CENTROS DE DATOS | El Gobierno pone bajo vigilancia el consumo de luz y de agua de los centros de datos digitales
Los centros de datos se han convertido en las grandes factorías de la revolución digital. Instalaciones cruciales con miles de servidores informáticos para hacer posibles los servicios digitales y para conectar a las compañías con sus clientes. La imparable transformación digital exige un despliegue cada vez mayor de capacidad de procesamiento de datos por la gestión de los datos en la nube, por el big data o por la inteligencia artificial. Y España se ha convertido en un mercado preferente para gigantes tecnológicos para instalar sus enormes ‘búnkeres digitales’.
La expansión de nuevos ‘data centers’ se topa con un problema de sostenibilidad, porque son instalaciones que consumen mucha electricidad y mucha agua para su refrigeración. Y el Gobierno se dispone a poner bajo vigilancia el impacto ambiental de estas instalaciones bajo amenaza de negarles el acceso para enchufarse a la red eléctrica si no garantizan su eficiencia, y también pretende pedirles cuentas de su capacidad para favorecer económicamente a los territorios que se localizan y para generar empleo.
El Ministerio para la Transición Ecológica prepara un real decreto para regular de manera efectiva toda la información que las compañías tecnológicas que explotan centros de datos han de remitir al Ejecutivo español y para fijar nuevos criterios de sostenibilidad energética y económica, como parte de la transposición de la nueva directiva europea de eficiencia energética vinculada a los ‘data centers’. Sólo quedan exentos de estas obligaciones de facilitar información y ser publicada abiertamente los centros de datos destinados exclusivamente a materias de la defensa y de protección civil.
Datos de consumo de luz y agua
La futura norma, que el Ejecutivo considera crucial para la combinación de la transformación digital y la transición energética, obligará a las compañías tecnológicas a informar cada año al Gobierno español del consumo de energía y su procedencia (incluyendo en qué medida procede de fuentes renovables), la contribución de los centros de datos a la resiliencia del sistema eléctrico, el consumo de agua (en términos globales y, en concreto, de agua potable), el tipo de refrigerantes usados, o indicadores como la eficacia en el uso de los distintos recursos.
Las instalaciones digitales también deberán acreditar el impacto económico positivo que tienen en el entorno en el que se ubican, facilitando datos sobre el empleo directo e indirecto generado por las instalaciones, así como la calidad del mismo, o la contribución de los centros a la economía local y nacional. Toda esta información será pública y estará disponible para el público en general en la web del Ministerio. Los centros de datos no recibirán el permiso de acceso a la red eléctrica, fundamental para poder operar, si no garantizan el cumplimiento de todas las nuevas exigencias cuando entren en vigor.
El Gobierno establecerá condiciones más exigentes para los centros de datos de mayor tamaño, los que tienen una potencia eléctrica superior a los 100 megavatios (MW). Los grandes búnkeres digitales estarán boligados a demostrar que su rendimiento energético, sostenibilidad y consumo de luz y agua se encuentran entre el 15% de las mejores prestaciones mundiales.
El Gobierno español avanza así para establecer las exigencias de eficiencia energética para las compañías propietarias de grandes centros de datos, como los gigantes tecnológicos con servicios en la nube (Microsoft, Google, Amazon, Meta, Oracle…), las compañías especializadas en procesamiento de datos (Digital Realty, Equinix, Data4, Nabiax…) o de los grandes grupos del Ibex 35 que tienen sus propios búnkeres digitales de datos (Telefónica, Inditex, los grandes bancos o las grandes energéticas, por ejemplo).
Reutilización forzosa del calor residual
“El de los centros de datos es un sector con unos planes de crecimiento muy imporantes en nuestro país. Y por eso es importante que podamos contar con datos fiables de consumo de energía, de consumo de agua y otros tipos de impactos sobre el territorio”, explica el secretario de Estado de Energía, Joan Groizard, en declaraciones a EL PERIÓDICO. “Es una norma que, además de solicitar información para sea pública y accesible para todo el mundo, impulsa que estos proyectos sean lo más sostenibles posible, tengan los mejores rendimientos, y maximicen los impactos positivos sobre el territorio y minimicen los negativos”.
El borrador de real decreto contempla que los centros de datos estarán obligados a reutilizar el calor residual que generan sus servidores informáticos para proporcionar servicios de climatización u otros servicios vinculados al calor. El objetivo es que el calor producido por los centros de datos pueda, por ejemplo, alimentar a redes de calor que permitan la climatización de barrios o municipios cercanos a las instalaciones, o proporcionar calor a industrias u otras actividades económicas cercanas.
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