BEBIDA VEGETAL YOSOY | Josep Maria y Laura Erra (Liquats Vegetals): «Buscamos innovación más disruptiva para acceder y trabajar en nuevos proyectos»

Pionero de las bebidas vegetales en España, Josep Maria Erra fundó Liquats Vegetals cuando no existía esta categoría de producto en los lineales de supermercado. Treinta y cuatro años después y con la segunda generación familiar en la dirección, la empresa lidera el mercado español, tiene presencia en 50 países del mundo, ultima el lanzamiento de nuevos productos y trabaja en una segunda planta de producción.
Liquats Vegetals nació en 1991, cuando las bebidas vegetales eran unas grandes desconocidas en el mercado. ¿Cómo surge la idea?
Josep Maria Erra (J. M. E.): La idea me la dieron las vacas. Soy el pequeño de cinco hermanos. Enseguida vi que debía espabilar para ganarme la vida. Solo le pedí a mi padre que me dejara estudiar. Cursé Telecomunicaciones en Madrid y después de trabajar en IBM me incorporé a la antigua Letel, empresa del sector lácteo situada en Osona y propiedad de la familia. Informaticé la compañía y empecé a recoger datos para mejorar en la gestión. Con esos datos me di cuenta de que la calidad de la leche mejoraba o empeoraba en función de lo que comían las vacas. Si a las vacas les sentaba tan bien la soja, ¿por qué no a nosotros? Fue cuando planteé a mi familia producir bebidas vegetales.
¿Le entendieron?
J. M. E.: No. Como no compartían mi idea, con 43 años decidí emprender en solitario en Viladrau. Quería producir bebidas vegetales elaboradas de la manera más natural posible, evitando aditivos y aportando el máximo de nutrientes. La empresa sueca de envasado y procesamiento de alimentos Tetra Pak fue una de las que más nos ayudó al principio, cuando arrancábamos desde cero.
¿Cómo acogió el mercado español esa bebida vegetal que desconocía?
J. M. E.: Rápidamente empezamos a tener clientes fieles que agradecían el impacto positivo que nuestras bebidas tenían en su salud. Por aquel entonces había muy pocas opciones para los intolerantes a la lactosa, por ejemplo. En aquellos inicios difíciles, el feedback de clientes tan contentos sirvió para no tirar la toalla. Empezamos a servir en tiendas de dietética. Tardamos casi ocho años en alcanzar el punto de equilibrio entre ingresos y gastos. Los primeros beneficios fueron de 1.000 pesetas de la época [6 euros actuales]. La verdad es que ser los primeros productores en España también nos permitió tener precios muy competitivos desde el principio y eso ayudó. La alternativa eran bebidas importadas mucho más caras.
¿De la soja pasaron al resto de bebidas vegetales?
J. M. E.: Empezamos con la soja pero la vocación analítica y curiosa me llevó enseguida a experimentar con cereales como la avena y frutos secos como la almendra y la avellana. Desde el primer día apostamos por tener buenos ingredientes para hacer buenos productos. Ahora las diferentes categorías de producto de Liquats se distribuyen a través de las marcas Yosoy, Almendrola y Monsoy. Actualmente, las bebidas vegetales ya están presentes en el 50% de los hogares catalanes, por ejemplo, pero todavía hay mucha gente que ni siquiera las ha probado. Queda mucho por hacer. Nunca hemos dicho que la leche de vaca sea mala o que no se consuma, sino que incorporar la bebida vegetal a la alimentación es bueno para la salud.
¿Cómo llegaron a los lineales de los supermercados?
J. M. E.: Tuvimos la suerte de entendernos con Mercadona muy rápidamente. Creyeron en el proyecto de las bebidas vegetales desde el inicio. Ellos tenían ya entonces mucha presencia en toda la parte del Levante español y eso ayudó a la penetración en el mercado de nuestra marca. De hecho, Catalunya, donde producimos, y la Comunidad Valenciana son los grandes consumidores de bebidas vegetales en España.
¿Qué cifras manejan actualmente de producción, cuota de mercado y plantilla?
Laura Erra (L. E.): La cuota de mercado se sitúa cerca del 14,9%, y la producción es un dato que no compartimos. El volumen de negocio del año pasado no lo tenemos todavía porque estamos cerrando cuentas. En 2023, la facturación fue de 92 millones de euros, el 6,8% más respecto al año anterior. De las ventas totales, la exportación supone el 25%. La plantilla se sitúa en unas 300 personas y hay trabajadores que están con nosotros desde el inicio, algo que nos hace especial ilusión. Trabajamos en un modelo en el que la voz de todos los trabajadores llegue a la dirección y al revés.
Han elaborado un plan estratégico para los próximos tres años. ¿Cuáles son las apuestas para seguir creciendo?
L. E.: Tenemos bastantes retos. La principal idea es lanzar una nueva categoría que saldrá a lo largo de 2025. No podemos ofrecer muchos detalles todavía para no dar pistas a la competencia, pero no será una bebida. Es otro tipo de producto con la marca Yosoy elaborado con la filosofía que nos acompaña desde el inicio: lo más natural posible y sin productos añadidos.
¿Otro reto?
L. E.: La expansión internacional. Por ejemplo, en Alemania no tenemos presencia. Es un mercado mucho más maduro en esta categoría de producto y cuesta más entrar. Fuera de España operamos con la marca Natrue y tenemos presencia en más de 50 países como Francia, los Países Bajos, el Reino Unido y Canadá. Cambiamos el nombre hace unos años porque Yosoy era una barrera de entrada en algunas zonas pero responde al mismo producto. Más que incrementar la lista de países donde tenemos presencia, buscamos aumentar la demanda, que crezca el mercado de las bebidas vegetales. Nuestra estrategia pasa por construir marca más que vender en muchos países. Al final es un proyecto de marca. Nos interesa la calidad más que la cantidad. Crecer en algunas zonas europeas es difícil porque son mercados ya maduros. En estos casos sería conveniente fabricar cerca.
¿Se plantean abrir plantas en algún otro lugar?
L. E.: Sí, es algo que tenemos en mente. No sé si lo podremos ejecutar dentro de este plan estratégico o quedará para el siguiente, pero el estudio de una segunda ubicación de producción seguro que lo dejaremos definido en estos tres años. Tenemos claro que será un país de Europa, fuera de España, para poder consolidar la marca y las ventas en el exterior. Ojalá lo podamos realizar antes de finalizar 2027 porque significará que todo va rodado.
La innovación está en el core business de la compañía desde que nació. ¿Cuánto invierten en I+D?
L. E.: La innovación está muy presente en el día a día de la compañía y es muy difícil de cuantificar. Hay muchos recursos que no se incluyen en la investigación y el desarrollo estrictamente y que forman parte del proceso.
¿Qué es más difícil: innovar desde cero o mantener el crecimiento una vez consolidados?
L. E.: Todo tiene su dificultad y está enlazado. Innovar rompiendo con lo establecido y que funcione quizá da más juego. Ahora nos encontramos en una categoría mucho más madura y es complicado. Estamos inmersos en cambios internos para poder seguir incorporando innovación dentro de la compañía. Queremos invertir en innovación de forma constante pero también en conocimiento interno para poder aportar más valor al mercado. Por un lado, hemos iniciado un proceso de formación directiva para tener los mismos criterios. Por otro, hemos puesto en marcha una línea de búsqueda de innovación más disruptiva para poder ver, acceder y trabajar en proyectos que inicialmente no son tan claros y obvios para nuestro negocio pero que creemos que, al final, puede tener algún tipo de retorno en el negocio. El potencial de la categoría plant based y la necesidad del consumidor por apostar por una alimentación más consciente nos permitirán seguir creciendo y aportando valor al mercado.
¿Qué papel juega la sostenibilidad en el día a día?
L. E.: Está íntimamente ligada a nuestra etiqueta. Trabajamos la sostenibilidad desde cuatro ejes: nuestro impacto en el mundo, que se mide con la huella de carbono; nuestro impacto en el ámbito local, como vecinos del Parque Natural del Montseny (Barcelona), un entorno privilegiado declarado reserva de la biosfera; el impacto en nuestro equipo, y el impacto en los consumidores. Esto nos lleva a proyectos que nos hacen mucha ilusión como el de la biomasa. Colaboramos con una buena gestión forestal para recoger su residuo y utilizar la biomasa resultante como fuente de energía en la planta. También contribuimos a mantener su biodiversidad. Además, hemos invertido más de seis millones de euros en una depuradora de última generación que, junto a otras iniciativas de control de riesgo hídrico, permiten reducir hasta en un 21% el agua necesaria para elaborar un litro de producto, y contamos con el 100% de la energía eléctrica renovable.
En todo este tiempo ¿han recibido ofertas de compra?
L. E.: Muchas. Hasta la fecha, no nos planteamos vender y menos una mayoría del capital. No descartamos que para el crecimiento futuro, en algún momento, sea necesario dar entrada a alguien para poder dar los pasos que queremos, pero también te digo que si podemos hacerlo en solitario lo haremos sin acompañantes externos.
¿Y Liquats Vegetals quiere adquirir alguna empresa?
L. E.: Es más posible esto que vendernos una parte de la compañía. Si en el camino surge la necesidad de comprar para seguir avanzando, lo haremos. Tiene que encajar con la estrategia y sería algo a medio o largo plazo. No ahora.
Soluciones de RECER Vegetales al Mundo
undefined
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí