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Francia podría necesitar el rescate del FMI, advierte el ministro de Finanzas

Francia podría necesitar el rescate del FMI, advierte el ministro de Finanzas
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  • Publishedagosto 27, 2025




Francia enfrenta una tormenta perfecta de crisis política y presión financiera que podría conducir a una situación inédita: solicitar un rescate al Fondo Monetario Internacional (FMI). El Ministro de Finanzas, Eric Lombard, advirtió que pedirle ayuda a la agencia «es un riesgo que está frente a nosotros». La declaración llega en un momento crítico. Los costos endeudados a largo plazo alcanzaron niveles no vistos desde 2011Con el rendimiento de los bonos de 30 años en 4.42 %, mientras que la deuda pública se acerca al 116 % del PIB, equivalente a 3.300 millones de euros.

«Es un riesgo que nos gustaría evitar y que debamos evitar, pero no puedo decir que no hay», Lombard admitió, abriendo la puerta a un escenario impensable en la segunda economía de la eurozona más grande.

La tensión en los mercados se alimenta desde el bloqueo político interno. El primer ministro François Bayroun debe someterse al 8 de septiembre a una moción de confianza que, de antemano, parece perdido. Con esta maniobra arriesgada, Bayrou buscó anticipar el clima de movilización planeado para el décimo, cuando la izquierda había convocado protestas contra su plan de ajuste. El Primer Ministro quería obligar a las partes a definirse sobre la urgencia de la deuda antes de abrir el debate presupuestario.

Pero la apuesta se ha vuelto contra él: Tanto la izquierda como la ultra derecho han confirmado que votarán en contra de, Y el Partido Socialista, clave en otras ocasiones, ya ha anunciado que tampoco lo apoyará.

Plan de ajuste fiscal

El Plan Bayrou, presentado en julio, contempla congelando los gastos durante un año, aplicando recortes de 44,000 millones de euros, suprimiendo 3.000 lugares en la administración pública y eliminando dos vacaciones nacionales. El objetivo es reducir un déficit que alcanza el 5.4 % del PIB y contiene una deuda que ya excede los 3.300 millones de euros.

La falta de un gobierno sólido capaz de promover reformas ha provocado alarmas en los mercados. «Esta parálisis política no es buena para los costos de financiación de Francia», Rupert Harrison advirtió por Pimco.

La turbulencia ya llegó al sector financiero: Las acciones de BNP Paribas colapsaron el 5 % y Société Générale cayó más del 6 %se enfrió por su exposición a la deuda soberana.

Según Andrew Kenningham, analista de Capital Economics, el resultado más probable del voto de confianza será el reemplazo de Bayrou por otro primer ministro, aunque la disolución de la Asamblea Nacional no se descarta. «En cualquier escenario, el déficit presupuestario continuará muy por encima del nivel necesario para estabilizar la deuda». Advirtió.

Si Bayrou falla, el presidente Emmanuel Macron tiene dos opciones: Designar un nuevo jefe de gobierno o disolver la asamblea y convocar elecciones tempranas. La experiencia reciente pesa: en 2022, después de disolver la cámara, Macron obtuvo un ensamblaje aún más fragmentado. Esa decisión resultó en la inútilmente la inquietud actual.

La izquierda radical, dirigida por Jean-Luc Mélenchon, exige directamente la renuncia del presidente, mientras que Marine Le Pen reclama nuevas elecciones legislativas. Macron, sin embargo, ha reiterado que prefiere evitar disolverse, aunque no descarta de esa manera si la parálisis se prolonga.

El fantasma del FMI

Francia nunca ha solicitado un rescate al FMI, y hacerlo sería percibido como un golpe para su prestigio y liderazgo en Europa. El recuerdo de la crisis británica de los años setenta ha resurgido en debates políticos y académicos.

Hoy, Francia todavía mantiene un diferencial favorable con respecto al Reino Unido: aunque su deuda es más alta, sus costos de financiación son más bajos. Pero los analistas advierten que este colchón puede evaporarse si la crisis política continúa.

El FMI prevé que el déficit francés permanecerá en el 5,4 % del PIB este año, lejos de los compromisos europeos. Sin reformas o apoyo parlamentario, los mercados podrían terminar obligando a Francia a recurrir a la ayuda externa.

Por ahora, Macron enfrenta una encrucijada: Ahorre la credibilidad financiera a través de recortes sin apoyo político o riesgo de que el FMI se convierta en la última tabla de salvación.



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