Tributo a Pilar González del Valle, una mujer con «casta y bravura»
Con las emociones a flor de piel, María Ureña González del Valle, actual Marquesa de la Vega de Anzo, articuló ayer un discurso en el que reivindicó «la casta y bravura» de la predecesora de ese título nobiliario, su madre Pilar González del Valle, fallecida el pasado 21 de octubre. Lo hizo Ureña en la gala organizada por la Federación Taurina del Principado de Asturias, que brindó un cálido homenaje a una mujer que «no olvidará nunca a su Gijón del alma», una firme defensora del regreso de la feria de Begoña, y de la tauromaquia en general, que «decía lo que pensaba sin importarle a quién», afirmó su hija.
[–>[–>[–>«La muerte de Pilar dejó un gran vacío en los aficionados taurinos; siempre mostró un apoyo incondicional a la tauromaquia en los momentos difíciles», subrayó Maritina Medio, del colectivo de peñas taurinas, que también galardonó la trayectoria de la Real Unión de Criadores de Toros de Lidia, una de las principales asociaciones ganaderas de bravo que esta temporada celebró su 120.º aniversario.
[–> [–>[–>Ana Rodríguez y Antonio Bañuelos, en la entrega del premio. | MARCOS LEÓN
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Como una mujer «vitalista, positiva y comprometida», que «adoraba la feria de Begoña» –de la que fue pregonera hace dos años y que consideraba una cita «sagrada»–, definió Arancha Fernández, conductora del acto, a Pilar González del Valle, criada entre Madrid, Grado y Extremadura y que siempre presumió de su asturianía. En 1992 heredó el título de Marquesa de la Vega de Anzo una mujer que incluso asesoró al gobierno madrileño en materia taurina.
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María Ureña, a quien acompañó en el encuentro su hermano José María, destacó que su madre se sentía «orgullosa de sus raíces». «En Grado pasaba todos los veranos y era una gijonesa de adopción», manifestó Ureña, que verbalizó una disertación trufada de términos taurinos. «Ya le podían proponer el plan más maravilloso, que la feria de Begoña no se la perdía», enfatizó María Ureña sobre su progenitora, que «hace un mes se cortó la coleta». Días antes estuvo en la plaza de Las Ventas, donde era una habitual. De la operación de corazón a la que se sometió extrajo dos cosas positivas, las muestras de cariño que le profesaron y el sacar más tiempo para la familia que tanto quería. Un amor recíproco, como quedó ayer patente en el salón del hotel Silken que acogió la ceremonia.
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A la izquierda, los concejales Jorge Pañeda, Jorge González-Palacios y Jesús Martínez Salvador y la alcaldesa Carmen Moriyón, entre el público.
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Las loas no cesaron para Pilar González del Valle, ferviente aficionada de Morante de la Puebla y que tenía incontables amigos, ya fueran ganaderos, toreros, periodistas… «Lo que más le gustaba era ver a los niños en las corridas de toros», aseguró María Ureña, que recogió el premio a modo de homenaje póstumo tras la proyección de una serie de fotografías con Pilar González del Valle como protagonista. En varias aparecía junto a la Alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, que señaló que «el recuerdo de Pilar nos inundará cada vez que se hable de toros». «Su ausencia supone un silencio atronador en cada cita, en la que su alegría era un reclamo», manifestó la regidora en un acto al que también asistieron Jesús Martínez Salvador, portavoz del gobierno local, y los concejales Jorge González-Palacios y Jorge Pañeda.
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«Su sonrisa será parte intrínseca de El Bibio»
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«Pilar era una impulsora incansable de la cultura taurina; su sonrisa será parte intrínseca de El Bibio», proclamó Carmen Moriyón, que indicó que «hay formas de torear que no se copian y aficionados que no se repiten» en alusión a una mujer que «elevaba la tauromaquia como espacio de cultura, arte y pensamiento». «Cuando se trató de salvar la feria, fue de las primeras en dar la cara», agradeció la Alcaldesa gijonesa. Maritina Medio leyó unas palabras en nombre de Josechu Mendoza, presidente de la peña Dávila Miura. «Hemos perdido una excelente embajadora, generosa como la que más», sostuvo.
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[–>Por su parte, Antonio Bañuelos, presidente de la Real Unión de Criadores de Toros de Lidia, se mostró agradecido con la distinción a la trayectoria de la institución, con 343 miembros asociados en España, Francia y Portugal. Bañuelos, ganadero burgalés que lidió por última vez en El Bibio en 2008, reivindicó que «los toros no se entienden sin España ni España sin los toros». También encomió el «efecto Morante», que, a su juicio, ha incentivado el seguimiento de la tauromaquia por parte de los jóvenes en una gala que contó con la presencia de representantes de las peñas Astur, Cocheras, José Tomás, Miguel Ángel Perera o Julio Robles, además de personalidades como Carlos González Tirador, presidente de las corridas de toros en El Bibio, o amigos de Pilar González del Valle, como Luis Adaro y Maje Cueto-Felgueroso, partícipes en una velada con la icónica Marquesa de la Vega de Anzo en la memoria.
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