El Gobierno confía en encarrilar y cerrar la entrada de Sidenor en Talgo la próxima semana

El Gobierno espera que la próxima semana José Antonio Jainaga, presidente de la siderúrgica Sidenor, de la mano del Instituto Vasco de Finanzas y las fundaciones bancarias Caja Vital Kutxa y Bilbao Bizkaia Kutxa, complete la compra del 29,7% de Talgo propiedad el fondo británico Trilantic, después de tres meses de negociaciones desde que se anunció el preacuerdo, según confirman fuentes próximas a la negociación a ‘activos’, diario de economía de ElPeriódico.com y Prensa Ibérica, que declaran como «cercano» el acuerdo definitivo.
El dueño de la empresa industrial firmó un primer trato en febrero en el que se comprometía a adquirir esta participación por precio fijo de 4,15 euros por acción y una parte variable de 0,85 euros, números que suponen valorar el fabricante de trenes entre 514 y 619 millones de euros, en función de los hitos que se completen. Las fuentes consultadas trasladan que el retraso de más de tres meses en cerrar la operación, cuyo plazo máximo es el próximo 15 de mayo, aunque cabe la posibilidad de ampliarse un mes más, se debe al alto número de actores e intereses involucrados en esta operación: empresariales, públicos y fundacionales.
Un acuerdo para garantizar la españolidad de Talgo
De terminar el ‘culebrón’ en fumata blanca, el Ejecutivo habrá logrado garantizar la ‘españolidad’ de Talgo, con un núcleo duro vasco, conformado, por un lado, por el sector público, a través del Instituto Vasco de Finanzas, que ha requerido que se involucren los consejeros de Economía e Industria. Por otro lado, el consorcio está conformado por un empresario industrial de larga trayectoria, como es José Antonio Jainaga, y las fundaciones bancarias Vital y BBK. El acuerdo incluye el retorno de la sede social de la compañía al País Vasco, región que abandonó durante los años más duros del terrorismo de ETA.
Esta transacción se completará después del veto del Gobierno a la oferta pública de adquisición (opa) lanzada por el consorcio húngaro Magyar Vagon el pasado año. Entonces, el Ministerio de Economía prohibió esta inversión por razones de seguridad nacional. Más recientemente, la polaca Pesa y a la india Jupiter Wagons se interesaron por adquirir el control del fabricante, aunque finalmente se replegaron al no contar con el apoyo del Ejecutivo, que les emplazó a poder entrar en el accionariado en una segunda fase en la que se buscará reforzar la capacidad industrial de la empresa.
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