La cifra de muertos en el terremoto de Afganistán asciende a los 1.100 mientras siguen las tareas de rescate
Al menos 1.100 personas han sido confirmadas muertas tras el terremoto de este lunes en el este de Afganistán, en la región de Jalalabad, cercana a la capital, Kabul.
El epicentro del seísmo, de seis en la escala de Richter, fue el distrito de Kunar, una región montañosa, pobre y de difícil acceso, lo que ha dificultado tanto el envío de ayuda a los afectados como las evacuaciones —hechas en helicóptero— y el acceso a las personas atrapadas bajo sus propias viviendas.
“No podemos predecir de forma acertada cuántos cuerpos puede que sigan enterrados bajo los escombros. Nuestros esfuerzos ahora se centran en completar estas operaciones de búsqueda y rescate, para poder empezar a distribuir ayuda a las familias afectadas”, ha dicho este martes por la mañana Ehsanullah Ehsan, jefe provincial de Emergencias de la región de Jalalabad, que ha estimado la cifra de heridos en más de 3.200 personas.
Según la misión especial de Naciones Unidas en Afganistán, sin embargo, esta cifra, junto con la de fallecidos, aumentará en las próximas horas. “Lo que estamos presenciando sobre el terreno es devastador: casas reducidas a escombros, carreteras destruidas, deslizamientos de tierra por todas partes y, trágicamente, vidas perdidas”, ha asegurado en un comunicado Harald Mannhardt, director adjunto del Programa Mundial de Alimentos en Afganistán, que continúa:
“Nuestros equipos trabajan sin descanso para llevar alimentos de emergencia, pero la realidad es brutal. Esta es una región montañosa, completamente aislada. A algunas comunidades solo se puede llegar a pie, y el viaje puede durar hasta cinco horas. Esto es lo último que necesitan las familias con niños pequeños en un país donde muchos carecen de alimentos suficientes y una gran parte de los niños ya están desnutridos”.
Crisis sobre crisis
Más de la mitad de la población afgana, según datos de la ONU, vive bajo el umbral de la hambruna, y depende de la ayuda internacional para vivir. La crisis humanitaria que atraviesa Afganistán, así, se agudizó sobre todo con la victoria de los talibanes y la conquista final de este grupo de Kabul, que terminó con décadas de conflicto pero conllevó el aislamiento —en parte autoimpuesto por la nueva administración talibana— casi total del país centroasiático.
Esto ha afectado la capacidad del Gobierno afgano actual a enfrentar el actual terremoto: hasta este martes, tan solo el Reino Unido ha dado un millón de euros a la ONU para el envío de ayuda, e India ha entregado 1.000 tiendas de campaña y ha enviado 15 toneladas de alimentos a Afganistán. La Unión Europea, China, Irán, Pakistán y Emiratos Árabes Unidos también han prometido ayuda.
Además de la crisis humanitaria que atraviesa el país, Afganistán es lugar donde las inundaciones y grandes seísmos son habituales. El último terremoto mortal, aparte del de este lunes, ocurrió en enero del año pasado, en la región de Hindu Kush. Por ese temblor murieron cerca de 1.000 personas.
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