Cava ahora tu propia fosa
Qué crueldad cuando en las pelís del Oeste, de la mafia o de guerra ordenan al condenado que cave su fosa. Recuerdan al supermercado cuando la cajera ayuda al torpe en el autopago o a nosotros trabajando en nuestras cuentas corrientes para que la oficina bancaria sea una cafetería donde venden seguros e inversiones.
[–>[–>[–>Los administrativos de Amazon, que vieron caer a los tenderos de su barrio cuando el comercio electrónico disparó a ráfaga a la altura de los bajos, se cavan la fosa usando la Inteligencia Artificial que los sustituirá en los servicios centrales. El plan mundial de Amazon es eliminar medio millón de empleos en tareas repetitivas y rutinarias. Como Amazon, todas las empresas tecnológicas y muchas tecnificadas.
[–> [–>[–>El mensaje a los humanos es «no os vamos a pagar por lo que puede hacer un mono». Ese lema implícito despedirá a millones de personas hasta que esa gente a la que no se le paga, se lo cobre como lo haría un mono cuando necesita comer. Nada impedirá que esto siga porque planificar es de comunistas y el juego aquí es dar la siguiente patada adelante y seguir corriendo detrás de lo que llamamos progreso con un irreductible optimismo que no sale de la experiencia sino de un culturismo de la actitud hecho de esperanza y autoconfianza cada vez más desproporcionados. Desde sus inicios, la disciplina que sustenta la propaganda es la psicología y la actual se basa en una autoayuda que es auto y heteroperjudicial.
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En 2001 unos neurólogos de la universidad de Wisconsin declararon el cerebro más hermoso del mundo a uno que bullía de actividad en el lateral izquierdo del corte y tenía el derecho casi vacío de pensamientos negativos. Era el cerebro de Matthieu Richard, un monje budista que llevaba meditando el equivalente a 30 años de trabajo ininterrumpido. Un cerebro que era un gimnasio del optimismo, cerrado al mundo en el que dominan y son dominados otros y que no estaba aquí, como los futuros desempleados. ¡Bien! Si a la meditación le sumas el hambre llegas a la alucinación del misticismo. Va a tener razón Rosalía.
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