Doble varapalo en Europa a las propuestas del Gobierno español
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, agobiado por escándalos de corrupción y debido al cerco judicial a miembros de su partido e incluso a su familia, ha intentado buscar refugio en Europa intentando que la Comisión se haga eco de su … propuestas. Pero aquí tampoco ha tenido éxito.
El viernes de la semana pasada, en vísperas de que la Comisión decidiera el aplazamiento del fin del motor de combustión, tal y como pedía la industria automovilística europea, incluida la española, Pedro Sánchez envió una carta a Ursula Von der Leyen pidiéndole que mantuviera el año 2035 como límite para fabricar vehículos de combustión. El presidente español defendió «la importancia de preservar el nivel actual de ambiciónmáxime teniendo en cuenta que el mercado ya identifica a los vehículos electrificados como la opción más eficiente y competitiva. Recordó al presidente de la Comisión que Bruselas ya ha introducido medidas para flexibilizar el impacto sobre los fabricantes y aseguró que con eso es suficiente.
La carta tuvo poco efecto, ya que finalmente la Comisión, de la que es miembro Teresa Ribera, exministra y exvicepresidenta del Gobierno español, decidió bajar los requisitos y que dentro de 10 años los fabricantes reduzcan sus emisiones un 90% en lugar del 100% como se había decidido inicialmente. Esto significa que podrán seguir comercializando vehículos híbridos y vehículos con motor de combustión interna de determinadas características que utilizan combustibles alternativos en su funcionamiento y acero ‘verde’ fabricado en Europa en su fabricación. De este modo, Los fabricantes de automóviles podrán seguir vendiendo a partir de 2035 híbridos enchufables (PHEV), vehículos de autonomía extendida, híbridos suaves y vehículos con motores de combustión interna. Aparte, lógicamente, de los vehículos totalmente eléctricos (EV) y del hidrógeno.
Fuerte reducción de emisiones
Los fabricantes de automóviles podrán mantener hasta un 10% de las emisiones residuales en 2035. No se trata de una vuelta al modelo actual, sino de una transición más flexible, basada en lo que se llama neutralidad tecnológica, es decir, que las emisiones se reducen independientemente del motor utilizado.
No parece descabellado que el gobierno europeo haya escuchado a su industria automovilística y haya relajado las exigencias. Quizás Pedro Sánchez también debería escuchar a la industria española. No creo que Europa deba seguir los pasos de Estados Unidos y renunciar a su esencia y su compromiso con la transición hacia una economía verde. Pero eso no se puede lograr perjudicando a la industria y haciéndola menos competitiva. De hecho, no sé qué pasará dentro de diez años, pero hoy, al menos en España, No estamos preparados para asumir una flota de vehículos principalmente eléctricos.y tampoco sabemos el resultado que dará. Es muy ecológico, pero ¿qué hacemos con las pilas? ¿No contaminan? ¿Y cómo generamos la electricidad que necesitamos? No todo está tan claro como para renunciar por completo a otro tipo de motores. Y lo mismo ha ocurrido en el tema de la vivienda. En la UE existe preocupación por los precios de la vivienda y las dificultades que tienen los jóvenes para acceder a ella. Y por eso han propuesto medidas para abordar este problema, pero no apuestan por limitar los ingresos ni impedir la compra de viviendas para inversión, como defiende el presidente español.
Aún quedan trámites, como el paso por el Parlamento Europeo, donde Pedro Sánchez puede convencer a los socialistas de votar en contra de la flexibilización de los plazos para el motor de combustión, aunque luego los populares y la extrema derecha votan juntos y sacan adelante el proyecto. En casi todo, y de momento, esta semana, nuestro presidente ha vuelto de Bruselas con un doble revés.
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