¿Quién no ha experimentado acercarse al árbol la mañana de Navidad y descubrir que lo que ve ante sí no es lo que pidió? Y si incluso Papá Noel fracasa, nuestros políticos no serán menos. Aunque hubo muchas promesas, algunas se quedaron en el camino en 2025.

El Gobierno afrontó el año con un solo deseo en mente: resolver el problema de la vivienda. Sin embargo, la crisis está aún lejos de resolverse y no es la única. Los Presupuestos tampoco llegaron a tiempo para Navidad, ni los revolucionarios medidas anticorrupción prometido tras el estallido del caso Ábalos.

Regalos que incluso socios, como Yolanda Díaz, incluyeron en sus cartas, y que no ocultan su decepción tras encontrar el árbol vacío. Precisamente, en Sumar también han tenido problemas para conseguir lo que todos esperaban, como reducción de jornada laboral.

Y desde Esquerra, Rufián espera que lo que no trajo Papá Noel lo puedan traer los Reyes: «Nos toca a nosotros crear esta izquierda plurinacional que se viene pidiendo desde hace tantos años».

Mientras, en la acera de enfrente, en el PP, sus deseos navideños eran claros desde principios de año: Echar a Sánchez y convocar elecciones. Sin embargo, aunque no han faltado oportunidades, sus deseos tampoco se han visto cumplidos.

La ultraderecha tampoco ha disfrutado de las vacaciones, ya que en lugar de reunirse para Navidad, ha experimentado una Separación inesperada, la de Ortega Smith.

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