La industria del refresco aporta más de 1.400 millones a la economía catalana y genera 21.000 empleos
Un reloj en forma de sifón recuerda el lugar en el que se encontraba la antigua fábrica de gaseosas y bebidas carbonatadas que la familia Puértolas tuvo en Barcelona, una industria bautizada a mediados de los años 1940 como Sanmy. El número 105 de la avenida de Roma es ahora un taller mecánico, pero en tiempos, hasta su traslado a Terrassa hace ya tres décadas, en ese mismo emplazamiento se fabricaban los famosísimos sifones Géiser. El peculiar reloj, que fue instalado en la fachada de la factoría en 1960, servía para que los trabajadores que entraban o salían supieran la hora, explicaba recientemente a este diario Pilar Puértolas, directora general de esta empresa familiar, que acaba de celebrar 130 años de existencia, lo que la convierte en la decana de los fabricantes de bebidas refrescantes de España.
[–>[–>[–>Como Sanmy son decenas las compañías, tanto productoras como comercializadoras, que en Catalunya trabajan en este sector económico, que el año pasado generó un valor bruto añadido (VAB) de 1.430 millones de euros, según refleja el informe ‘Impacto socioeconómico del sector de las bebidas refrescantes en Catalunya‘ elaborado por la consultora financiera AFI para la Asociación de Bebidas Refrescantes (Anfabra). Solo por poner un ejemplo: la consultora Steward Reedquee atribuía hace dos años a Coca Cola un impacto de 990 millones de euros en la economía catalana, lo que supone el 0,4% del PIB de esta comunidad.
[–> [–>[–>Catalunya, que concentra el 12% del total de la industria del refresco española, cuenta con instalaciones repartidas en 17 municipios de las cuatro provincias y que generan 21.000 puestos de trabajo repartidos entre toda su cadena de valor. Casi la mitad de estos centros de trabajo se hallan en poblaciones de menos de 30.000 habitantes. «Esta dispersión sobre todo el territorio catalán hace que el sector de las bebidas refrescantes no solo actúe como una actividad que contribuye a la generación de riqueza y puestos de trabajo, sino que de manera indirecta ayuda a la dinamización del entorno local«, reflexiona Beatriz Blasco, directora general de Anfabra.
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Planta de producción de Coca-Cola en Martorelles. / EFE. BARCELONA
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«Son empresas de tipologías muy diversas que incluyen, por supuesto, a Sanmy, que es una industria histórica, a la multinacional Coca-Cola Europacific Partners, que tiene una de sus mayores instalaciones en Martorelles, y que son referentes, pero también está en Catalunya el ‘hub’ digital mundial de PepsiCo en la ciudad de Barcelona o fabricantes de latas tan relevantes como Ball, en Selva del Camp, o Retail Iberia, en Girona”», indica Blasco. A ellas hay que añadir también, señala Blasco, fabricantes de aromas para los refrescos como Dallant (Sant Feliu de Llobregat), Cosmos Aromática (L’Ametlla del Vallès) o Lucta (Barcelona).
[–>[–>[–>Contra la despoblación rural
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El estudio muestra asimismo que en los municipios en los que se encuentra una fábrica, un centro logístico o un almacén de distribución relacionado con el sector, «los indicadores locales reflejan una estructura poblacional menos envejecida, más capacidad de atracción de población foránea, mayor nivel de empleabilidad y más dotación de bares y espacios culturales». Los analistas han estudiado también cuál es el dinamismo sociocultural de estas poblaciones y han concluido que su índice es un 0,8% superior a la media, que su perfil demográfico supera también en un 0,1% el del global catalana, y su mayor fortaleza económica es un 0,4% superior. «En resumen, los municipios catalanes que cuentan con la presencia del sector de las bebidas refrescantes registran un indicador de ‘atractivo global’ de 2,8 puntos, siendo hasta 0,4 puntos superior al observado para el conjunto de municipios de Catalunya», recoge el informe.
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Las empresas fabricantes de bebidas refrescantes están haciendo, además, un esfuerzo inversor importante para desarrollar nuevos productos bajos en azúcares, o directamente libres de ellos. En los dos últimos años, un 67% de las compañías del sector en España (y eso incluye a Catalunya) han destinado más del 10% de su cifra de negocio a investigar fórmulas de refrescos con menos contenido de este componente.
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