6 pasos del tecnólogo en alimentos Mario Sánchez


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Abre el refrigerador y encuentra un bolsa de lechuga olvidada Básicamente, es algo bastante común. Las hojas ya no están tan firmes, el color ha perdido brillo y las ganas de preparar una rica ensalada desaparecen en unos segundos. Pocas personas piensan que esta pérdida de textura y tono no sólo está relacionada con el tiempo, sino también con cómo se conservó la verdura desde el primer día.
Mario Sánchez Rosagroen una entrevista con saber vivir, explica que este alimento no sólo aporta frescura al plato, sino también una combinación de vitaminas A, C, K y grupo Bademás de minerales como potasio. Según el tecnólogo de alimentos, estas propiedades pueden Se conserva por más tiempo si se manipula y almacena correctamente. desde el momento de la compra.


Errores comunes al almacenar lechuga
El error más repetido generalmente es creer que el La humedad mantendrá la frescura. Sánchez Rosagro advierte que “hay gente que envasa lechugas en papel de cocina humedo para preservar su frescura, pero esto significa un riesgo microbianoLa sensación verde inicial puede ser engañosa, ya que la humedad constante crea el ambiente perfecto para las bacterias.
Otro error común es dejar el hojas con rastros de agua después del lavado. El especialista precisa que “si se mantiene la lechuga constantemente expuesta al agua, puede estropear antes incluso si se ve más verde o más fresco«. Este exceso activa enzimas que aceleran el pardeamiento y la descomposición.
el error de Corta las hojas con un cuchillo de metal. Esta acción daña las células vegetales, libera enzimas oxidativas y acelera el pardeamiento. Este Mejor usar las manos o las de cerámica o plástico..
Además, Apilar la lechuga en un recipiente cerrado sin toallas de papel favorece la formación de moho y olores desagradables.. Por lo tanto, revisar las hojas y retirar las dañadas ayuda a evitar que el resto se contamine rápidamente.


Es mejor no utilizar un cuchillo de metal para cortar la lechuga.
Cómo almacenar lechuga
El primer paso es lavar las hojas en agua fría y secarlas bien. La humedad residual activa la polifenol oxidasauna enzima que causa oxidación rápida y pardeamiento. Cuando se retiran bien las gotas, la verdura conserva mejor su textura y color.
El segundo punto es el contenedor. Se recomienda utilizar un un recipiente hermético o una bolsa de plástico con papel absorbente tanto en la base como en la parte superior. Este sistema evita La condensación daña las hojas y Regula los niveles de humedad. Sánchez Rosagro recuerda que “si creamos un ambiente húmedo que favorezca el crecimiento bacteriano, estas Las bacterias pueden multiplicarse y causar intoxicación alimentaria.«.
La temperatura también marca la diferencia. Él Centro de extensión e investigación poscosecha Davis de la Universidad de Californiarecomendado almacenar la lechuga a 0°C con más del 95% de humedad relativo. En estas condiciones puedes se puede conservar de 21 a 28 días. Para lograrlo se recomienda Evite la exposición al etileno. otras frutas y recurrir al vacío o al enfriamiento con aire forzado, lo que reduce la respiración celular y la pérdida de agua.
Beneficios de almacenarlo correctamente
Cuidar el proceso de conservación no sólo preserva la apariencia de la verdura, sino también su valor nutricional. Al evitar el exceso de humedad, las enzimas oxidativas se activan menos, es decir, la lechuga. conserva mejor las vitaminas y los compuestos antioxidantes que contiene.
Él Servicio de Investigación Agrícola del USDA Beltsville Variedades identificadas de lechuga romana con poco dorado después del corte. Lo atribuye a una menor oxidación sin atmósfera modificada, confirmando que cortar las hojas daña las células y acelera su deterioro. Entonces, Mantener los cogollos enteros y secos prolonga su vida útil.
Además, almacenarlo adecuadamente tiene un impacto directo en la seguridad alimentaria. Sánchez Rosagro comenta que “las lechugas y otras verduras también pueden Contienen bacterias patógenas porque provienen del suelo.como los hongos. Por tanto, la higiene durante el lavado y un almacenamiento adecuado evitan intoxicaciones y reducen el desperdicio de alimentos.


La lechuga suele echarse a perder rápidamente, pero puede durar varias semanas si sabes cómo hacerlo.
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Guía de 6 pasos para guardarlo correctamente
- Lavar en agua fría y secar completamente. Es fundamental eliminar toda la humedad antes de guardar las hojas. La humedad activa las enzimas que causan el oscurecimiento y la descomposición. Puedes utilizar un exprimidor o toallas de papel limpias.
- Utilice papel absorbente en el recipiente. Colocar una capa en la base y otra encima de las hojas ayuda a controlar la condensación. Esto evita que el exceso de humedad genere moho o malos olores.
- Guárdelo en un recipiente hermético o en una bolsa perforada. Las bolsas selladas acumulan dióxido de carbono y promueven bacterias anaeróbicas. Por otro lado, los contenedores con respiraderos o pequeñas perforaciones ayudan a mantener el equilibrio del aire.
- Mantener un frío constante cercano a los 0°C. El frío ralentiza la respiración celular y reduce la pérdida de agua. En casa, el cajón de verduras del frigorífico suele ser el lugar más estable para este fin.
- Evite las frutas que producen etileno. Los plátanos, las manzanas y los tomates liberan este gas que acelera el envejecimiento de las plantas. Mantenerlas separadas ayuda a mantener las hojas más firmes y frescas.
- Revisar y retirar las hojas dañadas. Las hojas deterioradas liberan humedad y contaminan las hojas sanas. Revisarlos cada pocos días y reemplazar las toallas de papel prolonga su frescura.
Almacenar adecuadamente la lechuga es cuestión de pequeñas acciones que suman: lavar, secar, proteger del exceso de humedad y guardar en un lugar frío. Siguiendo estas pautas, las hojas se pueden almacenar durante semanas sin perder su valor nutricional ni su textura. De esta forma, la ensalada se mantiene tan fresca como el primer día, sin sorpresas desagradables al abrir el frigorífico.
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