual. El piloto holandés ha conseguido nueve victorias y ocho podios, cifras que en cualquier otro contexto habrían sido suficientes para luchar con seguridad por el título. Sin embargo, la falta de consistencia del coche y los errores estratégicos en momentos clave acabaron pasando factura. A medida que McLaren crecía y Norris se consolidaba como un verdadero contendiente, Red Bull parecía perder el rumbo que lo había llevado a dominar la Fórmula 1 con mano de hierro.

Marko no evita el componente humano del conflicto: «Los últimos años con Horner no han sido agradables. Se han jugado juegos sucios». La marcha de Horner se produjo en julio, pocos días después del Gran Premio de Gran Bretaña, una carrera simbólica: Verstappen partió desde la pole y sólo pudo terminar quinto, una imagen impensable en los años de máximo esplendor del equipo.

Este despido pone fin a un período de 20 años. Christian Horner, a sus 51 años, fue el artífice de los mayores éxitos de Red Bull: ocho campeonatos de pilotos y seis títulos de constructores. Un récord extraordinario que, sin embargo, no fue suficiente para resistir la presión de una estructura que empezaba a resquebrajarse desde dentro. La lucha por el poder, largamente discutida, finalmente estalló.