Veintiuna personas en la calle. Este es el balance que presenta el cierre de la pensión más antigua de Vigoel de Nuestra Señora del Carmen, tras medio siglo de actividad. Después de haber sido durante tanto tiempo un refugio asequible para personas con escasos recursos (con precios que oscilan entre los 220 y 240 euros mensuales por habitación), el 31 de diciembre cerrará sus puertas para siempre.

Y El panorama para las personas que viven allí es verdaderamente sombrío.: Son en su mayoría hombres, muchos de los cuales están enfermos, y todos tienen en común el hecho de tener ingresos muy bajos, vinculados a diferentes tipos de pensiones y subsidios.

Este es el caso de Serafín, un hombre de 58 años que recibe pensión no contributiva de 580 euros al mes. Nos atiende justo después de ir a ver una habitación en un piso compartido, por la que le pidieron 450 euros, pero sabe que no podrá alquilar: la dueña le dijo que no le alquilaría «así».

José Antonio, de 53 años, también se enfrenta a esta discriminación y a la angustia de ver que no tendrá que rendir cuentas. Es asmático, sufre fuertes dolores a causa de su ciática y vive de una pensión no contributiva de 470 euros al mes.

“Si una habitación en otro lugar me cuesta 350 euros, más agua y luz… son al menos 400 euros. ¿Qué hacer con 70 euros? Porque voy a tener que comer. “Necesito ayuda porque realmente me veo en la calle”, explica el hombre.

Marcos, un hombre separado y con un hijo, tampoco sabe dónde vivirá a sus 55 años. Lleva tres años y medio buscando trabajo sin éxito.y gana el ingreso mínimo vital. Él dice que podría destinar un máximo de 300 euros al alquilerque no puede subir desde allí porque tiene que transmitirle dinero a su hijo.

“La única solución que nos ofrecen es buscar varias habitaciones, pagar entre unos pocos, pero nadie nos la alquila porque no tenemos garantía”, subraya.

“Es hora de que las administraciones se mojen”

Uno de los grupos que intenta ayudarlos es el Federación de Barrios Eduardo Chao de Vigo. Su secretario, Óscar Álvarez, lamenta que «nadie va a alquilar a estas 21 personas con el precio que cobran, porque están todas en riesgo de exclusión socialcon ingresos entre 400 y 600 euros. Todos cargan RISGA, Ingreso mínimo Vitapensiones no contributivas.

Y, aunque lo consiguieran, “las habitaciones cuestan entre 400 y 500 euros, y con sus ingresos o alquilan una habitación o comen, no pueden hacer ambas cosas«.

Por ello, Álvarez destaca que la Federación de Vecinos “les apoyará y acompañará en todo momento” hasta encontrar una solución. E insiste en que «es el momento de que las administraciones se impliquen y ayuden de verdad a la gente que lo necesita, y desgraciadamente en Vigo cada vez son más».

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