El código penal marroquí cae sobre la militante LGBTI Ibtissame Lachgar, detenida el domingo
Marruecos carga contra la libertad de expresión y de identidad sexual. El código penal marroquí cae como una pesada losa sobre las expectativas de libertad de la activista marroquí en favor de la diversidad sexual y de los derechos del colectivo LGTBIQ+ Ibtissame Betty Lachgar, de 50 años. Fue detenida el pasado domingo por orden de la Fiscalía marroquí bajo la acusación de blasfemia. Difundió el 31 de julio en las redes sociales una fotografía suya en que portaba una camiseta con la leyenda «Alá [en árabe] Es lesbiana [en inglés]». Lachgar enfrenta una larga penalización de cárcel.
La Fiscalía considera que ese mensaje «ofensivo hacia Dios», dejando en evidencia que la pretendida modernización y occidentalización de Marruecos está lejos de ser realidad en materia religiosa. Marruecos es país marcado por fracturas. La tradicional es la económica, pero no es menos la que divide a la sociedad desde un punto de vista cultural y, sobre todo, religioso. La activista detenida, conocida por su defensa de las libertades individuales, los derechos de las mujeres y de los ciudadanos LGBTQ+, ha abierto una caja de pandora compleja y con posible repercusión interna y en el extranjero. Junto a la foto publicó un texto que calificaba al islam «como toda ideología religiosa», de «fascista, falocrático y misógino».
Ciberacoso y amenazas
Lachgar ha afirmado en Facebook que ha sido víctima de ciberacoso y que ha recibido «miles de amenazas de violación, muerte y llamados a linchamiento y lapidación» por la camiseta «con un eslogan (modificado) feminista muy conocido». El código penal marroquí prevé una pena de seis meses a dos años de prisión y una multa de 20.000 a 200.000 dírhams (2.210 a 22.100 dólares) por cualquier ofensa contra la religión islámica, pudiendo llegar a cinco años de prisión si la «ofensa» se comete en un medio público, incluidos los electrónicos. En Marruecos aún se castigan con cárcel las relaciones fuera del matrimonio y la homosexualidad. Pese a la herencia religiosa, la diversidad sexual resulta patente en medio de la modernidad de las grandes ciudades. Lachgar, fundadora del Movimiento Alternativo para las Libertades Individuales en Marruecos, es adalid de la nueva Marruecos que pugna por liberarse de lastres del pasado, en una Marruecos que pretende convencer al mundo de que pese a sus conservadurismos en materia de costumbres, tiene una visión del islam tolerante. La causa de Lachgar demostrará cuál es la realidad del Marruecos actual.
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