El llamativo experimento de un científico asturiano en la Antártida (y tiene relación con la basura y el whiskey)

Jesús Ruiz Fernández, profesor del departamento de Geografía de la Universidad de Oviedo oriundo de Cabrales, tenía el experimento en su cabeza “desde hace años”. Veterano en las expediciones en la Antártida, está allí en estos momentos, como investigador principal del proyecto Parantar, que estudia el retroceso glaciar del archipiélago de las Islas Shetland del Sur. A Ruiz le empezó a chocar la enorme cantidad de basura bruta que veía en las playas que visitaba.
“Hay muchas cubiertas de basura, especialmente en orientaciones norte y oeste”, describe a LA NUEVA ESPAÑA desde la Antártida. A saber: boyas de barcos, “algunas con un tamaño como personas”, bidones, bombonas de gas o de nitrógeno, chanclas de plástico, mecheros, bolígrafos, perfumes, botellas…Al profesor asturiano le llamó la atención la cantidad de botellas de un whiskey japonés, Nikka, que se encontró. De todo. En especial, muchas botellas de cristal y de plástico de procedencia oriental. Por eso Ruiz, junto al resto de su equipo, pidió permiso para empezar a realizar un novedoso experimento relacionado con toda esa basura, en la península Byers, en las islas Shetland del Sur. El experimento trata de crear un modelo digital del terreno y una ortofotografía mediante vuelos de dron sobre una superficie de prueba de cuatro hectáreas. Es algo así como un trabajo de arqueología, pero sin excavar. En este sentido, ha participado también en la concepción del método de trabajo Jesús Fernández, del departamento de Historia de la Universidad de Oviedo, experto en estos temas.
“El objetivo es poder ver y cuantificar toda la basura que hay y estudiar la forma en que acaba ahí a través de las corrientes marinas, provenientes del oeste-noroeste”, explica el propio Ruiz. Aunque la investigación no se acaba ahí, porque estos profesionales han recogido 70 objetos representativos de esa realidad para transportarlos a Asturias y organizar una exposición. De esta forma, explica Ruiz, se podrá “mostrar a la gente con objetos reales qué es lo que pasa con la basura y cómo llegan a determinados sitios que no podríamos imaginar”. Ruiz pone el foco en este problema de contaminación y a falta de tener más datos e investigar a fondo las corrientes marinas emite una opinión. “Estamos viviendo de una forma muy distinta a la de hace años. Ahora tenemos objetos de usar y tirar. Por ejemplo, hace décadas una cámara de fotos era para toda la vida y ahora un móvil nos dura unos dos años y después lo desechamos”.
Este novedoso experimento, que empezó a germinarse en 2017, fluye de forma paralela al estudio de la deglaciación que lleva a cabo Ruiz con el resto de integrantes de su equipo: Javier Santos, director del departamento de Geografía y Geología de la Universidad de León; Miguel Ángel de Pablo Hernández, miembro del departamento de Geología y Geografía de la Universidad de Alcalá; Antonio Fernández, que es oriundo de Cangas del Narcea, y director del departamento de Geografía de la UNED y Claudia Mansilla Andrade, ecóloga de la Universidad de Magallanes, de Chile.
El equipo estudia el deshielo en el archipiélago de las Islas Shetland del Sur desde los últimos 25.000 años, así como las respuestas geomorfológicas y ecológicas debidas a la retirada de los glaciares en nuevas áreas libres de hielo. Es decir, la dinámica de las vertientes, la instalación progresiva de la red de arroyos, el ascenso de las masas terrestres por la pérdida de peso debido al retroceso glaciar, así como los patrones de colonización vegetal y animal en estos nuevos espacios.
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí