FERIA MIEL BOAL | Boal escucha a sus apicultores y advierte de que la miel no solo esn u producto gastronímico, es «identidad»
En el corazón del occidente asturiano, la miel no es solo un alimento: es raíz, identidad y cultura. Así lo expresó el alcalde de Boal, José Antonio Barrientos, en la apertura de la 38ª Feria del Miel de Boal, un encuentro que vuelve a reunir a apicultores, expositores y vecinos en torno a un producto que es mucho más que un manjar: es el «reflejo de una forma de vida».
[–>[–>[–>«Cada edición sigue teniendo la misma ilusión que la primera», afirmó el regidor, quien destacó el esfuerzo de los productores y el papel del público, «el verdadero motor de la feria». En su intervención. la inaugural del certamen, subrayó que la miel de Boal y por extensión, la miel de Asturias, ha trascendido la categoría de producto gastronómico para convertirse en «símbolo de identidad, cultura y desarrollo económico».
[–> [–>[–>Con cada tarro «apoyamos nuestro territorio»
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«Con cada tarro no solo adquirimos un alimento de primera, sino que apoyamos a nuestras familias y a nuestros territorios», recordó Barrientos, animando a los visitantes a recorrer los stands, conversar con los apicultores y «llevarse a casa un poquito de Boal en forma de miel».
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Un momento de la apertura del concurso. Al fondo, el pregonero, Cristóbal Ruitiña, durante su discurso. / Ana M. Serrano
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El Alcalde quiso también rendir homenaje a la vida rural y a la sostenibilidad. En un discurso cargado de imágenes evocadoras, destacó que ferias como esta son «un canto a lo autóctono, lo sostenible y lo hermoso», y celebró que se siga reconociendo el valor del campo, los animales y el entorno natural que sustentan la apicultura.
[–>[–>[–>Homenaja al SEPA y, en particular, a los bomberos
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Uno de los momentos más esperados del acto inaugural fue la entrega del Premio El Cortín de la asociación de apicultores. Este año recayó en el Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA) por su «dedicación y compromiso con la seguridad de las personas y la protección del medio natural, valores estrechamente vinculados con la vida rural y la actividad agrícola». También su trabajo en los incendios forestales, rescates en zonas rurales y actuaciones ante colmenas en riesgo, demostrando una sensibilidad especial hacia el entorno y la fauna. Recogieron el premio el encargado de zona Evaristo García Álvarez y bomberos Daniel González, Diego Lara y José Luis Martínez, todos destinados en el parque de Bomberos de Grandas de Salime.
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En nombre del equipo, expresaron su gratitud hacia el Ayuntamiento de Boal y la Asociación de Apicultores de Boal, destacando que el reconocimiento refuerza su «vocación de servicio y su compromiso diario» con el medio natural. Con sencillez y emoción, definieron la feria y la apicultura con tres palabras que resonaron entre el público: «Autóctona, sostenible, hermosa». Los bomberos se llevaron un sonoro aplauso.
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Público fotografiando un momento de los discursos inaugurales. / Ana M. Serrano
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El pregonero, el escritor y periodista Cristóbal Ruitiña, recordó su primer contacto con la miel en la infancia, «aquel sabor que hablaba de casa», y evocó escenas familiares y aldeanas que muestran la relación natural entre el ser humano y las abejas. «Nos regalaron un trozo de panal para chuparlo afuera, sin mediar moneda ni recomendación dietética. Como toda la vida se hicieron estas cosas», relató, despertando sonrisas entre el público.
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El pregonero habló también del brezo, «fuente de miel cuando no había azúcar y de cera con la que se pagaban impuestos a nobles y monjas». Reflexionó sobre la transformación del paisaje rural, los montes cubiertos de eólicos y el papel de las formas de energía tradicionales: «Representa una energía distinta, autóctona, sostenible, hermosa».
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