Proyectos cojos
¿Y la Zalia pa cuándo? El Principado prevé «humanizar» Príncipe de Asturias antes de la construcción del vial de Aboño, que suponemos traducido quiere decir que lo del nuevo vial va para largo. Como estamos en época de cartas a los Reyes Magos entendemos a su vez que transformar esa ronda en avenida urbana requerirá unos presupuestos y un calendario de los cuales de momento no tenemos noticias, sino buenas intenciones. Por cierto, lo de los tres reyes adorando al niño Dios nacido es una tradición de origen egipcio, representa a los tres continentes (África, Europa y Asia) adorando al nuevo heredero legítimo del faraón –hijo del Dios Sol–, ello nos explica un Baltasar negro, pues los negros proceden del sur, los de extremo oriente son amarillos.
Hemos conocido también que Asetra (los transportistas) renuncia a invertir en la Zalia tras lustros aguardando su desarrollo, rimbombante Zona de actividades logísticas e industriales asturianas, pero sin central eléctrica, sin actividades logísticas y sin naves industriales; no hay emergencia climática alguna –el planeta no va a dejar de girar en 2030–, ni transición energética justa o injusta, en todo caso será más o menos contaminante, ni reconversión industrial, lo que hay es una reducción industrial en beneficio del sector terciario que ofrece servicios, y desindustrializar Europa por la paranoia de la descarbonización precipitada solo favorece a la dictadura china comunista, que nos exportó el covid-19 desde Wuhan.
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Como coincidencia con todo ello ha aparecido una ballena varada en El Musel, acaso por enfermedad o desorientación, quizás aviso de lo que sucede cuando un animal o sector, por grande que fuera, pierde el norte. Si la siderurgia asturiana se gripa la industria regional lo va a pasar mal, y ningún político por necedad o por huir hacia adelante puede garantizar nada ni estatalizando ni subiendo los impuestos. Dentro de cuatro años el político probable no esté, y el crecimiento económico y de la prosperidad no se impulsan con proyectos viciados ni subiendo impuestos, sino favoreciendo la inversión eficiente y el empleo productivo. Pero esto a la casta acomodada le cuestiona el relato, y así nuestra región sigue renqueando.
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