El «inquietante crisis de confianza» que está pasando España está «afectando gravemente al espíritu de los ciudadanos y a la credibilidad de las instituciones». Él rey Felipe VI ha advertido así de uno de los mayores retos que tendrá que afrontar el país en 2026 y para el que plantea una cuestión: «¿Qué líneas rojas no debemos cruzar?».

Felipe VI ha pronunciado su tradicional discurso de Nochebuena de pie y desde la Sala de Columnas del Palacio Real madrileño. Una imagen que contrasta con lo que estamos acostumbrados.

Desde que tomó el relevo de su padre en 2014, siempre se ha dirigido a los españoles desde el Palacio de la Zarzuela, a excepción de dos ocasiones: 2015 y 2024. Este año, por tercera vez, ha pronunciado el discurso desde el Palacio Real. Sin embargo, el cambio más significativo ha sido hacerlo de pie, en lugar de sentado, una imagen con la que ha buscado enfatizar su llamado al diálogo.

El rey ha destacado la 40 aniversario del Acta de Adhesión de España a las Comunidades Europeasfirmado el 12 de junio de 1985 en ese mismo Salón de Columnas. También recordó el 50 años del inicio de la Transiciónlo que calificó como «un ejercicio colectivo de responsabilidad».

Para Felipe VI, en este medio siglo «España ha vivido una transformación sin precedentes» que ha permitido «la consolidación de las libertades democráticas y el pluralismo político».

Aunque hay «desafíos» como acceso a la viviendaél coste de vida o la incertidumbre laboral, el rey se ha centrado en coexistenciade la que ha asegurado que «no es un legado imperecedero» y para el que la confianza.

En este sentido, ha advertido que «El extremismo, el radicalismo y el populismo se alimentan de esta falta de confianza.de desinformación, de desigualdades, de desencanto con el presente y de dudas sobre cómo afrontar el futuro». El rey ha indicado que España «ya estuvo ahí» y tuvo «consecuencias fatídicas».

Por este motivo, ha resaltado la importancia de «diálogo»ya que “las soluciones a nuestros problemas requieren de la participación, responsabilidad y compromiso de todos”.

«Estoy hablando de Respeto en el lenguaje y escucha de las opiniones de los demás.; Hablo de especial ejemplaridad en el desempeño de todos los poderes públicos; también de empatía; y la necesidad de colocar la dignidad del ser humano, especialmente de los más vulnerables, en el centro de todo discurso y de todas las políticas», subrayó.

Añadió que «el miedo sólo construye barreras y genera ruidoy las barreras y el ruido nos impiden comprender la realidad en toda su amplitud.»

Felipe VI recordó que «España es, ante todo, un proyecto compartido» y que «en democracia las ideas propias nunca pueden ser dogmas, ni las ajenas, amenazas; que Avanzar consiste en dar pasos, con acuerdos y renuncias, pero en la misma dirección. «No a costa de la caída del otro.».

Antes de felicitar la Navidad en las distintas lenguas cooficiales, concluyó su mensaje animando a la sociedad a «avanzar unida» como parte de «este gran proyecto de vida común que es España».

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