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Putin pone a prueba a Trump al anunciar que Moscú está listo para retomar los ensayos nucleares 35 años después

Putin pone a prueba a Trump al anunciar que Moscú está listo para retomar los ensayos nucleares 35 años después
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  • Publishednoviembre 7, 2025



En diciembre de 2018, a mitad de su primer mandato, donald triunfo anunció en Twitter la retirada de las tropas estadounidenses de Siria. Poco antes había utilizado la misma plataforma para comunicarse con Rex Tillerson su destitución como Secretario de Estado. La noticia sorprendió a sus aliados occidentales y sorprendió a Rusia, con quien Estados Unidos mantenía una fuerza conjunta destinada a eliminar las bases del Estado Islámico en la región.

Sin embargo, el anuncio nunca se cumplió. Recibió más publicidad que cualquier orden interna, provocó el caos en las cancillerías de medio mundo, pero no fue más que el alivio de un adicto a las redes sociales con tendencia a los cambios de humor. En cualquier caso, el precedente debería haber servido a Trump para valorar y moderar su tendencia a legislar vía tuit, algo que luego copiaría el presidente de El Salvador, Nayib Bukele. Lamentablemente, ese no ha sido el caso.

La semana pasada, Trump volvió a las andadas al publicar un mensaje en Truth Social, su propia red social, en el que advertía de que Estados Unidos iba a reanudar las pruebas nucleares en su propio territorio, algo que no ocurría desde 1992. El post era ambiguo y falaz, como suele ser habitual en el presidente americano. Presentó las pruebas como una respuesta a lo que estaban haciendo Rusia y China, y tampoco presentó un calendario claro.

La cuestión es que ni Rusia ni China han realizado una prueba nuclear desde 1990 y 1996, respectivamente. De hecho, como Estado tal, Rusia nunca ha probado sus armas nucleares o no lo ha hecho oficialmente. La prueba de 1990 fue todavía en tiempos de la Unión Soviética y con fines autoproclamados “pacifistas”. Lo que ambos países han probado recientemente son armas convencionales que pueden portar ojivas nucleares cuando llegue el momento. Por ejemplo, el misil de crucero Burevestnik o los torpedos del submarino nuclear Poseidón.

Medvedev y la respuesta de Putin

El caso es que el Kremlin ha encontrado la excusa perfecta para escalar la tensión nuclear, que es lo que viene haciendo desde al menos 2022. El primero en salir al frente fue, como es habitual, el expresidente Dmitri Medvédevquien dejó claro que, ya sea en una red social o en la Casa Blanca, el anuncio vino del presidente de Estados Unidos y era obligatorio tomarlo en serio. Rusia firmó en ese momento el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCE), pero revocó su ratificación en noviembre de 2023.

A Medvedev se le ha seguido directamente Vladímir Putin. El presidente ruso afirmó este miércoles que Rusia no tiene planes de desviarse de las directrices del TPCE… a menos que Estados Unidos lo haga. Incluso el portavoz del Kremlin, Dmitri PeskovReconocieron que no se había decidido nada y que sólo estaban esperando recabar información para ver si era necesario iniciar los preparativos. En definitiva, lo más probable es que ni Estados Unidos ni Rusia acaben haciendo nada… pero el pánico nuclear ya está activado en la opinión pública mundial, que es precisamente lo que beneficia a Moscú.

Hay que recordar que Rusia es el país con más ojivas nucleares del mundo, con cierta ventaja sobre Estados Unidos. El estado en el que se encuentran estas cabezas es lo que queda por determinar después de tantos años. La inteligencia estadounidense detectó en octubre de 2022 que el Kremlin contemplaba seriamente el uso de un arma nuclear táctica sobre un objetivo militar en Ucrania, pero las presiones de la Administración Biden y la OTAN en su conjunto hizo que Putin cambiara de opinión.

Un nuevo giro de 180 grados

Lo curioso de toda esta escalada retórica es que Trump llegó al poder prometiendo todo lo contrario. Su idea y la del movimiento MAGA era que era aconsejable invertir menos en armas, fortalecer los acuerdos comerciales, detener todas las guerras y evitar que el mundo volviera a estar al borde de un holocausto nuclear. Acusó repetidamente a su predecesor, joe bidende alimentar la tensión bélica, no está muy claro a favor de qué intereses difusos.

Este razonamiento fue el que llevó a la Casa Blanca a frenar la venta de armas a Ucrania e incluso al director de Inteligencia Nacional de EE.UUel conocido prorruso Tulsi Gabbardpublicó un dramático vídeo en el que advertía que el mundo estaba “al borde de la aniquilación nuclear” y culpaba a “los belicistas y políticos que están fomentando imprudentemente el miedo y las tensiones entre potencias nucleares”. También señaló que esto se debía a que estos “belicistas” (se pretendía hacer referencia a Biden y Zelensky) confiaban en que podrían escapar del Holocausto escondiéndose en sus búnkeres.

La publicación del vídeo coincidió con el acuerdo entre zelenski y Trump para reanudar la venta de armas, por lo que Gabbard fue claramente desautorizado. Ahora, directamente, es Trump quien parece “fomentar imprudentemente” estas tensiones nucleares, en lo que sólo puede describirse como un nuevo giro de 180 grados en su argumento político. Se podría decir que hay una distancia importante entre las palabras y los hechos, y es cierto, pero la historia nos demuestra que los pequeños gestos y los pequeños malentendidos son los que luego pueden derivar en grandes catástrofes. Cuidarlos no debería costar tanto.



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