se abren cinco años en los que se augura la paz entre la saga Escarrer, «son una piña”
Con el fallecimiento de la viuda de Gabriel Escarrer Juliá se cierra un capítulo triste en la familia hotelera mallorquina. Su pérdida repentina se produce justo nueve meses después de la desaparición del fundador, el pasado 26 de noviembre. Ana Maria Jaume Vanrell, el «faro» que iluminó su vida, según dejó escrito el pionero del turismo español en sus memorias, que vieron la luz en 2021, hubiera cumplido 90 años en diciembre.
En el último acto público la esposa del gran hotelero nacido en Porreres acompañó a su hijo menor, Gabriel Escarrer Jaume, su sucesor, a Magaluf, destino en el que Meliá ha sido pieza clave para su reconversión. Ese día, el 22 de junio, se celebró la inauguración oficial de la primera fase de remodelación del enclave calvianer. Un año antes el propio homenajeado estuvo presente cuando se develó la placa con el nombre de Paseo Gabriel Escarrer Juliá.
A la derecha, Gabriel Escarrer con su madre, Ana María Jaume, en junio, en Magagul, en su último acto público. / Alberto González
El presidente de honor y fundador de Meliá Hotels International dejó atada y bien atada su sucesión en vida. Y con la muerte de su viuda, mujer discreta, pilar familiar y clave en el crecimiento de la hotelera —siempre estuvo fungiendo a la vez de madre y padre durante las ausencias de su marido—, solo se augura paz y continuidad en la familia Escarrer. «Son una piña», se asegura desde su entorno cercano.
Acercamiento familiar
Gabriel Escarrer Jaume, presidente y consejero delegado de Meliá, el benjamín de la saga hotelera, tiene una excelente relación con sus cuatro hermanas, Magdalena, la mayor, Ana, María Antonia y Mercedes. Y la distancia que había marcado el quinto hijo de los Escarrer, Sebastián, en los últimos actos públicos de la familia, se ha ido diluyendo a raíz de la muerte de su padre.
Él, Sebastián, fue el brazo en el que se apoyó su madre cuando tuvo que recorrer el camino hasta el tanatorio de Son Valentí, el pasado 27 de noviembre, para despedir a su marido. Un acto con una gran carga simbólica que marcó un cambio de rumbo en las relaciones intrafamiliares. «Desde la muerte de su padre ha habido un acercamiento entre Sebastián y la familia», desvelan las fuentes.
La viuda de Escarrer recorrió el camino al tanatorio de Son Valentí del brazo de su hijo Sebastián, acto con gran carga simbólica
Aquel día la emoción era difícil de contener entre la familia, con sus veinte nietos, más dos bisnietos. «Se han acabado las flores en Palma», resumía la doctora Mercedes Escarrer muy emocionada. La reconocida pediatra es además consejera externa dominical en el Consejo de Administración de Meliá.
Tras el fallecimiento el 26 de noviembre de 2024 de Escarrer Juliá, a los 89 años, igual que su esposa, ella pasó a ostentar el 54,8 % de los derechos de voto de Meliá, según informó la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), a través del control sobre las sociedades Hoteles Mallorquines Consolidados (24,365 %), Hoteles Mallorquines Agrupados (11,290 %), Hoteles Mallorquines Asociados (13,763 %) y Tulipa Inversiones 2018 (5,388%). Dicho cambio accionarial no conllevaba la obligación de formular una oferta pública de adquisición.
Pacto de socios
Así pues, Meliá incidió entonces en que se mantenía el pacto firmado entre el matrimonio Escarrer y sus hijos en octubre de 2018 como socios de las compañías mercantiles que participan en el capital social de la gran hotelera. Por dicho acuerdo tras la muerte de sus padres durante un periodo inicial de cinco años, hasta 2030, será necesaria una mayoría reforzada del 80 % en las decisiones de las juntas generales de las sociedades para hacer cambios que afecten a la reducción de su participación sobre Meliá Hotels International.
Con la desaparición del fundador de la hotelera los Escarrer quisieron transmitir estabilidad al resto de accionistas siempre avalados por un proceso de sucesión caracterizado por su «total transparencia».
Para el patriarca de la gran saga hotelera española dejar definido el relevo generacional en vida para que no supusiera «un problema» en la familia fue primordial. Lo recordó un gran día de su existencia, en 2022, cuando el rey Felipe V le entregó en Palma el Premio Reino de España a la Trayectoria Empresarial. Con su hijo menor quedaba encauzado «el mejor futuro de la empresa». Antes había apartado a Sebastián de las riendas de la compañía, su primera baza para que pilotara Meliá.
Cambio de rumbo
Sebastián Escarrer se había incorporado a la hotelera en 1993 y al año siguiente fue nombrado consejero delegado. En 1997 se convirtió también en vicepresidente de la entonces Sol Meliá. Sin embargo, su padre decidió cambiar el rumbo de la sucesión y Gabriel Escarrer Jaume pasó a ser vicepresidente y consejero delegado en 2009.
El actual líder de Meliá, y presidente de Exceltur desde 2019, el gran lobby del turismo español —años antes fue Sebastián el ápice y líder de dicha asociación— fue afianzando su posición. En 2023 el fundador, con 88 años, renunció a la presidencia y fue designado presidente de honor. Gabriel Escarrer Jaume sumó a su cargo de consejero delegado el de presidente del consejo; ya desde diciembre de 2016 su padre le había cedido la presidencia ejecutiva.
Sebastián Escarrer Jaume, en el centro, el día del funeral de su padre, en noviembre pasado. / Guillem Bosch
Mientras el fundador de Meliá refrendaba el liderazgo de su hijo menor, su hermano Sebastián fue apartándose de la compañía —y de la familia— y en 2020 se desvinculó del grupo hotelero al dimitir como consejero externo dominical. Pero con el fallecimiento de su padre, la familia Escarrer —»mi mejor obra», sentenció el gran hotelero—, los hermanos han vuelto a «ser una piña», refrendan fuentes cercanas.
«No puede haber ningún miembro de la familia trabajando en la compañía» , explicó el actual líder de Meliá
Para Gabriel Escarrer Juliá era primordial mantener la unión de la saga, hasta creó «los diez mandamientos de la familia», desvelados en Mi vida, las memorias que le escribió Isabel Durán. «No sabéis la tranquilidad que me genera tener garantizado el futuro», confesó en público cuando presentó el libro en el hotel Gran Meliá Victoria, en Palma, en 2021, arropado por la entonces presidenta balear Francina Armengol.
¿Y la tercera generación?
Qué pasará con la incorporación de la tercera generación es un capítulo aún por escribir. Una generación entre la que despunta, por ejemplo, Alberto Escarrer Puerto, hijo del consejero delegado, quien se ha graduado con honores en la prestigiosa Wharton School, en la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos, donde se formaron también su padre y su tío Sebastián. El abuelo Gabriel se refería a él como «nuestro crack de las finanzas», un joven «cuyas posibilidades no tienen límite».
El pinero del turismo español hasta creó «los diez mandamientos de la familia»
«No puede haber ningún miembro de la familia trabajando en la compañía» por el estricto protocolo familiar, explicó Gabriel Escarrer Jaume en este diario. La profesionalización de los órganos de gobierno de Meliá marca el rumbo de la primera hotelera española. «De momento la intención es que no trabajen», abundó. «Es una rara avis que una familia con mayoría holgada en el accionariado de la compañía se someta a esta disciplina», reconoció el directivo.
En el pasado su hermana Maria Antonia Escarrer fue la que estuvo «más involucrada» en la compañía, creó el departamento de Marketing y el de Recursos Humanos», recuerdan desde el sector. Ella fue pieza clave acompañando a su padre en el proceso para llegar al protocolo familiar de los Escarrer. En el camino se cumplió la voluntad el fundador: «Dejar la transición ordenada y preparada».
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