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Sin presupuestos y sin financiación: el paripé del Gobierno en el CPFF – José María Rotellar

Sin presupuestos y sin financiación: el paripé del Gobierno en el CPFF – José María Rotellar
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  • Publishednoviembre 18, 2025




Este lunes se reunió el Consejo de Política Fiscal y Financiera para marcar el camino de la estabilidad, que es siempre el paso inicial en la elaboración de los presupuestos. El problema es que cuando las cosas funcionaron de manera ortodoxa, esto ocurrió a finales de junio, cuando también se aprobó el techo de gasto no financiero; A finales de junio se fijaron los objetivos individuales de las CCAA; y el 30 de septiembre se presentó el proyecto PGE.

Ahora, el Gobierno ha puesto en marcha este CPFF para intentar demostrar que habrá presupuestos, junto con la aprobación este martes del techo de gasto y los objetivos de estabilidad por parte del Consejo de Ministros, pero todo No es más que teatro, ya que ni el Gobierno tiene intención de sacarlos adelante, ni la fuerza parlamentaria para hacerlo.tras el anuncio de Junts de que presentaría una enmienda al conjunto.

Además, Tampoco se ha discutido el inicio de la reforma del Sistema de Financiación Autonómica (SFA), que parece estar supeditada a la financiación de Cataluñaa la llamada cuota catalana, que no quiere aprobarse antes de las elecciones en Extremadura, ya que supondría una pérdida electoral importante para el PSOE. El SFA lleva más de una década caducado y urge su reforma, pero el Ejecutivo no parece querer cumplir con esta obligación y se escuda en que las CCAA no pueden ponerse de acuerdo, olvidando que es él quien tiene que articular una propuesta.

En cambio, ofrece a las CCAA permitirles un déficit público de una décima en los años 2026 a 2028, que vende como financiación adicional de 5.500 millones de euros, lo que no es tal, porque no se trata de ingresos no financieros, sino de más deuda. Amenaza con la estabilidad a las CCAA si no se aprueba la vía: esa es razón suficiente para no aprobarla, porque más déficit no es la soluciónpero aumenta el problema. España no necesita más déficit ni más deuda, sino menos gasto, bajar impuestos y eliminar todo lo innecesario, que ya es mucho.

España necesita, ante todo, un presupuesto; que este presupuesto sea de base cero; y necesita un nuevo sistema de financiación regional sin trampas, sin trucos que buscan perjudicar a algunas CCAA porque no apoyan al Gobierno, como es el caso del actual que se diseñó contra Madrid, Valencia y Murcia. El problema es que es un sistema tan malo que perjudica incluso a quienes lo diseñaron para tratarlos bien.

Por tanto, todo esto es un despropósito, un vodevil que no lleva a ninguna parte, porque, aunque finalmente se aprobaran los PGE, no es aceptable empezar a prepararlos a mediados de noviembre, cuando apenas falta un mes y medio para que acabe el año.

España lleva tres años sin Presupuestos Generales del Estado y el Ejecutivo da señales de no tener intención de ejecutar los de 2026a pesar de esta puesta en escena. El Gobierno muestra una gran irresponsabilidad presupuestaria, tanto interna como externa, al jugar con estos temas. Es más, hace unos meses se atrevió a decir que presentar los presupuestos es «una pérdida de tiempo», argumentando que descarrilarían al no tener apoyo. Ahora dice que los va a presentar, pero no sabe si podrá sacarlos adelante. En definitiva, muestra claramente que no tiene apoyo para poder gobernar. De hecho, con la ruptura con Junts, les resulta inviable seguir adelante.

Presentar los PGE no es una pérdida de tiempo, sino una obligación legal del Gobiernoy si se las devuelven o ve que no tiene apoyos para sacarlas adelante, entonces deberá dimitir para dejar que se intente otra ejecutiva, o convocar elecciones para que de las urnas salga una composición de Las Cortes que permita formar un gobierno fuerte, capaz de gobernar, no sólo de ser.

Los PGE son la ley más importante del año, que refleja la política económica del Gobierno, a través de ingresos y gastos presupuestados.. También es imprescindible marcar el restablecimiento de la senda de la estabilidad presupuestaria, imprescindible para lograr una estructura económica sana, que se mantenga por sí sola, no aumentando el gasto público, que asfixia a la economía con deuda y más deuda. Además, la credibilidad de la economía española no puede verse en juego mediante un abandono intencionado de sus obligaciones debido a la debilidad parlamentaria del Gobierno, que no puede llevar a cabo casi ninguna iniciativa legislativa. Esta decisión del Gobierno hace un gran daño a la economía española por los siguientes motivos:

  1. Los plazos importany no respetarlos reduce la credibilidad.
  2. Si no lo presenta es por falta de ideaslo que nos llevaría a pensar que son incapaces de pensar en otra política económica que no sea aumentar el gasto sin criterio, o un camuflaje de la realidad de los escenariospara que sus socios los apoyen.
  3. Esto demuestra la deriva del Gobiernosin ideas, sin apoyos y sin capacidad para proponer reformas que saneen la economía española.
  4. Todo esto, reduce la seguridad jurídica y ahuyenta las inversiones y perjudica la economía y el empleo.

A esta apatía se une la irregularidad que ya representa el hecho de que hayamos prorrogado los presupuestos, los de 2023, y que el Gobierno también haya renunciado a presentar un proyecto para 2024 y 2025. Incumple así una de sus obligaciones, que es la de elaborar cada año un anteproyecto de presupuesto.. Así, desde hace tres años España se queda sin Presupuestos Generales del Estado, manteniendo la prórroga presupuestaria que opera actualmente.

Si no hay presupuestos para 2026, lo que parece muy probable, el Gobierno debe irse, es decir, debe dimitir o convocar eleccionesespecialmente después de los presuntos casos de corrupción que lo rodean. Esta enseñanza se transmite en la primera asignatura de Economía del Sector Público que se cursa en la carrera, porque la ley de presupuesto, que es la más importante de cada año, es porque es donde se reflejan las directrices de ingresos y gastos del sector público, es decir, la política fiscal del Gobierno, parte fundamental de la política económica. No es lógico ni ortodoxo que un gobierno simplemente exista, por el hecho de que no puede gobernar, ya que la ley que estructura toda la acción del gobierno, que es la de las cuentas públicas, no puede ejecutarla. Por tanto, constituye una anomalía.

El Ejecutivo debe irse: o debe convocar elecciones o su presidente debe dimitir para dar paso a que otro candidato obtenga la confianza de la cámara para poder gobernar, no para estar. Dada la composición del parlamento, sin mayorías factibles, La mejor solución es celebrar elecciones generales que permitan la formación de un gobierno fuerte que pueda ejecutar los presupuestos.. Sin ellos, la confianza en la economía española puede decaer, con las consecuencias negativas que eso puede tener.

Esta convocatoria electoral es la que debería haber hecho el presidente Sánchez cuando tuvo que renunciar a la idea de tener unos PGE en 2024 y 2025, y es lo que debería hacer ahora si no los presenta o si con ello no consigue sacarlos adelante. Su insistencia en quedarse sin presupuestosEn definitiva, sin poder articular una acción de gobierno sustentada en la ley más importante del año, está restando credibilidad a España en Europa.

En conclusión, un CPFF que ha sido un teatro, con un caramelo envenenado en forma de más margen de déficit y deuda para las Comunidades Autónomas, sin que se plantee un nuevo sistema de financiación y con la alta probabilidad de que no haya PGE, algo para lo que, además, el Gobierno ya llega tarde.

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